La Policía israelí dispersó a miles de palestinos que realizaron protestas simultáneas convocadas por Jihad Islámica, en contra de un incremento en las visitas con custodia policial a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Los principales centros de las manifestaciones fueron Hebrón y los alrededores de Ramallah. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, había solicitado en la Asamblea General de Naciones Unidas que terminen las visitas de israelíes a la Explanada de las Mezquitas, que calificó como «ataques diarios contra la Jerusalén ocupada».
Las manifestaciones coinciden con un nuevo aniversario de la Intifada de Al-Aqsa, o Segunda Intifada, los sucesivos hechos de violencia que tuvieron comienzo el 29 de setiembre de 2000, en los territorios palestinos e Israel.