Culminó el proceso electoral de la AMIA

Hábiles reflejos políticos junto al temor de ya no ser

Con la elección de la nueva Comisión Directiva de AMIA para el período 2013-2016, culminó un proceso electoral que se podría decir que abarcó dos años, desde las elecciones del 2011. Desde el 7 de abril de este año, día de las elecciones, hasta el jueves 30 de mayo, se realizaron todo tipo de intentos para llegar a acuerdos entre las cuatro listas que participaron de los comicios. Precisamente; fue en esos intentos donde se vieron claramente las líneas de fractura que atraviesan a nuestra Comunidad y que ya no se pueden ocultar.

Por Susana Gelber

Se ha escuchado y leído, en estos tiempos, expresiones que desprecian el juego y la negociación política, todo esto desde una posición de una pretendida impolutez. En muchos casos esto se debe a un claro voluntarismo y no querer ver los puntos de cruce que estamos atravesando en la Comunidad.
Una de las razones de las dificultades para armar una comisión directiva de “pared a pared” como era tradición, en base a un acuerdo común, es que las diferencias de fondo, que tienen que ver con el debate de quién es judío, ha vuelto casi imposible esa alternativa. A esto hay que sumarle que la elección es indirecta: primero se elige una asamblea de representantes (RAT), y si ninguna lista obtiene la mitad más uno de los delegados se abre un juego de negociaciones, que en este escenario, no sólo dificulta enormemente la conformación de la Comisión Directiva sino que se abre la posibilidad a que en la misma no estén representadas en forma proporcional las distintas corrientes en base a los votos y delgados obtenidos.

Es evidente que el sistema electoral deberá ser reformado, ya que hoy está demostrando sus debilidades, dado que su instauración data de la década del ‘50 del siglo pasado y respondía a otro contexto.
Desde el 8 de abril Acción Plural Comunitaria (APC) propuso a las otras listas la conformación de una Comisión Directiva que respete la proporcionalidad, pero esto no fue aceptado ni por el Bloque Unido Religioso (BUR) ni por Amia es de Todos. Y esto fue así, porque había acuerdos preexistentes para conformar una Comisión Directiva que mantenga el status quo, como sucedió en los últimos cinco años.
Pero hubo sorpresas: por un lado, desde APC los representantes del Movimiento Conservador establecieron un puente negociador con Amia es de Todos, en base al programa que sostenía APC y que Amia es de Todos mostraba señales de querer cumplirlo; es decir, resolver la cuestión de los socios adherentes, el tema de los cementerios y el rabinato, y en base a esto se empezó a tratar de reducir las desconfianzas y tratar de dejar de lado los vetos mutuos a distintos dirigentes para priorizar la cuestión programática. Pero todo este trabajo no dio resultado, ya que cuando estábamos llegando a la fecha del primer RAT quedó visible que la Comisión estaba conformada y por lo tanto, se le otorgaba a APC solamente tres lugares de los veintiuno que tiene la Comisión Directiva, lo que implicaba sub representar fuertemente a nuestra coalición, reduciendo notablemente su capacidad de influencia.

Todo comenzó a cambiar el jueves 23 de mayo, en la primera reunión del RAT, cuando el entonces vicepresidente segundo y miembro del RAT, José Scaliter pidió un cuarto intermedio para tratar de conformar una Comisión entre las cuatro listas. En principio hubo desconcierto, lo que sucedió es que Amia es de Todos había girado 180 grados sobre sus posiciones sostenidas en todos los comicios y en esta oportunidad iba a priorizar su programa, no se sabe las motivaciones reales de este cambio, pero no podría descartarse la influencia del cuerpo asesor, conformado por el candidato testimonial Pepe Eliaschev, el escritor Marcos Aguinis y el no socio Santiago Kovadloff, quienes habrían tomado nota de haber influido notablemente en la perfomance electoral de la agrupación a la que se incorporaron o apoyaron.

Rápidos reflejos de los ortodoxos
En este escenario, la ortodoxia, rápida de reflejos, recurrió a un conjunto de delegados perteneciente al otrora partido predominante en nuestra comunidad, AVODA, quienes si bien lograron su representación integrando una coalición (APC), ya habían intentando desprenderse para tratar de obtener cargos expectables, y al no haber logrado su cometido, tuvieron que retroceder. Esa noche, el BUR resolvió cobrar cara la defección de Amia es de Todos, que a esa altura estaba solicitando la presidencia de la Institución y entablar negociaciones con AVODA, que contaba con nueve delegados, que sumados a los treinta y ocho propios y a los cuatro de la lista encabezada por el Ing. Manuel Junowicz, llegaban a 51, número suficiente para imponerse en la última reunión del RAT, donde se requiere mayoría simple de los presentes.
En ese punto, ya comenzaba a definirse el proceso, se presentaron listas, se votó en las tres reuniones siguientes, pero incluso, cuando llegamos a presentar una lista con Amia es de Todos, en base a nuestro programa, los números ya no alcanzaban, ya que se había conformado una sólida alianza entre los anteriormente nombrados. El final es conocido: una Comisión con mayoría del BUR, legitimada por la presencia de AVODA y Unidad Comunitaria, con notorios invitados permanentes de Amia es de Todos.

