Elecciones en la DAIA:

Los candidatos responden

El próximo 17 de noviembre, las instituciones nucleadas en la DAIA elegirán a las nuevas autoridades de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas. En el centro de la tormenta, respecto a su verdadero grado de representatividad, la institución puede ser conducida por tres personas que se postulan a la presidencia (por estricto orden alfabético): José Hercman (JH, que va por su reelección), Alberto Indij (AI) y Gilbert Lewi (GL). Nueva Sión, con el ánimo de aportar al debate comunitario y dar a conocer las posturas e intenciones de los presidenciables, acordó con los mismos un cuestionario común que se presenta a los lectores sin ninguna clase de título que presente connotaciones o posibles subjetividades. Las respuestas están ordenadas por el orden alfabético de los postulantes y, cada lector podrá sacar sus propias conclusiones.

1-¿Cuál cree que es el desafío más importante que deberá afrontar como Presidente si asume la función en la DAIA para el próximo período?
JH:No hay dudas que el juicio oral en curso y la investigación en general del atentado del 18 de julio de 1994 constituyen una prioridad excluyente, en la lucha por descubrir toda la verdad y para que se haga justicia castigando a todos los responsables.
Por otro lado, la DAIA enfrenta nuevos desafíos cotidianamente -algunos de ellos notorios y de graves implicancias para nuestra comunidad- que hemos enfrentado durante nuestra gestión que culmina. Por ello, el principal desafío es actuar siempre con firmeza, en defensa de nuestra comunidad, de Israel y de nuestro pueblo, con la prudencia necesaria y concientes de la representación que investimos.

AI: Existe más de un desafío importante a enfrentar por el próximo Presidente de la DAIA, a saber:
A) Revertir el clima de desconfianza hacia la institución a los efectos que, frente a la opinión pública en general, vuelva a constituirse en la entidad madre para los asuntos políticos de la Comunidad Judía.
B) Coordinar un trabajo mancomunado con las instancias centrales de la comunidad evitando los enfrentamientos producidos en los últimos tiempos y que tuvieron gran repercusión periodística, afectando seriamente la imagen institucional.
C) Rejerarquizar el Tribunal de Etica.
D) Cohesionar la querella AMIA-DAIA en la búsqueda de una estrategia común con todos los querellantes evitando el dispendio jurisdiccional, en la búsqueda del mejor resultado y racionalizando costos.
GL:
Reconstruir el rol fundamental que debemos asumir ante nuestra comunidad, en acuerdo a la misión que tiene la DAIA desde su creación: representarla. Repito con énfasis: representarla políticamente hacia adentro, es decir, en su propia estructura, ya que ella, por ser la representación de todas las entidades de nuestra comunidad, tiene en ese sentido dos roles fundamentales: la seguridad interna y ayudar a pensar a las instituciones en la futura y necesaria reestructuración comunitaria. Y hacia fuera, en relación a los gobiernos nacionales. Que cada institución adherida a la DAIA y, sobre todo, que cada judío integrante de la comunidad, reconozca que la DAIA tiene mucho que ver con él en aspectos decisivos para sus derechos ciudadanos y calidad de vida democrática.
Representar es poner la ética al servicio del poder; hasta ahora hemos padecido, en general, una cultura del mundo del revés.

2-¿Cuál cree que es el mayor problema que afrontará la comunidad, como una minoría del país, frente al cuadro de la coyuntura política nacional?

JH:Es indudable que la grave situación social que aqueja a vastos sectores de nuestro país ha golpeado y golpea duramente también a muchos integrantes de la comunidad judía. Se requerirá de continuar con los esfuerzos, la vocación solidaria y la creatividad para contribuir a paliar esas angustias y al mismo tiempo fortalecer las instituciones y los proyectos comunitarios, con especial énfasis en la educación y la continuidad judía y sionista.
En lo que hace a la misión específica de la DAIA, no visualizo problemas concretos que amenacen a nuestra comunidad, pero -por supuesto- estaremos como siempre alertas frente a cualquier episodio que nos afecte y trabajando para fortalecer el pluralismo, los valores democráticos y la no discriminación, insertando plenamente a la comunidad judía en la vida nacional, preservando nuestra especificidad, nuestros valores y tradiciones.

