Apostillas de las afirmaciones de Jaime Durán Barba

El huevo de la serpiente

Después de desplegar una serie de afirmaciones fóbicas contra inmigrantes ilegales, trabajadores callejeros y sindicalistas, el PRO llegó a una máxima expresión con las declaraciones judeo-fóbicas de su estratega y responsable de propaganda, Jaime Durán Barba. Al respecto, el autor analiza si las patéticas aseveraciones del gurú comunicacional ecuatoriano son algo aislado en el PRO o si en realidad esta fuerza en ascenso confluencia elementos racistas y totalitarios.
Por Gustavo Lázaro Lipkin *

A Miriam Carolina Brawer (Z»L)

El huevo de la serpiente, es una película de culto, dirigida por el sueco Ingmar Bergman, con producción de Dino de Laurentiis, protagonizada por su actriz fetiche en la época, Liv Ullmann, y la gran sorpresa interpretativa del actor David Carradine. Entre sus muchos méritos estéticos, el filme explora Alemania en 1920 con los orígenes de la ideología de aquello que sería el “nacional-socialismo”, con un fuerte apoyo de familias ricas del país, intelectuales y científicos.
Estrenada en 1977, su visión retrospectiva y la censura imperante en Argentina de ese entonces, hizo del argumento un émulo de aquello que sucedía en nuestro país, hiperinflación, espíritu dictatorial, un reflujo antisemita enarbolado por el proceso militar de aquel entonces, amparado con un fuerte apoyo cívico.
El guion era completamente compatible con aquello que sucedió en Argentina, con el regreso fallido de Juan Perón a la presidencia, los sucesos de la Triple A (Asociación –o, alianza-. Argentina Anticomunista), los grupos facciosos propios de la interna del partido justicialista o peronista como Montoneros, ERP y otros similares, de dudoso origen en la izquierda y más ligados al populismo.

El derrumbe del modelo económico producido en el mes de junio de 1975 llevó a tasas de inflación del 183%. En aquel momento, el ministro de Economía Celestino Rodrigo, puesto en reemplazo de su antecesor, José Ber Gelbard, propuesto por el gobierno de Cámpora y de confianza de Juan Perón que lo mantuvo, provocó el desenlace que puso en jaque mate a la democracia de aquel entonces.
Muerto Perón, instalada en el Gobierno su vicepresidente María Estela Martínez (Isabelita), su mentor, José López Rega, quien desconfiaba de Gelbar por sus vínculos con el Partido Comunista local, siempre afín al populismo y, en especial, el de derecha, lo reemplazó por Celestino Rodrigo, que produjo una devaluación del 160% de la economía el cambio comercial y 100% para el cambio financiero.

Esta situación, provoca un fuerte sesgo antisemita, por el origen del ministro Gelbard, reproduce condiciones muy similares a la de Alemania de 1919, donde caído el II Reich, que llevó a la Primera Guerra Mundial donde fue derrotada y condenada a pagar fuertes indemnizaciones a los países aliados triunfantes. La República de Weimar, que lleva su nombre por la constitución de ese año declarada en la localidad homónima, perduraría con sus transformaciones hasta que su presidente Hindenburg, designado en el año 1925, instituyera como canciller, con funciones de primer ministro, a Adolf Hitler, un austríaco que aglutinó varios partidos de centro, católicos y de derecho bajo el lema del nacional-socialismo o partido nazi.
Inmediatamente, en el año 1934, Hitler destituye al presidente Hindenburg y disolvió a la República de Weimar.

La homonimia entre estas escenas y, la de nuestro país entre los años 1974/1976, llevó a pensar en un modelo similar. Pero, aún más lo es, si se toman antecedentes germanófilos marcados en sus anteriores generaciones. Por ejemplo, los sucesos de la Semana Trágica del año 1919, represión de intención marcadamente antisemita, que resultó similar a la Noche de los Cristales Rotos, durante el gobierno del presidente radical, Hipólito Yrigoyen, sus remesones en la de su correligionario Marcelo T. de Alvear y Asociaciones pre-sindicales de las localidades patagónicas de Puerto San Julián y Río Gallegos liderada por anarquistas que decidieron la sindicalización de peones vinculados con la actividad rural.
Estos sucesos, muy conocidos por las vicisitudes de la Película “La Patagonia Rebelde”, varias veces prohibida por intentar representar una verdad histórica que era profusamente ocultada por la UCR, de buena relación con Juan Perón.

