La periodista egipcia, exigió a Shalit respuestas a preguntas tan ajenas a su conocimiento esperado como ser : «Por qué sólo la mediación egipcia logró el acuerdo de intercambio de prisioneros mientras que todas las anteriores fracasaron?. Shalit, que claramente entendía que contestar era su obligación en pago a la mediación egipcia en su liberación, se vió obligado a contestar a preguntas que podían comprometerlo ante israelíes y palestinos, como ser: » Piensas hacer algo para ayudar a la liberación de miles de prisioneros palestinos que aún quedan en cárceles israelíes?”.
Y sin embargo, aunque pálido y extremadamente delgado, Guilad Shalit no perdió los estribos –ni las agallas- y le respondió a la periodista/abusadora: «Por supuesto que quiero que los prisioneros palestinos sean liberados…. pero no para que regresen a actuar contra israelíes, espero que el acuerdo de intercambio de prisioneros permita acercar un acuerdo político, para que no haya más guerra y lleguemos a la paz».
Desde tempranas horas de la maňana de ayer comenzaron a llegar los autobuses que concentraron a los 477 prisioneros palestinos en manos de Israel. Pero a pesar que todo estaba acordado entre isaelíes y palestinos con la garantía egipcia, sólo las imágenes trasmitidas por la televisión egipcia y en las que se vió a la comandancia militar del Hamas -encabezados por Ajmad Yabari- entregando a los mediadores egipcios a Guilas Shalit, fue el signo para el traspaso de los prisioneros salidos de las cárceles israelíes a manos palestinas.
Del puesto de frontera egipcio, Shalit fue trasladado a manos de los oficiales israelíes que se saludaron a besos con los egipcios, Shalit recibió un uniforme militar con insignias de Sargento que se le otorgaran en ausencia en estos aňos y de ahí fue trasladado en un helicóptero a la base militar Tel Nof en el centro del país. Allí, Shalit pagó otro precio político por su liberación, siendo recibido antes que nada por el Jefe de Gobierno Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Ehud Barak , para ser finalmente abrazado por sus padres y abuelos, que lucharon más de cinco aňos para llegar a este momento.
Tras el encuentro con la familia, Shalit pasó por una serie de revisaciones médicas destinadas a decidir si era necesario internarlo para tratar la falta de vitamina D, la palidez que le produjera la permanencia durante aňos sin ver luz de día y la falta de carne en su alimentación cotidiana.
En el discurso que pronunciara Netanyahu a los periodistas en la base aérea de Tel Nof, el jefe de gobierno israelí, que en el pasado escribiera libros definiéndose completamente contrario a cualquier diálogo o a transar con terroristas, trató de explicar al público israelí que fue Hamas el que transó y no él o su gobierno, lo que la mayoría de los israelíes no cree, según el sondeo de opinión del diario Yediot Ajronot .
Netanyahu advirtió a los prisioneros liberados, entre ellos 280 asesinos o planificadores de acciones terroristas suicidas en las que murieron más de 600 israelíes, y debieron firmar antes de salir de las cárceles israelíes una declaración jurada comprometiéndose a no reincidir en el terror y que serán castigados si vuelven a la violencia. De reincidir, serán responsables de su propia muerte.
La advertencia no hizo especial impresión sobre Yehia Sinwar, uno de los fundadores del ala armada del Hamas y sobre el que pendían 400 aňos de prisión. Sinwar fue el principal orador en un recibimiento público a los liberados que realizara Hamas en la ciudad de Gaza y horas después de firmar el compromiso de no reincidir, llamó a Hamas a secuestrar otros soldados israelíes para lograr la liberación de todos los presos palestinos aún en las cárceles de Israel.
Sin duda, Hamas sale reforzado frente a Israel y frente a la línea política liderada por el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, que –según opinan todos los observadores- deberá a partir de ahora expresar posiciones más extremas frente a Israel, para no dejar el campo libre a Hamas. Como consideran algunos observadores, a Netanyahu le resulta más cómodo tener frente a sí a Hamas –que es rechazado aún hoy por la mayoría de las democracias occidentales- que al pragmático Abbas.