AI:
El mayor problema que afronta la comunidad es el vaciamiento de intelectuales, artistas, educadores, rabinos, jazanes, etc., consecuencia directa del grave cuadro de pauperización padecido en los últimos años, bien descripto por Kliksberg en «La pobreza judía de América Latina».
Todos estos intelectuales expulsados por la crisis y recibidos con los brazos abiertos por comunidades del exterior que le ofrecen un proyecto de vida más digno, con mayor estabilidad económica y social, deben ser imperiosamente recuperados para recrear en plenitud la vida judía en la Argentina.

GL:
La crisis socio económica, que afecta al país hace más de 5 años, con sus emergentes: impunidad y corrupción.
Me pregunto: ¿Qué presente y futuro podemos plantear para nosotros y para nuestros hijos si no se modifica esta cultura perversa? ¿Qué atractivo tiene la pertenencia ante semejante panorama. ¿Cómo vivimos aquí, ahora, la tragedia de la AMIA? ¿Hasta cuándo las instituciones judías deberán protegerse a si mismas como si viviéramos en el medioevo?
Estos interrogantes requieren nítidas respuestas judías, consustanciadas con la responsabilidad que nos cabe como dirigentes comunitarios.
Creo, y espero, que esta luz de esperanza que sentimos con la nueva etapa política que se da en la Argentina, facilite y permita encontrar caminos legítimos, para que la comunidad judeo argentina, que fuera orgullo en Latinoamérica y en el mundo, deje de achicarse y recobre la enorme función creativa que tuvo durante décadas. Conjugar -en el presente y el futuro- el verbo proteger es la manera explícita de desarrollar la representación que nos cabe. En este desafío impostergable, la elección de los hombres que responden a estos valores, es excluyente y determinará el éxito o fracaso de la gestión. Nuestras instituciones tienen en su seno a este perfil de personas.

3-¿Puede emitir su opinión sobre la actuación y estrategia de la DAIA dentro de la querella unificada en el juicio oral relacionado con la Causa AMIA?

JH:La DAIA ha actuado y actúa en el marco de la querella conjunta de la misma forma que lo hace en todo lo referido a su rol de querellante: buscando la verdad, acompañando cada reclamo y denuncia pública con la correspondiente acción jurídica en el expediente y en el debate oral. Permanentemente promovemos el consenso con nuestros co-querellantes, la AMIA y los Familiares y Amigos de las Víctimas, para presentar un frente común y así lograr la condigna condena de los imputados, sobre la responsabilidad de los cuales se ha acumulado una frondosa cantidad de evidencias que los incriminan.
Nuestros abogados trabajan con enorme dedicación y esfuerzo en forma coordinada con sus colegas.

