La publico con mi respuesta, escrita de un tirón, con las contradicciones y con la pasión que conlleva esa escritura impulsiva.
Solo obvié algunos detalles en la carta del remitente, y cambié el nombre de la Congregación a la que pertenece.
Algunos amigos míos, queridos por cierto, se incomodaron ante mi argumentación alegando desproporción y error. Seguramente deben existir fatigosos desaciertos en mis frases. A veces los conceptos y las imágenes nos descolocan. Ahora, descolocarnos resulta el motor del enriquecimiento intelectual y espiritual para revisarnos en la reflexión individual y colectiva.
Al principio sentía que no debía publicarla ya que el tema estaba demasiado en el tapete, y se tergiversaría la discusión, que no pretendía ser coyuntural. Pero ya pasados algunos meses, creo que sería interesante utilizar este ida y vuelta, como disparador para generar un debate en el seno de nuestra comunidad, empobrecida en ideas y atiborrada en superficialidades y tonterías.
—————————————————————————————————————Sent: Thursday, January 20, 2011 6:58 PM
Subject: De un miembro de la comunidad judía
Rabino:
Soy miembro de la Congregación Darkei Shalom desde hace muchos años, y por medio de amigos, conocidos y familiares he estado en Bet El más de una vez.
Me siento obligado como miembro de la Comunidad Judía Argentina a escribirte por la poco fortuita nota de opinión que escribiste en Página 12 unos días atrás. La misma me llegó a través de conocidos no judíos que me dijeron «cómo puede ser que un rabino escriba algo así?»
Entiendo que hayas querido escribir sobre la dignidad en el trabajo, y los derechos sociales, ambos temas arraigados en nuestra Torá y nuestros textos sagrados. Pero siento que fuiste usado y parte de una campaña oficial de desprestigio a todo el sector agropecuario, tema sobre el cual evidentemente conoces poco. Te paso el link a un blog donde detalla claramente la forma de trabajo usual en los semilleros de Argentina (y EEUU si querés comparar) http://patriachacarera.blogspot.com
Allí podrás leer sobre las condiciones «normales» del trabajo rural, muy duro físicamente comparado con un trabajo de escritorio como el mio o hasta comparado con el arduo trabajo comunitario que sé que hacés vos en Bet El.
También demostraste conocer poco de la historia de algunas empresas cerealeras.
Una de estas empresas, hoy acusada del trabajo esclavo, fue fundada por judíos holandeses y ocupada por el nazismo durante la Shoá. Como judíos debemos ser mucho más sensibles de lo que fuiste en tu nota al vincular temas con la Shoá, de la misma manera que les reclamamos a los grupos antisemitas (o anti-sionistas como se autoproclaman) cuando vinculan a las prácticas del Tzahal con el nazismo. Tu nota genera antisemitismo al vincular a la «cerealera judía» (como era conocida años atrás en el sector) con el nazismo.
Además, si tu fuente de información es Horacio Vebitsky, 6-7-8, C5N o el diario «El Argentino», creo que deberías replantearte cuales son criterios de verdad-mentira.
Espero no ofenderte con lo que escribí, pero necesitaba hacerte llegar mi preocupación al leer tu artículo.
Saluda Atte. Ezequiel
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21 de enero de 2011
¿Que hacemos con nuestra memoria?
Estimado Ezequiel:
Agradezco con sinceridad de corazón la misiva que me hiciste llegar. En tu escritura se nota tu preocupación, la buena predisposición y tu intención de no querer ofender. Así lo siento y lo pondero.
En cuanto al contenido, me permito disentir contigo, en virtud de varios aspectos.
En primer lugar: Por qué consideras que cuando alguien no concluye convergentemente en el mismo punto de vista, ese alguien es usado por las lides propulsoras de la información embustera, falsa, engañosa; y desde esa verdad que le ha sido revelada al otro y no a mi ¿es que debería revisar mis criterios de verdad-mentira?. Reconozco mis limitaciones y siempre puede que uno sea un resorte de la campaña de los “mentirosos”, como otros pueden ser parte de la campaña de los intereses de las corporaciones y de las multinacionales. Ezequiel, sin conocerte, con todo respeto y el cariño que emana de tu carta, sin saber a que te dedicas, yo podría decir lo mismo de vos. Como podría decir lo mismo de los que escriben lo contrario a lo que yo pienso, como podría decir lo mismo de los que callan, lo mismo de los que ganan, de los que viven de los muertos y de los esclavos, de los que explotan, y de los que gozan del usufructo de los sufrientes.
