Conflicto Israel/Gaza

Día a día crece la espiral de violencia

Con el bombardeo al cuartel general del gobierno de Hamás y la movilización de 75.000 reservistas, noticias que se suman a la andanada de cohetes lanzados desde Gaza, que llegaron, además del sur de Israel, a Tel Aviv e incluso a Jerusalén, el recrudecimiento del conflicto con la Franja continúa agravándose minuto a minuto.

Tras el bombardeo que el miércoles mató al jefe militar de Hamás, Ahmed Yabari, luego de que el sur de Israel soportó semanas con lluvias de cohetes, el conflicto con el gobierno de facto de Gaza entró en la escalada de violencia más grave desde 2008. Hasta el momento, se cobró la vida de tres civiles israelíes y 30 palestinos, y dejó más de 100 heridos.
La cuarta jornada del nuevo conflicto comenzó con el bombardeo al cuartel general de Hamás, en lo que con el transcurrir del día se convirtió en una serie de operaciones en el que las fuerzas armadas israelíes atacaron 85 puntos estratégicos. El edificio del cuartel, situado en el barrio Naser de la ciudad de Gaza, quedó prácticamente destruido, sin que hubiera víctimas.
De esta manera, llegaron a 600 los objetivos atacados por Israel en Gaza; en tanto que los cohetes arrojados por los grupos terroristas palestinos suman 550.

Si bien el Ejército de Israel sostiene que su objetivo son los líderes del gobierno fundamentalista, así como los arsenales y zonas de lanzamiento de los cohetes, todo hace prever una nueva ofensiva terrestre sobre la franja tras la reunión de este viernes del primer ministro Binjamin Netanyahu con su gabinete. Casi al mismo tiempo, el ministro de Defensa, Ehud Barak, aprobó la movilización de 75.000 reservistas en el marco de la ofensiva Pilar Defensivo.
Se trata de la cifra mayor de reservistas movilizados en décadas, muy por encima de los incorporados a la guerra con Hezbollah, en 2006, y a la ofensiva Plomo Fundido, en 2008.

En Gaza el estruendo de los bombardeos se combina con el zumbido de los drones y con el de los cohetes palestinos, que llegaron a alcanzar los alrededores de Jerusalén. Por primera vez desde 1970, un cohete impactó muy cerca de la Ciudad Santa, en lo que significó una demostración de fuerza sin precedente por parte del régimen de Hamás.
Las sirenas antiaéreas también volvieron a sonar en Jerusalén, a 21 años de la última vez, durante la guerra del Golfo. Al menos un proyectil impactó en la colonia de Gush Etzion, ubicada al suroeste de Jerusalén, que se encuentra a 65 kilómetros de distancia de la Franja.

Difíciles desafíos para la paz
Ante la tensión reinante, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de urgencia durante la noche del miércoles. No obstante, la misma terminó sin decisiones y con un simple llamamiento al cese de la violencia. Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abbas, pidió una reunión de urgencia a la Liga Árabe.
El objetivo principal de Hamás en esta nueva escalada bélica es poner a prueba su alianza con el flamante presidente de Egipto, el islamista Mohammed Morsi. Para el analista Nathan Thrall, el conflicto revela hasta qué punto cambió la región desde que empezaron los levantamientos árabes. «Ahora que Gaza está bajo fuego, las voces que se escuchan no son las de quienes integran el así llamado «eje de la resistencia» -Irán, Siria, Hezbollah-, sino de aliados de Estados Unidos, como Egipto y Qatar”, sostuvo.

Hasta el momento, el presidente egipcio se mostró del lado de Hamas: no sólo convocó a su embajadora en Israel, sino que hizo viajar ayer a Gaza a su primer ministro, Hesham Kandil. Así las cosas, la visita de un funcionario egipcio del más alto rango plantea un dilema para Israel. Sin dudas, acordar un cese del fuego y no responder a los misiles que explotaron en las inmediaciones de Tel Aviv y Jerusalén, y a la muerte de tres civiles cerca de Gaza, puede convertirse en un sapo difícil de tragar para el gobierno de Netanyahu.