Pero la zaga no termina acá, ya que el trío notorio que ayudó al rabino Bergman en su campaña por la diputación nacional, vía actuación comunitaria, emitió un comunicado de prensa con fuertes críticas a nuestra coalición como si hubiésemos entrado en la comisión, la única explicación para tamaño paso en falso podría ser que lo tenían preparado pensando que íbamos a entrar y los dejábamos afuera, pero no sabemos por qué razón lo lanzaron a pesar de que nosotros nos mantuvimos fieles a nuestros principios, y además sin tener en cuenta que Amia es de Todos ubicó dos destacados invitados especiales, como para no quedar tanto a la intemperie y tratando de quedar como aquellos puros que están más allá del bien y del mal, pero lamentablemente fueron desenmascarados rápidamente por un fuerte comunicado de nuestra coalición y por la fuerza de los hechos.

AVODA: el trauma de ya no ser
Más allá de toda otra consideración, no hay que dejar de reconocer que el BUR logró continuar al frente de la AMIA avalado por el 42% de los votos y una hábil estrategia negociadora, que le permitió tener la flexibilidad suficiente cambiando de socios, ya que cuando Amia es de Todos varió su posición, tentaron a dirigentes que privilegiaron intereses de corto plazo, y llevó adelante la gran Barak: cuando el ex ministro de Defensa de Israel, quien había llevado a AVODA al gobierno en alianza con el líder del Likud Netanyahu, al retirarse su partido de la coalición, creó otro y con cuatro diputados logró un número igual de ministerios; pero su nuevo partido tuvo corta vida, ya que a los dos años tuvo que retirarse de la vida política activa.

Hoy no sabemos a ciencia cierta qué va a pasar con estos dirigentes cuando perciban con claridad que no van a poder influir en la nueva gestión del BUR, pero sí es claro que probablemente estemos ante un nuevo mapa en la representación e incluso en la política comunitaria, y lo que es más evidente aún es que ya no se puede negar la existencia de numerosos puntos de conflicto al interior de nuestra Comunidad. Conflictos que desde nuestra coalición de APC intentamos expresar y darles respuesta con un programa claro, pero al no poder triunfar en forma contundente en las urnas, sufrió el desprendimiento de un sector que necesita ocupar cargos en las instituciones centrales para sobrevivir políticamente, ya que no pueden asimilar los cambios que se han producido y que no sólo han reducido su fuerza electoral, sino que ya no pueden dar respuestas a los nuevos desafíos que incluyen la lucha por la inclusión de todos los judíos y la consiguiente igualación de derechos, tal cual ha venido ocurriendo en nuestro país desde la restauración democrática. El trauma de ya no ser está llevando a AVODA a su suicidio político. Es una pena.

A los integrantes de APC nos queda revisar todo nuestro trabajo, especialmente el de los últimos dos años, hacer una profunda y sincera autocrítica para poder detectar errores y rectificar rumbos, en pos de trazar un nuevo camino que permita seguir sumando socios a la institución y por sobre todo lograr, ya en las elecciones de 2016, que una mayor cantidad de socios tomen conciencia de que es muy importante su participación y mediante su voto posibiliten terminar con las exclusiones y las discriminaciones en nuestra Institución más importante. Ese es nuestro compromiso y para eso deberemos motivar especialmente a aquellos que prefieren la crítica fácil, sin participar, y miran cómodamente desde la tribuna. En las dos últimas elecciones se aumentó notablemente la participación, y esto se debe a que supimos interpretar el sentir de buena parte de nuestra Comunidad, pero no fue suficiente, nos falta derrotar una buena porción de individualismo e indiferencia por el destino de los otros.
No hay que dejar de tener en claro que las dificultades también surgen por el peso que la política nacional tiene desde hace unos 20 años en las instituciones centrales de nuestra Comunidad. Si bien este punto es muy difícil aislar, el problema surge cuando el objetivo principal es la política nacional y el trabajo comunitario es un mero instrumento al servicio de ese objetivo, por eso es tan complejo y difícil lograr un cambio real y romper el status quo.
Deberemos seguir haciéndonos fuertes alrededor de nuestros principios, llevar adelante una oposición responsable, con críticas constructivas, sin ataques personales, y por sobre todo, que se acepte el hecho de que se puede sobrevivir políticamente en la oposición sin ocupar cargos, en una comunidad donde todavía se sufre el no poder formar un gobierno de pared a pared, viéndolo como una forma de división y no como lo que realmente es, que existen distintas formas de ser judíos y que la lucha es por lograr que eso se respete y se logre dar contención a las distintas expresiones.

* La autora es Presidenta de Meretz Argentina.