Durante la conferencia que celebró los 20 años de la aprobación de las Leyes Básicas de Dignidad Humana y Libertad, desarrollada el 21 de diciembre en Herzliya, Dorit Beinish, Presidenta de la Corte Suprema de Israel, declaró que la reciente oleada de polémicas leyes derechistas en la Knesset pueden hacer peligrar los actuales esfuerzos constitucionales de Israel. “Si bien no comparto por completo las previsiones sombrías respecto a las nuevas iniciativas constitucionales, estoy profundamente preocupada por ellas”, afirmó la jueza.
Beinisch también volvió a criticar una serie de proyectos que buscan cambiar la forma de designación de jueces para la Corte Suprema de Justicia.
“Los eventos producidos durante los últimos meses, y los diferentes proyectos de leyes que están siendo enviados a la Knesset, algunos de los cuales parecen cambiar los principios básicos del Estado, incrementan el miedo de que la estructura que fue construida acá desde hace sesenta años, y puntualmente durante los últimos 20 años, está parada sobre pilares inseguros”, sostuvo Beinish, en lo que fue la declaración más crítica hacia los partidos de derecha en el poder.
Por su parte, el ex Presidente de la Corte Suprema, Aharon Barak, expresó preocupaciones similares al afirmar que Israel presenció recientemente una “ola legislativa turbia”, al tiempo que los ataques contras las cortes lindan la “incitación”.
El jurista también destacó que: “En la Knesset, las leyes están siendo consideradas, en las propias narices de los legisladores, como inconstitucionales. Esta no es la manera en que el parlamento se manejaba en el pasado”. Y agregó: “Hay un sentimiento creciente de que la mayoría parlamentaria desea usar su poder al máximo, mientras se libera a sí misma de las limitaciones que una democracia constitucional impone a las mayorías, cambiando de este modo las reglas de juego antes de que el juego termine”.
Entre las polémicas leyes impulsadas por la derecha, se destacan los proyectos que restringen las donaciones de gobiernos extranjeros a ONGs, impulsadas por los diputados Ofir Akunis, del Likud, y Faina Kirshenbaum, de Yisrael Beiteinu. A comienzos de diciembre, el fiscal general Yehuda Weinstein advirtió que ese tipo de proyectos son inconstitucionales, y que si son aprobados por la Knesset, él no podrá defenderlos en la Corte Suprema de Justicia.
Weinstein explicó esta decisión inusual en una carta enviada al Primer Ministro Benjamín Netanyahu. “Mi postura es abstenerme lo máximo posible de declarar leyes inconstitucionales, por respeto al trabajo legislativo del gabinete y la Knesset, pero a la luz de los descargos previos, se justifica apartarme de esta política –afirmó Weinstein-. Esto implica que si estos proyectos se convierten en ley, no voy a estar dispuesto a defenderla frente a las peticiones que serán enviadas a la Corte Suprema”.