Posteriormente, en 1978 primero, Argentina casi entra en un conflicto bélico con Chile, de dificultoso pronostico por el diferendo en el Canal de Beagle y, después este derrotero armamentístico, donde el Ejército quería exportar su modelo anti-guerrillero al plano externo, en un claro error de confundir la lucha contra civiles con otra con militares de igual o mayor grado de experiencia, sobrevino el desastre también en el Atlántico Sur.
Esta misma situación llevó al conflicto de las Islas Malvinas, un lugar sin conflicto real y con claros indicios por parte de los británicos de ofrecer una devolución, que después de la guerra, quedó truncada con un pronóstico muy complicado para el futuro.
La derrota militar argentina la colocó en situación muy similar a la de Alemania de 1919, vuelta a una nueva democracia, que poco a poco se irá corriendo al populismo, desde 1989 en adelante.

En este marco histórico, el PRO, fuerza que aglutina a radicales, peronistas, desarrollistas, fuerzas derivadas de la derecha radical y aliadas a la de su ex ministro de Economía López Murphy (Recrear), Partido Demócrata, Federal, etc., se vinculó desde el inicio con cierta expresión represiva, como la creación de la Policía Metropolitana, bajo la experticia del Jorge Palacios, contratados por universidades vinculadas al peronismo de derecha, como la de la Matanza, con igual intención, la contratación del ex fiscal acusado por la causa AMIA, al igual que los antes citados, Eamon Mullen, por parte la empresa estatal porteña SBASE.
Siempre existió una necesidad del PRO y su representante mayor, el Ing. Mauricio Macri, de rodearse de ciertos sectores vinculados al judaísmo, inclusive varias asociaciones enfrentadas con el movimientos conservador judío, como la propia AMIA, hizo caso omiso de todos esos indicios y se inclinaron a favorecer a esta fuerza porteña, en detrimento de otras. Tal y como fuera un apotema que por estar en contra de unos, son mejores los otros.
Esta posición, similar a llevada adelante durante la Segunda Guerra Mundial por los Consejos Judíos, Judenrat, que ejecutaban las órdenes nazis. Si bien estos consejos que intentaron soluciones dialogadas con los nazis fueron reemplazados desde 1940 en adelante. En lugares como el Gueto de Varsovia y otros, existía la denominada Judendienstordnung o Policía Judía, retratada en forma prístina por el cineasta Román Polansky en su film “El Pianista”.
Después de desplegar una serie de afirmaciones fóbicas contra inmigrantes ilegales, trabajadores callejeros, sindicalistas, el PRO, llega a su expresión con aquellas declaraciones judeo-fóbicas de su máximo representante en la publicidad, Duran Barba.
“En una entrevista con la revista Noticias, Duran Barba había sido consultado sobre el altísimo nivel de aprobación que obtuvo Hugo Chávez en Venezuela: “Sí, como Hitler. Tuvo un enorme nivel de aprobación y no significa que fue un gran gobierno. Hitler tuvo una aprobación mayor que la de Chávez, 90%”. Ante la advertencia del periodista Federico Mayol de que Hitler y Chávez no son comparables, Durán Barba remató: “Hitler era un tipo espectacular. Era muy importante en el mundo”.
La admiración que evidencia Duran Barba, publicista del Ing. Macri, tuvo algunas reacciones, el candidato a diputado porteño y triunfador en las elecciones del 27 de octubre de 2013, un religioso de la colectividad, recibido de rabino, sin ejercicio en la actualidad por su actividad política en el PRO, fue una de ellas. Bergman envió una serie de mensajes por una red social, que fue publicada por el diario Perfil, advirtiendo sobre la banalización de la Shoa.

