Adelanto de la Edición Impresa

19 años después, no al Memorándum sí a la Justicia

18 de julio de 1994, 9.53 de la mañana. Un estallido, gritos, desesperanza, lágrimas entremezcladas con polvo y más tarde silencio, el más ensordecedor de los silencios.
Angustia y bronca, no entender, no tener respuestas.
Hablar del atentado a la AMIA no es hablar únicamente de la comunidad judía argentina, no es hablar sólo de las 85 víctimas fatales ni de sus familiares; hablar de este atentado es hablar de una herida abierta en el corazón de todos los argentinos que, judíos o no judíos, vimos desvanecerse la tranquilidad y seguridad ciudadana frente a un hecho de horror perpetrado contra nuestro país, contra nuestra gente.
Nuestras instituciones rodeadas de pilotes simbolizan la impunidad y la desidia. Son la imagen viva de años sin respuestas, de angustia, lágrimas y broncas que nos estigmatizan y frente a esto está nuestra lucha, nuestro compromiso, nuestra esperanza. (...)

Desde Acción Plural Comunitaria no hemos bajado los brazos nunca, ni un sólo día y no vamos a hacerlo hasta que los culpables sean juzgados como corresponde.
No somos de quienes hablan por hablar, no queremos que el atentado sea mal utilizado como una herramienta de prensa o posicionamiento político. Creemos que un hecho como éste, que ha minado la tranquilidad de nuestro país dejando 85 víctimas fatales, debe ser abordado con la seriedad y la responsabilidad que corresponden. Hemos escuchado, durante estas semanas, distintas opiniones; hemos sido testigos de un tironeo mediático que no hace más que perjudicar a la causa y a nuestra comunidad y no quisimos ni queremos ser parte de eso.
Nuestro compromiso no necesita de frases hechas, no necesita de grandes títulos vacíos. Muchos de nosotros estuvimos ahí ese 18 de julio fatal y hemos estado desde entonces comprometidos con la causa. Fuimos parte de quienes ayudamos a levantar nuevamente el edificio de la AMIA y de quienes año tras año reclamamos verdad y justicia sin importar gobiernos, presidentes ni ideologías.
Son las lágrimas entremezcladas con el polvo; los gritos fundidos con el silencio que hoy nos siguen ensordeciendo; las búsquedas de horas, días, semanas para encontrar a cada herido, a cada víctima; las familias quebradas por la impunidad; los reclamos no escuchados; las promesas incumplidas; las heridas abiertas, las que nos llevan –con la misma fuerza que tuvimos desde un primer momento– a seguir trabajando para que todos los responsables sean juzgados.
Advertimos desde un primer momento sobre la firma del Memorándum de acuerdo entre Argentina e Irán porque creemos que esto no significará un avance para la causa y que no ayudará a avanzar en la búsqueda de verdad y justicia que desde hace casi 19 años venimos reclamando.
No somos juristas, embajadores, políticos, legisladores; somos ciudadanos comprometidos. Somos argentinos y judíos que queremos respuestas, que queremos cerrar esta herida abierta que cambió la historia no sólo de nuestra comunidad sino de toda la sociedad argentina. Este debe ser el compromiso de todos porque es la única manera de terminar con años de impunidad, corrupción y encubrimientos que minaron la causa AMIA.
18 de julio de 2013, 9.53 de la mañana. ¿Desesperanza, lágrimas, silencio o habrá finalmente respuestas?