De eso se trata, de las voces, de las cantantes de la colectividad que por principios religiosos no pueden darse a conocer ni deleitar al público en el programa de AMIA «EL LEGADO» por el canal 7 estatal.
Las mujeres no pueden cantar por televisión porque los ortodoxos dominan el poder y controlan la programación quitando fuentes de trabajo a las que de ese modo podrían publicitarse por su talento.
Las que no pueden cantar son las mujeres que cantan, porque seducen a los hombres en vivo y en directo y por televisión.
Las mujeres que cantan son trabajadoras de la voz silenciadas por obediencia a la religión mientras que en Israel sí pueden las ortodoxas seguramente perteneciente a un grupo más moderado.
Las mujeres por el contrario pueden cantar en el teatro de AMIA.
¿Paradójico no? Con esto quiero decir que todo lo que los ortodoxos respeten y practiquen entre ellos me parece muy bien, lo que no puedo permitir es que me y nos gobiernen ya que dentro de la comunidad las mujeres son el 51% del padrón electoral y la mayoría como yo no somos ortodoxas.
Este es otro secreto a voces y como llegan las elecciones de AMIA y como mujer judía elevo mi VOZ de protesta.