AI:Englobo en una misma respuesta las preguntas 3 y 4.
En la génesis de la crisis que agobia a los argentinos hay una fuerte responsabilidad del Poder Judicial que resignó sus banderas. Este factor, a mi modo de ver -y como hombre que proviene del campo del derecho- es de una gravedad inusitada, ya que a los jueces les concierne la defensa de los particulares frente a los excesos del poder.
Existe una sensación generalizada de que en la Argentina no existe castigo para quienes, diariamente, conculcan la ley, la impunidad nos agobia, y la causa AMIA-DAIA constituye el paradigma de lo que afirmo.
No hay nada más frustrante y desesperanzador que comprobar cómo la mayoría de los grandes, y aberrantes delitos que se cometen, permanecen impunes.
Para reconstruir el tejido social, para que la Nación salga de su postración, para que cualquier plan económico se haga sustentable, se requiere seguridad jurídica y para lograrla necesitamos un Poder Judicial independiente.
Frente a la actual crisis ética, debemos contar con jueces que acrediten no sólo una insospechada solvencia intelectual y estatura moral, sino como sostiene Angel Osorio en «El Alma de la Toga», necesitamos jueces que sientan el orgullo de desempeñar una de las funciones más nobles de la humanidad.
Si algo debe preocupar a la Comunidad en su conjunto, y debe exigirse prioritariamente a los que hoy pretenden gobernarnos -incluidos los dirigentes de la Comunidad Judía- es la selección de Magistrados idóneos, ya que resulta mucho más importante contar con buenos jueces que con leyes óptimas. Un juez, que luego de un viaje al exterior, se baja del avión, se sube a un helicóptero, se dirige a la quinta de Olivos para informar el resultado de su gestión al Presidente de turno, que por otra parte no manifestó el más mínimo interés en colaborar con la investigación de los atentados a la Embajada de Israel y al edificio de AMIA-DAIA, es un juez que -claramente- perdió su independencia y, consecuentemente, dejó de ser confiable.
Por otra parte, quedó demostrado durante el curso del proceso y en la investigación paralela del Juez Bonadío, que se filmó a testigos e imputados sin su conocimiento y menos aún consentimiento, que se destruyeron pruebas guardadas en el Juzgado, que se tramitaron legajos secretos sin conocimiento de las partes, que se tomó declaración a testigos en el exterior sin la participación de todas las partes que intervinieron en la causa, que se pagó sumas importantes de dinero a un testigo e imputado en la causa para que declare de una «determinada forma», negando públicamente, el Juez y Secretarios del Tribunal, que se hubiera pagado suma alguna .
La DAIA avaló el accionar del Juez Galeano, y yo entiendo que una institución de la trayectoria y prestigio de la DAIA no debió estar involucrada en ninguno de los hechos relatados, no debió avalarlos ni consentirlos, por lo que tengo -obviamente- una posición crítica al accionar del Juez Galeano y a la estrategia de la DAIA.

GL:Ha sido en general negativa. No ha estado a la altura de semejante tarea. No sólo en el juicio actual, sino, sobre todo, en el tiempo de instrucción durante casi 9 años y con un juez cuestionado desde los más diversos sectores. Semejante tragedia, que hiere nuestro espíritu judío profundamente, ha tenido respuestas grandilocuentes, mientras se ubicaba a la justicia por debajo de las relaciones con el poder de turno.

4-¿Cambiaría algo en la relación DAIA-Juez Galeano bajo su mandato?

JH: La relación entre la DAIA y el doctor Galeano es la de un querellante con el magistrado a cargo del caso. Hemos acompañado aquellas medidas que consideramos acertadas, hemos apelado reiteradamente los dictámenes que hemos considerado inapropiados o insuficientes, y hemos expresado -en numerosas oportunidades en forma pública- nuestra disconformidad, si así correspondía.
Apoyamos la investigación, y los avances que se han registrado, que consideramos insuficientes, y constantemente exigimos mayor celeridad y eficacia en la tarea.
La responsabilidad de investigar, descubrir la verdad y castigar a los asesinos es de incumbencia exclusiva del Estado Nacional y sus órganos pertinentes.
La DAIA es querellante también en la causa radicada ante el juez Bonadío, donde se investigan las irregularidades que el Juez de Instrucción pudiera haber cometido en esta causa.

GL: Por supuesto. Evaluaría nuestra representación jurídica en la causa. Y espero que los aires renovadores y reparadores de la estructura de la justicia en la Argentina juzguen la actuación del juez Galeano, en el crimen más importante en la historia de nuestro país.

5-¿Cuál cree que es el verdadero grado de representatividad de los dirigentes de la DAIA respecto de las instituciones afiliadas y de los judíos en general?

