Ante el uso espurio de comparaciones con el nazismo

El escamoteo de la DAIA

El autor del libro “Brindando sobre los Escombros” comparte una reflexión crítica acerca de la actitud temerosa y contradictoria que la expresión política de la comunidad judía argentina tuvo frente a una expresión poco feliz de Marcos Aguinis, quien en su artículo “El veneno de la épica kirchnerista”, esbozó una comparación de los movimientos sociales oficialistas con las juventudes hitlerianas, que generó polémica e indignación en el seno de la colectividad.
Por Horacio Lutzky*

Por estos días, el escandaloso silencio inicial de la DAIA -seguido de un tibio comunicado genérico- acerca del temerario artículo de Marcos Aguinis publicado el 21 de agosto último en La Nación, suscitó indignación, aunque no sorpresa. La certera crítica de Manuela Fingueret en Página/12 del 29 de agosto resume adecuadamente el conflicto.

Las actuales vacilaciones de la DAIA no sólo se relacionan con el sujeto a criticar (en este caso un intelectual orgánico del establishment), sino con su inalterada conducta desde los años ‘90 hasta la actualidad, la misma que puso a su actual titular a homenajear (brindis incluido) a acusados de encubrimiento del atentado a la AMIA.
Pero además, la DAIA encuentra dificultades para censurar el uso espurio de analogías con el nazismo y la persecución antisemita, porque las propias instituciones centrales han cultivado esa forma de chantaje moral en tiempos recientes. De tal modo, el procesamiento judicial al ex presidente de DAIA Rubén Beraja por su involucramiento en el desvío de las investigaciones, según estas entidades, es equivalente al libelo antisemita sobre “una conspiración internacional del pueblo judío para dominar el mundo”, tal como reza un escrito firmado tiempo atrás por los actuales presidentes de DAIA y AMIA.

Así fue cuando, en diciembre de 2009, el juez Ariel Lijo corrió vista a las querellas para que acusen y fijen su posición en el proceso seguido por las irregularidades que evidenciaron el encubrimiento del atentado a la AMIA. Entonces, los presidentes de AMIA y DAIA, Guillermo Borger y Aldo Donzis, con el patrocinio del Dr. Miguel Ángel Zechin, supuestamente querellantes, presentaron un escrito que la defensa de Beraja no hubiera podido redactar mejor, para lo cual acudieron al recurso de encuadrar todo en “persecución antisemita”. En dicha pieza se abstuvieron de acusar a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, del ex juez Galeano sólo efectuaron un cuestionamiento tangencial, pidieron medidas dilatorias para que la causa no llegue a juicio oral, y señalaron que en la investigación del atentado no hubo conspiración alguna.
“En ese tren de lanzar acusaciones, que calificamos de perversas, enfermizas y por cierto peligrosas, se olvida que la AMIA y la DAIA fueron las víctimas directas del ataque”, afirmaron los titulares de las entidades para evitar la condena a uno de sus dirigentes. “El señor Beraja representaba y actuaba en nombre de toda la dirigencia comunitaria. Lo que él sabía, lo sabían todos los dirigentes de las instituciones, a los cuales mantenía informados en reuniones periódicas, pues, entre otras, esa era su función como Presidente de la DAIA”, señalaron. Entonces, que “hoy esté sometido a proceso es un dislate para el que nos faltan calificativos. Junto con él, se arrastra en tal acusación a toda la dirigencia comunitaria de aquélla época”, que por lo visto aún sigue siendo esta época. Luego, calificaron de “desvergonzada” la acusación contra Beraja, señalando que ella obedece a la voluntad de transformar a la víctima en victimario, dentro de la “fantasía” de la existencia de un complot encubridor. Nada más alejado de la realidad, dijeron Borger y Donzis en su presentación ante la Justicia.

Y entonces, para reforzar su argumento de rechazo al procesamiento por encubrimiento, no dudaron en apelar a una infame comparación, tal como ahora hace Aguinis:
“En calumnias como ésta han abrevado los más acérrimos antisemitas en el mundo entero. De ellas se han alimentado las teorías judeofóbicas más abyectas y viles, según las cuales existe una conspiración internacional del pueblo judío para dominar el mundo. Su paralelo con las frases volcadas por la sala ad-hoc es estremecedor”, opinaron en su escrito los titulares de AMIA y DAIA sobre el fallo de la Cámara Federal de Apelaciones que confirmó el procesamiento de Beraja con relación al soborno de más de U$400.000 a Telleldín. Con ese pago ilícito se obtuvo una declaración –anulada años después- que desvió dramáticamente las investigaciones, y su juzgamiento nada tiene que ver con el antisemitismo, ni con “las teorías judeófobas más abyectas y viles”.

Después de este magistral escamoteo de significados, a Donzis se le hace todavía más difícil criticar a Aguinis.

*Abogado y periodista. Autor del libro «Brindando sobre los Escombros». Ex director de Nueva Sión.