DAIA:

Frente brumoso con camaleones de acero

El 4 de diciembre asumirá la nueva conducción de la DAIA bajo un frente brumoso que amenaza con descomponer el clima aún antes de la asunción. Los dichos de Gilbert Lewi y los contradichos de la anterior conducción de la DAIA, acerca de la defensa de su independencia de criterios respecto a los gobiernos de turno, o las críticas realizadas, también por Lewi, a la abogada de la querella unificada, Marta Nercellas, son los primeros escarceos que indican el tenor de la batalla que se avecina para definir quién conducirá -efectivamente- los destinos de la institución política más importante de la comunidad judía de la Argentina.

Por Guillermo Lipis

Gilbert Lewi no asume en las mejores condiciones de racionalidad política de la institución. Rodeado en algunas de las posiciones más importantes por dirigentes que mantuvieron su poder (por haber sido re-electos), y que están dispuestos a mantenerlo o aumentarlo, los últimos días de gobierno del actual Consejo Directivo parecen estar dedicados a limpiar su imagen de cualquier tipo de afrentas poniendo a consideración, incluso, su sometimiento al Tribunal de Etica Comunitario.
El ejemplo más paradigmático, de todos modos, es la defensa enconada y apologética que han hecho de la gestión de Marta Nercellas. La abogada de la querella unificada, debería responder, por ejemplo -habiéndose descubierto que trabajaba como abogada para empresas del Grupo Yabrán- si esa posición le hubiera permitido profundizar la pista que lleva a la empresa de limpieza La Royal perteneciente al llamado Grupo Yabrán. Nueva Sión publicó ese dato por primera vez en su edición de junio de 1999. “Hasta el día de hoy -afirmaba su autor, Juan Salinas, en ese entonces- no se conocen los resultados de la supuesta investigación”. Hasta hoy, diciembre de 2003, tampoco. Ni Nercellas ni ningún abogado profundizó esa hipótesis investigativa.
¿Puede la doctora Nercellas ser la persona que postule el alegato final en nombre de la querella unificada a sabiendas de su claro alineamiento profesional con la conducción saliente de la DAIA y Beraja? ¿Qué cambio se produciría si ello sucediera?
Es claro que en el tema del juicio oral, la suerte está definida. Algunos perejiles adentro, conexión local e internacional afuera. Se ha comprado la historia oficial de la Traffic y todos quieren a algún detenido. Pero en estas condiciones, esto no es sinónimo de éxito ni merece el “reconocimiento por su brillante desempeño como letrada patrocinante”, tal como lo expresara la DAIA en la carta de desagravio a Nercellas firmada por el Presidente saliente, José Hercman (quien podría llegar a ocupar, ahora, la presidencia del Congreso Judío Latinoamericano como un escape hacia adelante); el Vicepresidente Primero Jorge Kirszenbaum y el Secretario General, Julio Toker (estos dos últimos mantuvieron su espacios en el Consejo Directivo entrante).
Nercellas se autodefinió como mandataria de la DAIA, y desde allí el camino de su estrategia. Debe desprenderse, entonces, que la ruta la marcó la DAIA a través de su actual Vicepresidente Primero Jorge Kirszenbaum, el mismo que detentará esa posición en el mandato de Lewi.
Queda por saber si Lewi le restará poder, dentro de la atribución de su jerarquía, y lo desplazará del cumplimiento de la función de nexo entre el cuerpo de abogados y la DAIA. Pero si esto no sucede, o sea: si la Nercellas se mantiene en funciones, y las ejerce efectivamente, y si Kirszenbaum mantiene su rol estratégico de nexo entre el mandante y el mandatario, y también lo ejerce efectivamente; difícil le va a ser a Lewi demostrar cambios que permitan inspirar confianza en la nueva conducción.
Cambiar para que nada cambie, camaleones de acero (cambian de color pero no se rompen), pero no se trata de eso.
El manejo político y legal de la Causa AMIA ya marcó una impronta en la percepción institucional que se tiene de la DAIA. Una de las misiones más difíciles de Lewi será acercar la DAIA a la gente a través del cambio de estatutos que permitan la fórmula de un judío (institucionalizado)-un voto; tornarla amigable, confiable y con una política de puertas abiertas a los verdaderos problemas de las instituciones y la comunidad en su conjunto.
Pero no sólo Gilbert será el responsable de lograr ese frente sólido y distinto. Los dirigentes de las instituciones afiliadas a la DAIA también tienen su parte porque nada se construye de a uno.
Algunas, al ver los apoyos con los que contaba Lewi (en la solicitada que salió a su favor en medios nacionales) cambiaron su voto dejando a la deriva su compromiso original.
Antes de comenzar su gestión, Lewi ya se encontró con un frente que le anticipa que no le va a ser fácil conducir.
En realidad, en todos estos escarceos se está jugando la definición y el uso del poder. Ese poder que se desbarató en el recordatorio del 18 de julio de 1997, cuando una multitud le dio la espalda a Beraja. Ese es el verdadero poder, el de la gente, no el de las organizaciones temerosas de un aparente pensamiento diferente (que por el sólo hecho de ser diferente fue tildado despectivamente de “izquierda” por esas instituciones que decidieron darle la espalda a Lewi a último momento) que aún deberá ser demostrado a lo largo de los próximos años de mandato.
Está todo por hacerse y, sobre todo, debe despejarse el frente brumoso sostenido aún de la mano de una dirigencia oportunista que se niega a emprender, definitivamente, la retirada.