Apelar a la verdad y a la mentira como si fuese simplemente la referencia de aquellos que ocupan el podio de los iluminados y esclarecidos, es demasiado autoritario y soberbio. Este tópico remite a una situación tan sofisticada y falaz, que ya un profundo tratado del Talmud, como lo es Kalah Rabati se dedica a desmenuzarlo. Te propongo, si aceptas, a que lo podamos leer juntos y explicarte algunas cosas del mismo. Publiqué un trabajo sobre la polémica que presenta ese volumen del pensamiento rabínico. Y concluyo que en cuanto a la verdad y a la mentira, estoy tan confundido como vos, como Verbitsky y como Buzzi. Lo que sí, seguro que no estoy confundido como Massot, invitado de lujo permanente para reflexionar en la Sociedad Rural acerca de los temas del país y de los patriotas. Por si no lo sabías, buscá el CV de Massot. Nazi y antisemita si es que los hay, como otros tantos de ese entorno a quienes lamentablemente he conocido.
Humildemente desde mi lugar (y espero que del tuyo también) considero que los seres humanos nos aproximamos a certezas. La certeza no es otra cosa que el producto de un sistema de pensamiento que podemos o estamos dispuestos a acompañar. Pero la certeza es el producto de un sistema. No es la verdad o la mentira. En este sentido, ni siquiera el bien y el mal son categorías a ser tratadas tan livianamente. Auschwitz, Camboya, el terrorismo de Estado, y los ataques terroristas no son comparables. ¿Y quien decide que es comparable y que no? Alfred Grosser en un memorable artículo (no está en Internet y no puedo remitirte a ello, pero creéme que el texto existe) reflexiona sobre esto y pregunta ¿a que se denomina lo incomparable? a aquello que ya se comparó, del mismo modo lo impensable, como aquello que ya se pensó. Por eso lo incomparable y lo impensable no existen. Puede no gustarte, pero no es fortuito.
Pero volvamos al asunto: todos los casos que cité antes ( Auschwitz, Camboya, el terrorismo de Estado, y los ataques terroristas) tienen como básico común denominador desde la perspectiva filosófica la idea del mal, o mejor dicho como Kant acuñó, la idea del mal radical. Fijate que Freud, en un ensayo denominado “consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte” que data de 1915, hace referencia, como naturaleza del conflicto moral a la brutalidad que mostraron individuos que como participantes de la máxima civilización humana, jamás uno hubiera creído capaz de un comportamiento semejante. Con mayor densidad, después de Auschwitz debemos seguir creyendo justamente en el debate de esos dilemas morales que nos confrontan con el tratamiento a los seres humanos en su calidad humana de vida. Éste es el raigal tema que trata Emmanuel Levinas en sus escritos acerca del rostro y la otredad. Solo por eso, el retrato de las dos situaciones es válida, a mi modesto entender. Porque es el retrato del sufrimiento de los seres dolientes que NUNCA MÁS deben ser tratados así. Ni en Auschwitz ni en San Pedro. Esa es la incomparable comparación de Grosser, Esa es la referencia tanto de Freud como de Levinas. Porque la esclavitud es indigna, humillante, antiredentora. Desde Egipto hasta ahora, pasando por el inefable y solo retratado Auschwitz. En cuanto al nazismo, me gusta la reflexión que brinda, entre otros, el historiador Enzo Traverso, quien dice mas o menos así (y no cito textual) que no es específicamente una adscripción a un partido político sino a una cosmovisión basada esencialmente en la abolición de los derechos, en el sometimiento a la arbitrariedad, en la confesión basada en el dolor, y en el menosprecio a la dignidad de la persona humana.
Desde allí la legalidad que vos argüís no se adscribe simplemente al bien, sino solo a la legalidad. Categoría diferente al bien o al mal, profundamente analizada por muchos filósofos del derecho que no valen la pena ahora citar. Demás está recordarte que el nazismo era legal. Como también lo era la esclavitud en todos los estadios de la humanidad. Me olvidaba de citar al rab. Soloveitchik, una fuente inagotable del pensamiento judío contemporáneo que coteja todo sistema de esclavitud con la Shoá (legal o ilegal- ya que la esclavitud es una categoría existencial, como dice el maestro). Ahora ¿El también provoca antisemitismo? O George Steiner, el crítico literario inglés con sus escritos que intiman sobre todos estos temas, ¿también provoca antisemitismo?
Voy a un tema más casero y que fue lo que me impulsó a escribir. Si bien mi vida no es un tópico lo suficientemente interesante, soy hijo de sobrevivientes de la Shoá. Me inspiro mucho en la memoria de mis padres que apelaban a Auschwitz cuando veían los excesos que desprestigian moralmente a cualquier colectivo, y que seguramente hubiesen tomado este mismo motivo si hubiesen visto la foto de Página. Recuerdo los comentarios y debates en la mesa familiar acerca de la dictadura. Ambos con historias pesadas, judíos combativos que no entendieron la Shoá simplemente como un dato de la realidad, sino como una inspiración para barrer todo atropello autoritario ¿también fomentaban el antisemitismo? O no te parece que es antisemita el acto de la explotación, el silencio cómplice de los que callan, o la genuflexión de los que colaboran? Toda esclavitud, Ezequiel, es fábrica de muerte. El antihumanismo, es una de las variantes del antisemitismo y viceversa.
