Soleimanpour, ex diplomático iraní, ya está en condiciones de abandonar Gran Bretaña. Mientras esto ocurría en Londres, en Buenos Aires el encargado de negocios de Irán le informó al canciller Bielsa que su país no aceptaba la mediación de un tercer país por el atentado a la AMIA. A pesar de ello, ofreció realizar una reunión bilateral con agenda abierta. Bielsa aceptó la propuesta y manifestó su decisión de viajar a Teherán inmediatamente cuando los iraníes lo dispongan.
La negativa británica de extraditar a Soleimanpour sorprendió a pocos: desde el momento mismo en el que Galeano solicitó su extradición (a Gran Bretaña), se supo que los elementos existentes para probar su condición de partícipe necesario del ataque a la mutual judía difícilmente fueran suficientes para que ese país diera curso a la solicitud.
El argumento británico fue que las pruebas enviadas por Galeano “no satisfacen” los requerimientos impuestos por la Justicia británica. La resolución de los británicos es inapelable y, según explicó la abogada de la DAIA, Marta Nercellas, cierra la puerta a un eventual enjuiciamiento del ex diplomático en un tercer país, como proponía la Cancillería.