JH:
Las actuales autoridades de la DAIA han sido elegidas, por primera vez en la historia de la entidad, por el voto de todas sus instituciones adheridas, y está integrada por hombres y mujeres pertenecientes al más amplio espectro político, religioso e institucional de nuestra comunidad. Ello les otorga no sólo legitimidad de origen, sino auténtica representatividad de las instituciones y sus respectivas masas societarias.
La DAIA, hoy y producto de 68 años de historia es una de las instituciones políticas más serias y prestigiosas del país, y más allá de diferencias circunstanciales, este sentimiento es compartido por la mayoría de la comunidad, su gente y sus instituciones.

AI:
(Responde a las preguntas 5 y 6) La DAIA dejó de ser visualizada como la defensora de los intereses de la Comunidad judía y está siendo desplazada en su relación monopólica con el establishment político nacional.
En el ejemplar del 24 de septiembre de 2003, en la página 8 de Comunidades, se transcribe parte de una conferencia de prensa brindada por el licenciado Abraham Kaul, de una excelente gestión al frente de la entidad madre de la comunidad, quien sostuvo que «la AMIA se involucra en todos los temas que tienen que ver con los judíos (…) y no se considera representada por la DAIA”.
Esto constituye la opinión que tienen muchos otros dirigentes y la calle judía, y que debe ser urgentemente modificada, para lo cual se requiere un recambio dirigencial.

GL:Repito: está descripta en la misión. La representatividad es una construcción paulatina. Las decisiones que se tomen, en consenso, frente a la gravedad de los conflictos, deberán tener estado público y un contenido orientador y didáctico que puedan ser evaluados por la gente. “Detrás está la gente” dice la canción de Serrat. Está delante, porque estamos al servicio de ella. Así se determina con precisión la distancia que hay que fijar con los distintos factores de referencia con nuestra tarea: con la gente, junto a ella, a través de las instituciones delegadas, buscando consenso y transparencia, cualquiera sea el esfuerzo de lograrlo. Con el poder, una relación igualitaria, porque ellos también nos representan y los derechos que hemos de defender, suponen siempre proteger la convivencia, la justicia, la calidad de vida; es decir, la democracia en funcionamiento creciente y no una retórica de la democracia, que solo sirve a unos pocos.
Tenemos que saber o, por lo menos, aprender las lecciones de la historia y prevenir con el tiempo necesario los conflictos, antes que estas se vuelvan contra la gente.
Una buena relación con el poder está en función del diálogo posible; jamás en connivencia, la evaluación crítica de los conflictos y la búsqueda de soluciones reales, es parte de nuestra función y determina el establecimiento de una distancia óptima para esa gestión, que jamás incluye la obsecuencia. Los valores insertos en nuestra misión no son negociables.

6- ¿Cuál cree que es la percepción de los integrantes de la comunidad judía respecto a la representatividad de los dirigentes?

JH:Cada dirigente de cada institución debe revalidar permanentemente la representatividad que ejerce con sus acciones cotidianas en el ejercicio del cargo, y los miembros de nuestra comunidad, cada uno de nosotros en tanto integrantes de la misma, debemos valorar a cada dirigente individualmente, por su trayectoria, por su labor institucional, por su compromiso judío, por su vocación de servicio.
Toda generalización es injusta y no refleja la realidad.

GL:Imaginemos un teatro. En el escenario, están los dirigentes. La platea, en general, está semivacía.

7-Hay cierta preocupación en algunos sectores de la comunidad respecto a la forma de elección de cargos propuesta en los estatutos de la DAIA y la verdadera representación de las bases en la dirigencia elegida. ¿Usted está dispuesto a llevar adelante la correspondiente modificación de estatutos para que los dirigentes de la DAIA sean verdaderos representantes de los integrantes de la comunidad judía y no de las instituciones, que no realizan ninguna clase de consulta para saber a qué dirigente apoyar en las elecciones de la DAIA?
JH:
La pregunta formulada parte de afirmaciones que no compartimos.
Se señala en la misma que las instituciones no realizan ninguna clase de consulta para decidir su voto, una afirmación genérica que no se compadece con la realidad. Cada entidad tiene su propio mecanismo de decisión y consulta interna.
Siendo la DAIA una entidad de tercer grado, ya que está integrada por instituciones de base y por federaciones de segundo grado, es legítimo y acertado que sean las entidades, a través del mecanismo que cada una de ellas estime adecuado, quienes propongan y elijan a los integrantes del Consejo Directivo de la DAIA. Somos la Delegación de Asociaciones y, como tal, nuestra membresía está constituida por ellas. Eliminar esta estructura de representatividad significaría no una modificación de estatutos, sino que la DAIA deje de ser lo que es.
Sin duda hay aspectos de nuestros estatutos que pueden y deben ser mejorados, pero no aquellos que desnaturalizan la esencia básica de la entidad.