Pasando a un tema simplemente prosaico. Puedo no confiar en todas las fuentes que vos citas de las que supuestamente yo me informo, pero resulta que conozco al fiscal de la causa. ¿Él también es mentiroso? ¿Son todos mentirosos? ¿Son todos inescrupulosos? ¿Son todos corruptos?. Caro amigo, es verdad que desconozco la saga de la Cerealera. Que posea la historia que vos contás me enorgullece, pero eso no hace a que las corporaciones actualmente actúen como deben actuar. Y si hay judíos en el medio de ellas, te invito a que los auxilies para cambiar de actitud.
Y en cuanto a la legislación que citas, Ezequiel, en el trato a los obreros rurales, lo comparable debería ser aquella entre nuestro país y Holanda. Desconozco, pero quisiera ver si allí son tratados como aquí. Sabés Ezequiel, se me eriza la piel cuando hablás sobre las condiciones «normales» del trabajo rural, muy duro físicamente comparado con un trabajo de escritorio. Falta que digas: total así fue, es y será. Hay en esa afirmación un toque despectivo hacia el que no es como nosotros. No me animo a decir xenófobas porque no quiero incomodar. Pero soy un convencido que detrás de todo este sistema de esclavitud hay un insondable prejuicio racista.
No tengas dudas, Ezequiel, que si esto hubiese pasado en una finca de la familia Kirchner, hubiese escrito lo mismo, como lo hice con los indios Qom en Formosa, donde la mayoría del oficialismo vergonzosamente hizo caso omiso de la situación. Así como tampoco tengo dudas que vos me hubieses aplaudido por la comparación y tus amigos hubiesen dicho: ¡Qué bien el rabino! Ese es el fondo de la cuestión.
Evidentemente entendemos la vida de una manera muy diferente. Porque seguramente también entendemos acerca de la cosmovisión judía de una manera muy diferente. Y a esto quería llegar. Sabés Ezequiel, y ya te escribo como si fuésemos amigos, naturalizaste al judaísmo de manera tan obvia, superficial y burda, que hasta te escandalizas por lo que tus amigos no judíos dicen acerca de lo que debería decir un rabino, porque “el rabino no dice lo que los no judíos conocidos tuyos quieren escuchar”. Si te enviaron ese mail para incomodarte como si vos fueses garante de lo que yo pienso, dudá de su filosemitismo y preguntate a vos mismo en que lugar te paras en todo esto. También podés contestarles que hay judíos descarriados como Goldman, pero que no todos los rabinos opinan como Goldman. ¡Gracias a Dios!
No sé si tus conocidos son católicos, pero vos ¿le hubieses enviado a los católicos las declaraciones del cura que dijo que una violación a la fe es diez mil veces peor que la violación a una hija? Hubiese sido de mal gusto, hubiese indicado la ausencia de un espíritu de convivencia y lo peor, un prejuicio denostable. Y sin embargo el artículo con mi escritura mediocre te lo refregaron por la cara. Y vaya la diferencia entre ambas noticias.
Sabés, en mi ignorancia, el judaísmo es la capacidad de interpelar activamente y profundamente en el drama de la creación, de la vivencia y la sobrevivencia, y no en la cómoda experiencia del silencio cómplice y el sometimiento.
No es “así es” sino “así no debe ser”.
¡Qué terrible es cuando el judío se transforma en un ser cuya existencia radica en la aceptación del insonoro antipensamiento basado en las premisas paralizantes de los flagelos de la “Asimilación y el Antisemitismo”!. No reflexionar críticamente es una de las raices de la asimilación y el antisemitismo. No permitirte provocar a que tu alma se desafíe intensamente en la interpelación y en la pasión intelectual de lo que decían nuestros profetas, nuestros rabinos, nuestros filósofos, nuestros novelistas, es el origen de la asimilación y el antisemitismo. Así como hay aprovechadores de todos los colores, y alturas, calañas y religiones, lamento conocer a judíos maltratadores, a los que sus dirigentes espirituales les soban el lomo y terminan siendo cómplices de sus manejos espurios. ¿No son ellos los antisemitas, porque actúan en contra del carácter ético de nuestra tradición? Ezequiel, soy de los que algunos llaman zurdito. Pero ciertamente (entre nosotros) Soy Judío. