Dos días de Obama en Israel

Obama llama a hacer la paz por encima de la cabeza de los políticos

En un día que comenzara con una ráfaga de misiles Kassam -que lanzados desde Gaza explotaron en poblados del sur israelí-, como un recordatorio de lo explosivo de la situación, el Presidente estadounidense Barack Obama alcanzó a entrevistarse con las autoridades palestinas e israelíes en Ramallah y Jerusalén, mostrando simpatía con ambas dirigencias políticas, pero llamando al público de los dos bandos a hacer por la paz, por encima de las cabezas de los políticos que buscan excusas para escaparle.

Por Shlomo Slutzky

La primera estación del Presidente Barack Obama en su segundo día en la zona fue la Mukata (sede del gobierno palestino), en Ramallah, donde se entrevistó con el Presidente Mahmud Abbas luego der sortear una concentración de varios cientos de palestinos que –zapatos en mano- se manifestaron en contra de la visita de quien «apoya los crímenes de guerra israelíes» y quien en las Naciones Unidas votó «a favor de la ocupación» cuando se debatió la incorporación de Palestina como «Estado no miembro», en noviembre pasado.
Al término de la reunión, Abbas y Obama ofrecieron una conferencia de prensa en la que no se ocultaron las diferencias entre los dos dirigentes. A pesar del claro llamado del visitante a respetar el derecho de los palestinos a un Estado Independiente junto al Estado de Israel, los oyentes en la sala, los millones de televidentes y, antes que nada, el mismo Abbas, escucharon también a un Obama que no les dio todo lo que esperaban. El presidente estadounidense habló de «Dos Estados para dos pueblos», pero no habló de fronteras basadas en el 4 de junio de 1967; habló también del papel «No positivo para la paz» de las colonias israelíes en Cisjordania, pero no llamó a congelarlas. Por lo contrario, Obama llamó a los palestinos a volver a la mesa de negociaciones «pensando en las tratativas de paz y no en imponer condiciones previas para las mismas».
Si la sensación entre los palestinos era de clara desilusión cuando Obama subió al helicóptero presidencial para hacer los escasos 15 kilómetros que lo separaban de Jerusalén, esa sensación se vio transformada al escuchar al mismo «adulto responsable» ante un público de cientos de estudiantes israelíes reunidos en el mega-teatro Binianei Haumá.

Obama ofreció a los estudiantes y a los israelíes en general una lección de «abrazar y empujar»: habló de la relación del pueblo de Israel con la Tierra de Israel, de las razones de la creación del Estado de Israel y de sus logros en todas las materias, pasando de ahí al centro de su discurso, en el que llamó a los jóvenes a dar chance a la paz. «Que es necesaria y justa para los palestinos, como necesaria para el Estado de Israel», dijo, en una serie de frases que algunos definieron como correspondientes al ala izquierda de la política israelí.
Asimismo, el presidente estadounidense sostuvo que: «Para que Israel siga siendo un Estado judío y democrático, debe haber al lado un Estado palestino”. Y en otro tramo de su discurso, afirmó: “Los derechos de autodeterminación y justicia de los palestinos también deben ser reconocidos. Pónganse en sus zapatos y miren al mundo a través de sus ojos. No es justo que un niño palestino no pueda crecer en su propio Estado y viva con la presencia de un ejército extranjero que controle los movimientos de sus padres cada día. No es justo que la violencia de los habitantes de los asentamientos contra los palestinos no sea castigada, y tampoco lo es el desplazar a familias palestinas de sus casas”.

Otra de las fuertes expresiones de Obama fue: «La única manera de defender en forma efectiva a Israel es evitar la guerra. Ninguna muralla será lo suficiente alta, ni ningún sistema antimisil suficientemente efectivo para hacerlo». Al apelar a las sociedades israelí y palestina, sostuvo que: «Los pueblos son los que deben hacer las paces, no los gobiernos. Como político puedo asegurarles que la paz no comienza en proyectos de dirigentes, sino en el corazón de los pueblos, en el corazón de quienes comparten esta Tierra Sagrada y esta ciudad sagrada de Jerusalén».
Como corolario, Obama pidió a los jóvenes que exijan y luchen por la paz asumiendo riesgos. “Israel es el Estado más poderoso en la zona. Israel tiene el inquebrantable apoyo de la nación más poderosa del mundo. Israel tiene la sabiduría de ver el mundo tal como es pero también la valentía de ver el mundo cómo debe ser».

De antemano, el equipo de Obama aclaró que su visita no sería aquella en la que el presidente pondría un plan de paz israelo-palestino sobre el tapete. Pero está claro que el objetivo fue iniciar los preparativos para hacerlo. Obama quiere justificar el Premio Nobel prematuro que recibiera tres años atrás, y con este discurso hizo importante pasos para hacerlo. Hay quienes dicen que por la intensidad de los aplausos en la sala y el entusiasmo que causó en millones de israelíes que lo escucharon en todos los canales y radios, si hubiera culminado sus 18 magistrales minutos de discurso por la paz con un llamado a salir a la calle a tomarla en sus propias manos, es muy probable que el 21 de marzo se hubiera convertido no sólo en el Día de la Primavera en el hemisferio norte, sino el día del comienzo de la primavera en la lucha por la paz israelo-palestina.
Y quizás de eso se trata.