Por su parte, organizaciones de la comunidad como la DAIA, cuyo secretario general repudió las declaraciones del «imbécil» de Jaime Durán Barba, según publicación del mismo periódico Perfil, que reprodujo una entrevista en Radio del Plata, en la que el dirigente comunitario afirmó que: “»Es un imbécil, un ignorante», sin ahorrar calificativos contra el analista político ecuatoriano.

Si bien Bergman se diferenció de su fuerza en cuanto a las declaraciones del titular del bloque de diputados nacionales del PRO, Federico Pinedo, quien había sugerido que las declaraciones de Durán Barba habían sido malinterpretadas, según consignó la Web de Télam, poco a poco, esta defensa del principal referente en diputados del PRO, proveniente del Partido Demócrata, cayó bajo la tibia reacción del propio Macri, que fue publicada en el diario La Nación. “Fue sin lugar a duda inaceptable esa expresión para referirse a un personaje nefasto de la historia», afirmó Macri respecto a las declaraciones de su consultor. Y agregó que «no existen calificativos positivos posibles para el responsable del mayor genocidio de la historia». Macri también dijo dar fe del «absoluto compromiso en la lucha por la defensa de las libertades» de Durán Barba.

Las declaraciones de Duran Barba, ¿son algo aislado en el PRO? Esta fuerza en ascenso confluencia elementos judeo-fóbicos, que aun frente las declaraciones del Papa Francisco en el aniversario del hito histórico de la Noche de los Cristales Rotos: «Las violencias de la noche del 9 el 10 de noviembre de 1938 contra los judíos, sus sinagogas, sus casas, sus comercios, supusieron un triste paso hacia la tragedia del Holocausto», no sesgaron a su principal publicista, ratificado en la función y cargo, de afirmar aquello que piensa en secreto.

El doble estándar que evidencia el PRO frente a afirmaciones de tal magnitud, en cuanto a salir a calificarlo, descalificarlo y ratificarlo, como así también en continuar siendo de ese espacio con este tipo de material humano, es muy similar de aquello que produce en el oficialismo la pertenencia de grupos populistas y pretendidos de izquierda con Luis D’Elía.

La idea de un publicista de carácter político, como es Jaime Durán Barba, es lograr imponer el discurso que llevó al poder al austríaco Adolf Hitler al poder en el año 1933 y mantenerlo en su cargo hasta la propia derrota de la Segunda Guerra Mundial, donde una conveniente muerte por suicido con el escudo de su otrora jefe de prensa y familia, Joseph Goebbels, lo liberó del cargo y de su juzgamiento por parte de sus ex aliados o, en manos de su peor enemigo, Joseph Stalin.
El suicidio Goebbels en el bunker de Berlín fue una sobreactuación muy idónea para imponer la idea de la propia muerte de Hitler y su mujer, Eva Braun, aunque siempre imperó la sospecha de la salida de la pareja fugada hacia América del Sur, inclusive en la propia Argentina, tal como lo publicó Abel Basti, autor del libro “El exilio de Hitler: las pruebas de la fuga del Führer a la Argentina”, de reciente cita en el diario Perfil, por Federico Fahsbender.
Hitler fue el artífice de un discurso que provocó la reanimación del pueblo germano, con un profundo sentimiento fóbico europeo -que ya había sido denunciado por el propio Frank Kafka en sus textos centrales, escritos entre 1910 y 1915, como La metamorfosis o El proceso, donde el antisemitismo aparece permanentemente en sus relatos-, su propio origen en el poder se fundó en muestras de violencia, cárcel y perturbación.
El hecho de que a pesar de haber sido extranjero en Alemania y de haber sido detenido, no fue obstáculo para su nombramiento como el jefe del gobierno de ese país, lleva a la admiración de muchos que creen que fue el discurso el que provocó este aparente milagro. Pero no hay que olvidar que el ascenso al poder del nacionalsocialismo, facción con una fuerte identidad anticomunista y como emergente del manejo que se efectuó del final de Primera Gran Guerra por los países aliados, que con posterioridad vieron en Hitler y sus secuaces populistas, como los fascismos de Italia y España, entre muchos otros, como un freno a la Rusia Comunista, en especial la de Joseph Stalin.

