Este homenaje, realizado el sábado 30 de Abril en el centro comunitario Tzavta, contó con la participación de Juan Gurevich, Gustavo Efron, Guillermo Levy y Miguel Monserrat, quienes en sus discursos llamaron hacia una “memoria ejemplar” y hacia un cuestionamiento y reflexión de nuestro pasado y presente.
La apertura del mismo estuvo a cargo de Juan Gurevich, representante del Polo del Judaísmo Plural, quien manifestó que la lucha judía y los valores que hoy conmemoramos nos deben encontrar a todos unidos por la solidaridad y la fraternidad.
“Nunca digas que esta senda es la final”, de esta forma comienza el Himno de los Partisanos, cuya lucha enaltece la vida humana, explicó. “Estas reflexiones, nos invitan a seguir siendo idealistas y a continuar trabajando por las utopías pero siempre respetando la diversidad de ideas”, declaró y fomentó la formación de un pensamiento y una vida más pluralista.
“Esta situación de violencia extrema que llevó a esta feroz resistencia, no puede volver a ocurrir”, manifestó Gurevich y llamo a responsabilizarnos para hoy en día advertir cualquier tipo de agresión para combatirla.
Relató acerca de nuestras responsabilidades individuales, que requiere un judaísmo verdaderamente plural “que ha logrado acción plural” para diversificar el judaísmo pudiendo representar a todos por igual. “Nuestros valores son justicia, solidaridad, educación, pertenencia y participación y estos valores son los que nos deben orientar para llevar adelante el cambio”, resolvió Gurevich.
Simultáneamente fomentó hacia la reflexión acerca de nuestra identidad judía y su relación con el Estado de Israel. “Debemos defender la existencia de Israel pero podemos ser críticos del gobierno de turno si fuese necesario”, declaró.
Gustavo Efron, director del periódico Nueva Sión, y titular del seminario “El impacto del nazismo en los medios y la sociedad civil argentina, se la UBA, recuperó a Zigmunt Bauman, un autor que en su libro Modernidad y Holocausto, sostiene que el nazismo no fue una disrupción en la modernidad y el capitalismo, ni un lapso accidental de barbarie irracional pre civilizada, sino una consecuencia posible, aunque no inevitable, de la civilización moderna.
“Es importante preguntarnos para qué recordamos”, aseguró Efron y retomando al autor ruso Tvetan Todorov argumentó que no sirve de nada construir una “memoria literal”, es decir una memoria que recuerda específicamente un caso y lo estudia y analiza como si fuese un algo único e irrepetible, sino que se debería construir una “memoria ejemplar” que pueda relacionarse y servir para comprender distintas atrocidades e injusticias del mundo contemporáneo.
“Hoy se habla de la ‘culpa colectiva’ de los alemanes comunes frente al nazismo, y en ese sentido esta ‘memoria ejemplar’ tiene que servirnos para asumir de nuestras responsabilidades frente a los hechos que ocurren en nuestras propias sociedades”, declaro el director de Nueva Sión, interpelando al público presente. “Esta historia de los jóvenes del gueto tiene que motivarnos hacia la defensa de otros pueblos oprimidos hoy, en el mundo en general y en especial en nuestro país”, aseveró.
Finalmente relató acerca de un viaje que realizó a Alemania donde se encontró con un país que intenta construir esta memoria colectiva, hacerse cargo de su responsabilidad histórica, trabajando intensamente con los jóvenes hasta tal punto que a veces esta educación sobre el holocausto hasta llega a ser tomada por las nuevas generaciones como parte del “mensaje oficial” del stablishment, lo que renueva el debate sobre cómo educar acerca de esta memoria colectiva.
Entre los oradores estuvo también presente, Guillermo Levy, docente de la cátedra “Análisis de las prácticas Sociales Genocidas”, en la UBA., quien pidió también homenajear a los hombres y mujeres que se resistieron durante la Shoá de diversas maneras. Ya que la resistencia armada no fue la única resistencia sino que quienes escribieron diarios para que la historia no quede impune, quienes educaron en secreto, quienes escondieron una Torá o quienes se arriesgaron para proteger la vida humana, también se resistieron.
Durante su discurso, Levy criticó la consideración del nazismo como régimen de locura, ya que “Extremizar la locura es intentar indultar al occidentalismo cuando esta también tuvo su parte de responsabilidad en estos actos genocidas”. “El exterminio nazi fue como una nube negra dentro de la historia moderna donde se implantaba el taylorismo y las cadenas de montaje dentro de los campos de exterminio”. “Los nazis tal vez inventaron la solución final pero el resto, ya estaba inventado e influenciado fuertemente por la cultura occidental”, declaró y comenzó a recordar la conquista colonial de América en manos del continente europeo que aparece como un grave antecedente genocida.
“Por último quiero reivindicar también a quienes se resistieron en diversos guetos y campos de exterminio tales como Survivor que fue protagonista de una historia digna que avergonzó al ejército nazi”, expresó.
En un tramo más artístico-testimonial el acto, el actor Isaac Haimovichi leyó el discurso pronunciado durante la apertura del congreso del comité judío antifascista en New York, y se leyeron salmos escritos por Ernesto Cardenal.
El cierre del homenaje a los combatientes del gueto de Varsovia estuvo a cargo de Miguel Monserrat, co-presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, que afirmo que le honra poder participar en este homenaje y que “todos estos diálogos nos permiten reflexionar acerca de nuestra historia colectiva”.
“Considero que recordar este episodio es hacer justicia frente a la historia. Nos lleva a reafirmar nuestro compromiso para seguir luchando por los derechos humanos y finalizar con la persecución asesina”, explicó el activista en la defensa de los derechos humanos.
Monserrat relató penosamente que hoy en día existen historiadores revisionistas que buscan justificar al nazismo como reacción brutal pero defensiva de la cultura occidental y cristiana tratando de buscar algunos núcleos de racionalidad en la tragedia.
“Recordar tiene sentido para enfrentar la realidad que hoy vivimos, donde grandes países cuentan con grandes cargamentos armamentísticos que no pueden considerarse ni justificarse como defensivos”, explicó e hizo referencia a la constante carrera armamentística que sigue presente en el siglo XXI.