El próximo martes 4 de septiembre, en el Hotel Hilton, la AMIA llevará a cabo su Cena Anual, el evento que la institución comunitaria desarrolla desde hace cinco años para fortalecer las acciones de la Red de Empleo. Se trata de una cita que paulatinamente fue cobrando importancia en tanto acto político, al que asisten referentes de primer nivel. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. El conflicto surgió al conocerse la invitación al edil porteño, que las autoridades de la AMIA le trasmitieron personalmente en una reciente visita encabezada por Guillermo Borger. “Ratificamos continuar con esta gestión histórica con una excelente y cordial relación”, aseguró el presidente de la mutual, tras el encuentro con Macri.
La lógica reacción de 18J, la Asociación de Familiares y Amigos de las Victimas en el Atentado a la AMIA, no se hizo esperar. El repudio a la decisión de AMIA al invitar a Macri a su cena se plasmó en un comunicado. La invitación, expresó la entidad, «es una falta de respeto a los familiares de las víctimas del atentado y a la sociedad argentina en su conjunto, dado que el propio Jefe de Gobierno está procesado por ser integrante de una asociación ilícita responsable de las escuchas ilegales sufridas por integrantes de dicha asociación entre otros». Asimismo, la misiva hace referencia a la designación que el Jefe de Gobierno porteño hizo al frente de la Policía Metropolitana al comisario «Fino» Palacios, también procesado por encubrimiento en la causa por el atentado a la mutual judía; para manifestar finalmente que: «Es inaudito que se honre de esta manera a quien banalizó el Holocausto ante el silencio cómplice del presidente de la AMIA, quien no duda en utilizar la cena anual como excusa para justificar su actitud obsecuente. Da mucha pena que la AMIA no cuide, no proteja, no respete a los familiares de las víctimas».