Ley de Alistamiento

Se acabó la exención del servicio militar para los ultraortodoxos

La Knesset aprobó con 67 votos a favor la ley de alistamiento haredi, que obligará a los ultraortodoxos a servir en el Ejército, algo que jamás sucedió desde el nacimiento del Estado de Israel.

Con 67 votos a favor y uno en contra, el proyecto de ley que termina con los privilegios que desde 1948 mantiene esta comunidad, pasó sin ninguna abstención después de que la oposición decidiera boicotear la votación en el Parlamento que integran 120 diputados.

La presentación del proyecto de ley fue hecha por el partido centrista Yesh Atid (Existe Futuro). La iniciativa no contó con el apoyo de gran parte de la oposición, fundamentalmente los partidos ultraortodoxos, que boicotearon el debate y la votación.
Previamente, los haredim habían realizado también marchas opositoras.
Durante el debate, el ministro de Finanzas, Jair Lapid, abogó por un «reparto de la carga» y el fin de la exención del servicio militar para los judíos más religiosos.
«Esta es una propuesta histórica e importante (…). Durante 65 años hubo una exención para todos los estudiantes de las yeshivot y el cambio que la coalición hizo es proporcional, gradual y correcto», afirmó por su parte Ayelet Shaked, del partido Bayit Hayehudi (Casa Judía).

La ley, criticada también por el propio Ejército, establece una serie de cuotas que al igual que en el resto de la población, permite liberar del reclutamiento a un número limitado de jóvenes por cuestiones de salud, familiares o de excelencia en los estudios.
Por otro lado, impone penas de cárcel a aquellos que no se presenten a filas, condiciones que han llevado a los ultraordoxos a amenazar con boicotear al Estado e incluso, en el caso de los más radicales, instar a sus seguidores a abandonar Israel.

Dedicada fundamentalmente al estudio de los textos bíblicos, el sector ultraortodoxo había gozado desde la creación del Estado de Israel del privilegio de no tener que enrolarse en las fuerzas armadas. «Rezando también se protege al gobierno», es uno de los slogans que esgrimieron los ultraortodoxos ante premier Bibi Netanyahu, cuando hizo conocer el proyecto hoy aprobado.

En un país donde aún no hay 8 millones de ciudadanos (7,9 millones según el último censo), que más de 8.000 varones que deben ingresar al servicio militar cada año no lo hagan alegando razones religiosas es considerado sumamente peligroso para la seguridad del Estado, según sostienen los que defienden que todo sea parejo con los hombres jóvenes israelíes.
Actualmente hay unos 50.000 jóvenes en esa condición, los que además reciben jugosas prebendas en dinero del Gobierno y beneficios escolares de distinto tipo por estudiar la Torá.

En ese contexto, los votantes reclamaron que los religiosos también vayan al frente de batalla, algo a lo que éstos se opusieron con numerosas marchas de los últimos tiempos e, incluso, de las que participaron las mujeres ortodoxas.
Las mujeres de los religiosos, habitualmente recluidas en el hogar y al margen de toda actividad pública, fueron autorizadas por los rabinos a marchar junto a los más devotos para reflejar su descontento y oposición a lo que hoy se transformó en legislación.

La nueva disposición forma parte de un paquete de tres polémicas leyes cuya votación decidió boicotear esta semana la dispar oposición israelí por considerarlas un «asalto a la democracia» por parte del gobierno de Netanyahu. «El Estado de Israel ha perdido el derecho a ser llamado un Estado judío y democrático hoy. Los haredim nunca olvidarán y yo no perdonaré a Netanyahu y a sus aliados lo que han hecho», aseguró el parlamentario Moshé Gafni, del grupo Judaísmo Unificado la Torá, según el medio digital Ynet.

Tras la votación de hoy, queda pendiente de aprobación el proyecto que requiere que cualquier retirada del territorio controlado por Israel -en virtud de un acuerdo de paz- primero sea sometida a referendo público.

Fuente: Telam.