Opinión

Malasia, Saramago y un panel que falta

La prensa judía independiente, los intelectuales progresistas y otros, hemos criticado las expresiones prejuiciosas y ofensivas que provienen de “nuestro” campo. Denunciamos a represententes de “nuestra” comunidad cuando éstos violan nuestros milenarios valores. Quien quiera tomarse el trabajo de revisar el archivo de Nueva Sión, o mi libro “Los Judíos y el Menemismo”, encontrará claros ejemplos de pluralismo y autocrítica.

Por Diego Melamed

Más de una vez señalé la visión militar israelí del problema político en Medio Oriente, coincidiendo en ese análisis con representantes del mundo árabe.
Curiosamente, esa práctica de la autocrítica en pos de valores más nobles que la defensa de la propia tribu no parece ser algo compartido por otras comunidades. Nuestros amigos del mundo árabe son mucho más amigos cuando -en nombre de esos valores- criticamos a Sharón.
A todo esto, hay tipos que dicen lo que dicen, hacen lo que hacen, y nos obligan a tomar partido.
Cuando algún funcionario israelí o algún rabino emiten una declaración que puede interpretarse como ofensiva contra los no judíos, rápidamente contestamos.
Ahora bien, el escritor Saramago repitió hace días sus ofensas a todos los judíos, la prensa las difunde y pocos le contestan. La prensa argentina también podría tomar las opiniones como centro de un debate con otras visiones del tema, si es que les interesa el tema. Y si les interesa el impacto, hay otras ideas impactantes: “Los judíos inventaron el socialismo, el comunismo, los derechos humanos y la democracia, para que perseguirlos pareciera erróneo, para que puedan disfrutar los mismos derechos que otros” esa frase también es impactante.
Les dije, los tipos hablan y obligan a pensar. Vean sino esta otra: «En realidad somos muy poderosos, 1.300 millones no pueden simplemente ser borradas. Los europeos mataron a 6 millones de los 12 millones de judíos. Pero hoy los judíos dominan el mundo a través de terceros. Hacen que otros luchen y mueran por ellos”.
Es lamentable esto de pensar el mundo en términos de ellos y nosotros.
Quien dijo esas frasesitas es nada menos que el primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad. Y las dijo en la inauguración de la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), que agrupa 57 países miembros, en Putrajaya, Malasia.
Así comenzaba el encuentro islámico más importante a nivel político y el primero que se celebra luego de tres años. En su discurso en la nueva capital administrativa de Malasia, el saliente jefe de gobierno calificó a Israel como «el enemigo aliado con las naciones más poderosas. Mahatir lo dijo siendo aún líder de la economía 17 del mundo y su discurso fue coronado por una ovación. Y de pie.
«En realidad somos muy poderosos, 1.300 millones no pueden simplemente ser borrados. Los europeos mataron a 6 millones de los 12 millones de judíos. Pero hoy los judíos dominan el mundo a través de terceros. Hacen que otros luchen y mueran por ellos», afirmó.
La respuesta de los representantes de los países árabes más moderados no se hizo esperar. Aplauso y ovación. Algunos países europeos criticaron ese discurso, pero Francia impidió una condena en bloque.
En nuestro país (Argentina) estos temas no se discuten mucho.
Europa, por su parte, considera que Israel es la principal amenaza a la paz mundial.
Solo falta que algún progresista junte, nuevamente, la mecha con la pólvora y repita que los judíos somos la amenaza para la paz mundial.
“Nosotros” puede ser un concepto que una a árabes y judíos en nuestro país para enfrentarnos, juntos, a “ellos”, los que justifican la muerte. Nuestro campo es el de la vida como valor principal.
Las páginas de Nueva Sión podrían difundir el debate de un panel árabe-judío contra la ocupación y el terrorismo. Un encuentro a favor de la vida. Aquí y allá; y contra el odio que propone Mohamed, Saramago, Sharón y la ultraderecha israelí.
Pero… a favor del derecho de los israelíes y palestinos a vivir en Israel y Palestina, en paz: ¿quién podría hablar en ese encuentro?