Durán Barba ve al nazismo como una fuerza que aglutina la sinergia del capitalismo y las fuerzas de centro y derecha del país, no ocultando su admiración frente a la posición del Gobierno de los Estados Unidos antes de la guerra y la germanofilia de la realeza inglesa al respecto. Sólo basta mirar la admiración y ayuda que recibió de empresas ejemplares como la Ford cuyo dueño nunca ocultó su simpatía por Adolfo Hitler.
Conglomerar la admiración de tantos y tantos personajes por la escalada contra opositores políticos, judíos, empresarios, gitanos y llevar adelante adelantos tecnológicos y programas económicos eficientistas hace en el paladar de Durán Barba un manjar difícil de rechazar, que pueblos tan diferentes como croatas, servios, lituanos, húngaros, suecos, polacos, otomanos, árabes, japoneses y muchos argentinos mismos, coincidan en el sentimiento antisemita, es la unión y diálogo que el PRO seguramente propone, quizás en otros objetivos que la obvia judeofobia.

Durán Barba conoce bien la historia de la Semana Trágica y los cuentos de Alberto Gerchunoff sobre los Gauchos Judíos, que eran historias de pogrom e integración publicado en el año 1910. Pogrom, que como cité anteriormente se materializa de aquellas 170 colonias judías en Entre Ríos, en el mes de enero de 1919, y que dieron nacimiento al germen que yacía en una tierra enfrentada entre realistas españoles, realistas ingleses, realista telúricos, rosistas, unitarios, federales impropios, conservadores, liberales, blancos y rojos, radicales y conservadores, radicales y la izquierda, radicales y la derecha, radicales y peronistas, peronistas del primer Perón con los del segundo Perón y con los del tercer Perón, peronistas populistas de centro, derecha y pseudo-izquierda, peronistas y el resto del mundo.
Pero el PRO, los tiene a todos, radicales, peronistas, conservadores, judíos, católicos, demócratas; tal como lo tuvo el admirado personaje de Durán Barba. Quizás la única pregunta pendiente será: ¿es Macri el personaje capaz de aglutinar esa fuerza retrógrada? Y, le agregaría, ¿hay otro para aglutinarla?
Durán, no sabe las respuesta, sólo añora al personaje, un sujeto que ordenar y ejecutar hasta su propio pretendido suicidio, para quizás venir a una tierra tan parecida a su natal Austria, un país que desde su mismo origen tuvo a la masonería inglesa y francesa operando para dividirlo, perdió Paraguay, el Alto Perú con su estratégica salida al océano Pacífico, Uruguay y tierras hasta el Río Grande en Brasil.
Un país divido en dos estados, uno el de Buenos Aires, representante de las pocas Provincias Unidas que tenía el Río de la Plata, como la liga Federal, Cuyo, la Liga Unitaria, Córdoba, Tucumán, para después de 1852 pasar a ser un Estado independiente hasta 1860, en que se le quitó su cabeza, su puerto y ahora demuestra ser un resabio de un pasado que emuló ser, que puede ser redefinido por un personaje como el anhelado por Duran Barba.

No es casualidad la historia del PRO y el actual Durán Barba, que defendido por el propio Macri, Pinedo y soportado por el oficial Bergman y otros que se ocultaron tras pensar que todo esto fue armado por el propio gobierno nacional, sea la fuerza que pretenda tener como un líder a un personaje que subió al poder por cualquier medio o camino y que una vez en él, produjo la matanza de civiles más grande de la historia.

* Profesor titular de la cátedra de Introducción al Derecho de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA), profesor adjunto ordinario de Teoría General del Derecho y Filosofía del Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Doctorando en la Facultad de Derecho de la UBA, Especialista en Epistemología e Historia de la Ciencia de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.