AI:(Responde a las preguntas 7 y 8). El estatuto de la DAIA, si bien reconozco que implica un avance, intuyo que fue confeccionado para dirigirla en soledad. ¿Cuál de todas las instituciones efectuó un debate interno para elegir los mejores candidatos? ¿Por qué las instituciones no convocaron a sus socios para votar a los candidatos a la DAIA?
En mi caso personal, le pedí a las autoridades del Club Náutico Hacoaj que convocaran a un plebiscito para apoyar mi candidatura pero no tuve éxito, se negaron a hacerlo.
También propuse un debate público entre los candidatos, como se hace en todo sistema democrático, y ninguna institución demostró demasiado interés en motorizar el debate.
Es de público conocimiento que Beiajad, el grupo que integré con otros destacadísimos dirigentes de nuestra comunidad, se opuso a este Estatuto defendiendo la idea de «un judío un voto», es decir la confección de un padrón único que surgiera del entrecruzamiento de los padrones de socios de todas las instituciones, propuesta defendida casi en soledad en la Asamblea de la DAIA por Ezra Zeitune. Sin embargo triunfó una vez más el espíritu corporativo y el voto calificado que tanto daño le hace al proceso de democratización y ético que debe emprender nuestra comunidad.

GL:
La pregunta incluye un error. La DAIA es una delegación (representa a todas las instituciones judías) como su nombre lo especifica claramente. Son las entidades quienes tienen todo el derecho de elegir directivos para la DAIA.
No es cierto que no existan consultas para la designación. El problema real es a quién se elige para proteger a la comunidad a través de la DAIA y no a intereses sectoriales. Las líneas generales de funcionamiento deben quedar claramente establecidas para no repetir los gruesos errores del pasado reciente, que distan de ser abstracciones retóricas y no pueden ser ocultas.
Cuando se las oculta o distorsiona, la platea estará semi vacía. Las consultas para nada dejan de lado ni la discusión, ni el disenso. Por el contrario. La búsqueda imprescindible, de la unidad comunitaria, es una construcción que nos obliga a ser respetuosos, muy respetuosos con el conjunto.
Las decisiones, al tomar estado público, podrán ser evaluadas directamente por nuestra comunidad, estableciendo un diálogo permanente con nuestros representados, única forma de profundizar políticas positivas y corregir decisiones erradas.
El honor de poseer un cargo pasa siempre por la humildad, no por la soberbia. Privilegiar la duda, para acercarnos a la mejor decisión con la ayuda de todos.
Lo que sí es modificable, para tornarlo más justo, es, en el proceso eleccionario, la proporción de votos de cada entidad adherida en consonancia con su población y su rol político.

8-¿Qué opina de la propuesta un judío – un voto?

JH: En la respuesta anterior también se contesta esta pregunta. La democracia comunitaria debe ser fortalecida a partir de las bases. Cada judío debe promover y fortalecer el concepto de un judío-un voto en la o las instituciones de primer grado a las que pertenece, pues están integradas por personas que deben ejercer el derecho de elegir y ser elegidos. Este no es el caso de las entidades de segundo y tercer grado. En ninguna de las diversas federaciones existentes en nuestra comunidad se han impulsado o impulsan el concepto de un judío-un voto, pues no corresponde. Es curioso que sólo sea propuesto en algunos ámbitos de la comunidad exclusivamente para la DAIA, y sólo a partir de la promulgación del estatuto vigente. Ello nunca ocurrió en seis décadas durante los cuales los dirigentes eran designados por comisiones ad-hoc y no por el voto democrático de todo el espectro institucional.

