Los primeros inmigrantes a las islas tienen sus orígenes a principio del siglo XX, siendo la comunidad judía de Kobe la más grande de ese país. Las raíces de esta comunidad hay que buscarlas en los cientos de judíos que llegaron de Rusia, Irak, Siria así como de países de Europa Central y del Este sumado a los Estados Unidos.
Una de las primeras políticas gubernamentales en materia de inmigración se constituyó por el denominado el plan “Fugú”, una estrategia pergeñada por el gobierno japonés en los años 30` cuyo objetivo fue dar asentamiento en la Manchuria japonesa a cientos de refugiados judíos.
Un dato curioso respecto a la inmigración judía en este país es que la difusión de la propaganda antisemita de los Protocolos de los Sabios de Sión terminó siendo un dato positivo para Japón; ya que si realmente los judíos tenían tanta influencia en el mundo habría que aprovecharlos. Y fue así que los denominados “expertos judíos” como el capitán Inuzuka Koreshige, el coronel Yasue Norihiro y el industrial Aikawa Yoshisuke pensaron en una inmigración controlada de refugiados judíos.
Lo contradictorio es que Japón fue un firme aliado de la Alemania nazi. Por eso finalmente el plan fracasó, ya que se priorizó su alianza estratégica con Hitler. Finalmente el gobierno japonés dejó el tema de los asentamientos al arbitrio de la comunidad judía internacional, pero aún así el plan fracasó por que no se pudo conseguir atraer a una población estable a largo plazo
En relación al tema del antisemitismo, el país nipón no tuvo ningún tipo de acción antisemita, hasta que durante la Segunda Guerra Mundial, la ideología nazi influyó a un número pequeño de su sociedad.
Si bien no hubo acciones racistas importantes, los textos antisemitas y de propaganda se vendían en librerías importantes, incorporándose no solamente a la cultura popular japonesa sino también al ámbito intelectual.
Luego de finalizada la guerra, muchos judíos emigraron a Israel, mientras que los que se quedaron se integraron y asimilaron a la cultura local. En los últimos años, cientos de familias judías viven en Tokio mientras que un número reducido de miembros de esta comunidad reside en Kobe. Además, existen miembros judíos en las fuerzas armadas de los Estados Unidos que residen en Okinawa y en otras bases militares americanas a través de Japón. Vale incluso mencionar la existencia de sinagogas, la más importante en Tokio (Beth David) y una ortodoxa activa en Kobe.