En su momento Hezbollah apoyó a los movimientos pro-democracia que derrocaron a los entonces líderes de Túnez y Egipto. Pero ahora sus dirigentes estarían buscando neutralizar la presión internacional sobre Assad, con el objeto de desviar lo que asumen como una campaña contra Damasco.
Según un funcionario libanés cercano a Siria, Occidente está trabajando para reorganizar Medio Oriente: «es por esto que quiere reemplazar a Assad por un líder amigo de Israel».