GL:Es fundamental proteger el funcionamiento democrático. Es la forma más transparente de elección para la AMIA y para las instituciones socio-deportivas y religiosas en general. Como dije, no es el caso de la DAIA.

9- ¿Qué modificaría y qué sostendría, bajo su mandato en la DAIA, en relación a la gestión anterior?

JH: Desde mi asunción en la presente cadencia nos hemos propuesto buscar la solución de problemas intracomunitarios, hemos estado y seguiremos estando siempre a disposición para la solución de los mismos. Hemos sufrido ataques, injurias y difamaciones, tanto la entidad como todos los integrantes de su Comisión Directiva. No hemos respondido de la misma manera. No estamos dispuestos a recurrir a métodos alejados de los valores judaicos que respetamos y cumplimos.
El conflicto se reduce a la relación con la AMIA, con cuyos representantes hemos avanzado en el buen camino de la conciliación, hasta que el mismo nuevamente se ha vuelto a trabar.
En éste sentido, las únicas pretensiones de la DAIA son que se respeten las incumbencias y se cumpla con las obligaciones asumidas.
Estamos seguros que, finalmente, se impondrá la cordura y lograremos erradicar hechos que avergüenzan a la comunidad toda.
En la faz operativa, proyectamos intensificar la acción política, jurídica, de docencia, e investigación, en cumplimiento de los objetivos de nuestra institución de luchar contra el antisemitismo, la discriminación y la xenofobia; defender el sionismo y los valores y la dignidad judía, tratando de dar protección a los integrantes de la comunidad y a sus instituciones.

AI: La respuesta a este interrogante es simple. La DAIA debe volver a cumplir el rol para cual fue creada hace casi 70 años, la lucha contra el antisemitismo y la discriminación, ejerciendo la representación política de la comunidad ante las autoridades públicas, y todos los estamentos en general. Para cumplir su rol, el accionar de la DAIA debe estar sustentado única y exclusivamente en valores éticos y humanistas del pueblo judío, con independencia de criterio y trabajando en forma coordinada, mancomunada e inteligentemente, evitando competencias estériles con las instituciones centrales de la comunidad.

GL: Creo que ya he respondido. Pero agregaría la necesidad urgente de este cambio de timón en la DAIA. Acercar a nuevos dirigentes para que el cambio, esencialmente ético que propongo, no sea una ilusión. Ni amiguismo, ni obsecuencia. Ejercicio de los valores, en la concreción de respuestas judías a los conflictos de nuestro tiempo.

10- Registre su opinión sobre un tema de interés personal en no más de 500 caracteres.

JH: Hay un tema pendiente en nuestra comunidad que me ha interesado y preocupado especialmente desde hace ya unos cuantos años, y es el referido a la estructura comunitaria. En numerosas oportunidades se han formulado declaraciones, que se han transformado en declamaciones, propiciando cambios en la estructura. En aras de la brevedad, sólo dos conceptos que a mi entender son imprescindibles: la creación de un Tribunal de Etica y de un Tribunal de Cuentas independientes de cualquier entidad o factor.

AI:No contestó la pregunta.

GL:La extensa experiencia que ha signado mi vida, ejerciendo la presidencia de la Sociedad Hebraica Argentina, de la Fundación Memoria del Holocausto y del Keren Kayemet Leisrael, solamente citando los cargos de máxima responsabilidad, no garantiza el éxito de una gestión. Lo que sí la fortifica y protege, es liderar la lucha por la unidad de la comunidad judía junto a mi compromiso activo con el Estado de Israel, reconocido públicamente por distintos gobiernos y mi constante identificación con organismos de Derechos Humanos. En definitiva, mi interés personal radica en honrar el cargo de Presidente de la DAIA y que cada judío se sienta orgulloso de esa representación institucional.