Según informó el diario Haaretz, los indignados quieren una enmienda a la ley de edificación que obligue a los contratistas a construir «viviendas asequibles», una reducción gradual de los impuestos indirectos y una suba del salario mínimo interprofesional, entre otros reclamos.
Para negociar con los indignados, Netanyahu anunció la creación de un equipo. Según informó el periódico, lo haría porque no quiere recibir personalmente a estos grupos ya que según habría dicho el primer ministro, las manifestaciones son meramente políticas con el objetivo de lograr que dimita.
Mientras que, Dafni Lif, quien inició las protestas, insistió en que no sólo defienden los intereses de la clase media, sino también de los sectores de la población más vulnerables.
Por su parte, el presidente Shimón Peres, alabó a los indignados y aseguró que la protesta es genuina, seria y que ha «ganado los corazones de la gente» ya que al no realizarse en forma violenta, es un ejemplo de democracia.
El escritor Amos Oz, se sumó a los indignados publicando una carta abierta en el diario Haaretz, donde denuncia el giro económico experimentado por Israel desde los años ochenta, que acabó con lo que era una sociedad más igualitaria.
Recordemos que esta es la mayor protesta social de la historia de Israel, que se inició hace tres semanas, con una manifestación y acampe en la ciudad de Tel Aviv y continuó en otras ciudades, donde también protestaron por los precios de las viviendas entre otras cosas.
