“Ni los laicos somos tan racionales, ni los religiosos tan emocionales”

Prestigioso historiador judío de los Estados Unidos y profesor dela Universidadde California en Berkeley, David Biale sostiene que hoy podemos pensar el judaísmo laico a partir de una propia interpretación de las fuentes, y no ya desde la mera oposición al religioso, como se constituyó en la modernidad. Autor de diversos libros que profundizan en la filosofía y la historia judía, Biale estuvo en Argentina invitado por la Organización Judíapara el Diálogo Interconfesional (OJDI) y fue entrevistado por Nueva Sión.

Por Afro Remenik

David Biale, en su visita a la Argentina 

Usted has planteado en distintas conferencias que el judaísmo secular se había erigido a partir de la modernidad desde la negación hacia lo religioso, y que hoy podemos pensar en un judaísmo secular “por el sí” ¿Qué significa esta transformación? ¿Cómo se manifiesta? 

En el siglo XVIII este judaísmo laico se planteaba como opuesto a la comunidad de rabinos y en contra de la comunidad religiosa. Ese era el contexto social de la negación ideológica o intelectual. Pero en la diáspora nosotros no vivimos hoy en una comunidad coercitiva, que nos obligue a comportarnos de alguna manera determinada. Eso nos posibilita encontrar un camino de regreso a la tradición judía e interpretar las fuentes tradicionales en un espíritu laico y libre. En las fuentes tradicionales, desde un punto de vista laico secular, podemos encontrar un testimonio importante para nosotros.

Incluso en Israel hoy en día hay un grupo de judíos laicos que tratan de apropiarse de las fuentes, desafiando la coerción religiosa. Los religiosos dicen “Las tradiciones son nuestras, ustedes los laicos están fuera”. Hay por ejemplo Ieshivot laicas, que son lugares donde la gente va a estudiar las fuentes desde un punto de vista secular. La idea es decirles a los religiosos “Ustedes no tienen el monopolio de las fuentes, los libros, etc. Los documentos son de todos, es una biblioteca abierta”. Yo pienso que son más fuertes en Israel que en la diáspora. 

¿No ve acaso al judaísmo laico muy de Apolo, muy racional, muy político y no dionisíaco, borracho, instintivo, emocional…?

Yo creo que desde la izquierda vemos a la derecha como muy emocional, muy agarrada a la tierra como algo sagrado, y a nosotros como algo opuesto. Pero no es tan taxativa la distinción: las fuentes que nosotros leemos no son solo racionales, no es solo Maimónides como un modelo del racionalismo judío; también leemos e interpretamosla Kabalah, que es un mito no racional, o el Midrash, que es un libro muy novelesco, sin argumento muy racional. No sé si lo llamaría dionisiaco, pero no es racional en el sentido más puro. 

Esta oposición entre el judaísmo laico y religioso parece ser producto de la modernidad y desde hace un par de décadas vivimos como una ruptura de esta modernidad, donde se empiezan a quebrar estructuras rígidas y oposiciones fuertes. Podríamos decir que es una época ecléctica. Entonces, en ese contexto, ¿todavía se puede sostener hoy una oposición fuerte o se puede pensar en lo laico como una transformación no opuesta a lo religioso?  

Diría que hay una tercera opción que es una relación dialéctica con la tradición, de modo de enfrentar a las fuentes de una manera ecléctica. Si yo me inscribo a la tradición en forma completa, ella me obliga a tomarla de ese modo; pero también puedo elegir la parte de la tradición que me habla a mí. Por ejemplo, podemos hablar de organización política, y las fuentes nos enseñan que también en el pasado, las comunidades se encontraban con los mismos problemas que tenemos que enfrentar hoy en día. De hecho esos textos son muy laicos, no hay una referencia a Dios ni ala Torá, sino que son textos de política. Podemos encontrar un puente a esas fuentes que son parte de nuestra tradición, pero no necesariamente un puente religioso. 

Es posible plantear que la diferencia entre el judaísmo religioso y el laico en Israel y en la diáspora se manifiestan de la misma manera ¿No? Porque en Israel hay algunos enfrentamientos que tienen que ver con cuestiones prácticas en cuanto a la relación del Estado con la Religión, se mezclan otras cosas, lo cual afecta a la esencia de la contradicción …

En Israel se trata más de un problema moderno, entre la ilustración y los religiosos. Es una lucha contra la fuerza rabínica. De todas formas existe el intento de quebrar el monopolio religioso con respecto a las tradiciones. En Israel estas dos tendencias, la moderna y las post-moderna vienen juntas, conviven juntas y es donde se siente más la presión religiosa. En la diáspora, que no tenemos esa presión legal de lo religioso, estamos un poco más libres de interpretar las fuentes como querramos.

En Israel se renueva la lucha que había hace 200 años en el este de Europa sobre quién tiene la autoridad. Es algo extraño porque el sionismo era un movimiento laico en sus principios y sus fundadores pensaban en Israel como una sociedad laica con algunos elementos judíos. El hecho de que los religiosos crecieran en Israel de la forma en que lo hicieron es algo que no estaba en las expectativas. Y es algo relativamente nuevo desde la guerra de los 6 días. Ahora nosotros estamos viendo desde nuestro punto de vista lejano cómo esa guerra trajo también, dentro de la sociedad israelí, consecuencias negativas. Se liberó un impulso religioso y eso hizo que se liberaran una serie de fuerzas que en cierto sentido son contra el sionismo, por lo menos el sionismo como lo pensaban los fundadores. 

Por Afro Remenik, Sheliaj de Hashomer Hatzair
y Gustavo Efron, Director de Nueva Sion