Israel

Sharón construye un búnker bajo las montañas de Jerusalem

El proyecto, que tardará siete años en finalizarse, cuenta con los sistemas más avanzados de seguridad y despachos, salas de reuniones, dormitorios y todo lo necesario para que el Gobierno trabaje en situaciones de guerra. El diputado Yossi Sarid, de Meretz, señaló en declaraciones al diario Maariv que “muchos Gobiernos de Israel han sobrevivido desde hace 55 años sin la necesidad de construir un búnker. Pero si Sharón y sus compañeros de viaje han tomado a la decisión de construirse uno, deberíamos aprovechar para meterlos a todos allí y, así, limitar el daño que hacen”. Entre búnkers, muros de defensa y asentamientos, Sharón se está constituyendo en un gran arquitecto de la paz. ¿o no?

Ariel Sharón está haciendo excavar las colinas de Jerusalem para construir otra obra digna de la mejor escenografía de una película de espionaje. Según adelantó el Canal 10, de la televisión israelí, el Gobierno comenzó -hace aproximadamente un año- la construcción en secreto de un búnker destinado a albergar las dependencias del Ejecutivo en caso de guerra o de estado de conmoción o emergencia.
El presupuesto de la obra alcanza varios centenares de millones de dólares (sólo las excavaciones se acercan al centenar), unas cifras que han provocado una airada reacción de la central obrera de Trabajadores en Israel, la Histadrut, y de la oposición de izquierda Meretz, que recuerda al Gobierno la grave crisis económica que padece el país y las huelgas que se suceden sin solución de continuidad en los servicios públicos desde hace más de dos meses.

El bunker de Tel Aviv

El futuro búnker de Jerusalem se suma al ya existente en Tel Aviv, donde está el Ministerio de Defensa, y comenzó a ser considerado durante la Segunda Guerra del Golfo en 1991 y el ataque iraquí con misiles Scud.
Ahora la amenaza no es Irak sino Irán y su poder nuclear, así como los misiles de largo alcance iraníes que también están en poder de la guerrilla libanesa de Hezbollá.
El búnker en cuestión, del que no se conocen demasiados detalles por la censura militar que impera en Israel, contará con salas de reuniones, despachos, dormitorios, todo rodeado de los mayores y mejores sistemas de seguridad, ventilación y telecomunicaciones; así como rutas de acceso que permitan una rápida llegada o evacuación efectiva y eficiente.
Varios ministros del actual Gobierno han reconocido no tener idea acerca del proyecto, del que se han enterado -dicen- por la Prensa. La Oficina del Primer Ministro justifica la decisión por las dificultades de trasladar, con seguridad, a todos los responsables israelíes hasta el bunker de Tel Aviv, distante unos 70 kilómetros de Jerusalem, en tiempos de emergencia.
La oposición no ha dudado en criticar la obra. Y no sólo por razones económicas y sociales. El más mordaz, como otras tantas veces, es el ex líder de la oposición y actual diputado de Meretz, Yossi Sarid, quien señaló en declaraciones al diario Maariv que “muchos Gobiernos de Israel han sobrevivido desde hace 55 años sin la necesidad de construir un búnker. Pero si Sharón y sus compañeros de viaje han tomado a la decisión de construirse uno, deberíamos aprovechar para meterlos a todos allí y, así, limitar el daño que hacen”.
Algunos apuntan, además, en reseñar la profesión frustrada de Sharón, quien además se encarga de construir búnkers, Muros y asentamientos. Lo que se dice, todo un arquitecto de la paz.