Las relaciones con Israel luego del Memorándum

Timerman noqueó a Liberman

El viraje del gobierno argentino con la apertura del diálogo con Irán generó un serio conflicto con las instituciones comunitarias, al mismo tiempo que abrió serias diferencias en las relaciones con la cancillería de Israel. No obstante, tal como describe el autor de esta columna, recientes declaraciones de diplomáticos israelíes dan cuenta de ciertas señales de apoyo al canciller argentino.
Por Daniel Kupervaser

Apenas Cristina Kirchner anunció el inicio de las conversaciones con los iraníes, la cancillería israelí envió una misión especial a Argentina. Los enviados israelíes trasmitieron un mensaje tajante respecto de los contactos entre Irán y Argentina y aclararon que Israel rechaza todo acuerdo que no tome en cuenta las víctimas. Uno de los delegados israelíes declaró: “No somos estúpidos y le informamos a los argentinos que estaremos todo el tiempo en guardia para impedir que nada del atentado resbale afuera. Le aconsejamos a los argentinos comportarse con mucho cuidado frente a los iraníes pues probablemente puedan encontrarse en una situación en la que dieron mucho y no recibieron nada en retribución”.
Con el anuncio de la firma del Memorándum en enero de este año, la cancillería israelí reaccionó de inmediato y con tonos diplomáticos muy disonantes. “Israel mostró su decepción por el acuerdo con Irán y elevó una queja. El embajador argentino en Israel fue convocado por el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, en Jerusalén, para brindar explicaciones en relación con los acuerdos firmados entre Argentina e Irán”.

Este reclamo israelí elevó la ira del canciller argentino, Héctor Timerman, que convocó de inmediato a Dorit Shavit, quien hacía poco tiempo se había convertido en la nueva embajadora israelí en Argentina. En una enardecida reprimenda diplomática, Timerman denegó el derecho de Israel de representar al pueblo judío en todo el mundo y afirmó que la actitud de la cancillería israelí “da municiones a los antisemitas que acusan a judíos de doble lealtad”.
El funcionario argentino en un largo monólogo expresó su molestia por la demanda de aclaraciones al embajador argentino en Israel. Para finalizar recalcó que “Israel no tiene derecho a exigir explicaciones. Somos un Estado soberano”. La embajadora de Israel justificó la actitud de su gobierno al afirmar que: “Como Estado judío, Israel se considera responsable del bienestar de todos los judíos y de las pistas del antisemitismo en todo el mundo”.

Paralelamente a este altercado diplomático, el canciller argentino fue el centro de un masivo ataque de reconocidos representantes de la colectividad judía y sus más distinguidos voceros, quienes lo acusaron de traición a su pueblo por su condición de judío hasta el punto que en una conocida publicación judía del ambiente fue catalogado de “judío de mierda”.
Una vez que el Congreso argentino ratificó rápidamente el Memorándum, comenzó un impasse a la espera del acto paralelo de parte de Irán. Esta situación se prolonga ya mucho más tiempo de lo que habitualmente se considera razonable, lo que necesariamente eleva las sospechas de una repentina retractación iraní.
Justamente bajo estas condiciones que de alguna manera tienden a favorecer las advertencias israelíes, de forma sorpresiva la cancillería israelí decidió tirar la toalla y reconocer que Timerman noqueó a Liberman.

En una entrevista para la Agencia Judía de Noticias, Itzhak Shoham, Director para América Latina de la cancillería israelí, e Yigal Palmor, Vocero del mismo ministerio, trasmitieron un mensaje que la mayoría de los medios regionales lo cataloga como una clara señal de respaldo de Israel para el canciller argentino. “El gobierno israelí envió una buena señal al canciller Timerman al asegurar que para el ministro argentino, las puertas de Israel están abiertas”.
Pero esto fue sólo el primer paso. La embajadora de Israel en Argentina fue la encargada de anunciar en estos días otra marcha atrás de la oficina de la diplomacia israelí. Para Dorit Shavit, a diferencia del fiscal Nisman y el conjunto de las instituciones judías, ahora no está del todo claro todo lo ocurrido en el atentado de AMIA. “Después de 20 años me parece que es mucho más difícil llegar a dilucidar exactamente cómo sucedieron los hechos. Hay aún enigmas sobre cómo sucedió tanto el atentado de AMIA como el de la Embajada”. Para reafirmar la versión de Timerman, la embajadora israelí resaltó: “El atentado contra AMIA fue un atentado contra el pueblo argentino, contra una institución argentina y en terreno argentino. Para nosotros es solamente un dolor de hermanos. Israel como país no está involucrada en esto”, declaró.

Es un gran aliciente comprobar que la cancillería israelí supo recapacitar y retractarse de posiciones arrogantes y conflictivas. Lástima que este acto tomó tanto tiempo dando lugar a ese irracional y visceral ataque al canciller Timerman, acusándolo de traidor al pueblo judío con la única y lamentable consecuencia del irreparable daño del reconocimiento de la doble lealtad del judaísmo argentino.
Ojalá me equivoque.