El objetivo fue evaluar la presencia de actitudes «judío-fóbicas» en la población argentina, para lo que fueron consultadas 1510 personas de entre 18 y 65 años, de ambos sexos en distintas ciudades de todo el país.
El estudio muestra que los judíos son muy valorados por su dedicación al trabajo, instrucción e inteligencia, pero que es difícil establecer vínculos sólidos con ellos por ser «cerrados» y «poco solidarios». Se los cataloga de individualistas por tener como interés principal hacer buenos negocios y ganar dinero. Además, para la mayoría no es la sociedad la que los margina, sino que son ellos los que se autoexcluyen.
En primer lugar aparece una actictitud negativa hacia la comunidad judía en relación a lo econónico: dos tercios de los entrevistados dijeron que los judíos tienen demasiado poder en el mundo de los negocios y los mercados financieros internacionales. Además el 80 % dijo que para los judíos, el hecho de ganar dinero es algo prioritario.
En segundo lugar, surge que la comunidad judía tiende a mirar hacia adentro, privilegiando sus propios intereses: el 53% de los encuestados cree que los judíos son más leales a Israel que a la Argentina, mientras que un 49% considera que los judíos hablan demasiado acerca del holocausto. En lo que respecta a la política nacional, el 39% respondió que le parecía negativo que los judíos tuvieran cargos de decisión política.
Como algo positivo se destaca que el 84% considera a los judíos personas trabajadoras, mientras que el 50% ve que en el ámbito científico hay una gran cantidad de judíos que se destacan.
También se les preguntó por el ámbito vecinal: el 29 % contestó que no viviría en un barrio que tenga una fuerte presencia de judíos, el 73% dijo que los vecinos judíos se aislan, el 22% que son amistosos. El 8% dijo que son solidarios con todos, mientras que el 54% contestó que los judíos son los primeros en dar la espalda a la gente necesitada; el 35%, que los judíos son quienes más colaboran y ayudan a la gente necesitada.
El 45 % de los encuestados dijo que no se casarían con una persona de origen judío, lo que muestra una dificultad en la aceptación del otro.
En lo que hace a la influencia de los judíos en la formación de la identidad nacional, surge que la comunidad judía no es un grupo que incida fuertemente en delinear lo que son o no son los argentinos, más allá de que en la Argentina viva la tercera comunidad en importancia de origen judío en el orden mundial. Los italianos y los españoles son quienes aparecen como los que sí influyeron, seguidos por los ingleses y los alemanes. Los judíos aparecen en el quinto lugar, antes de los árabes.
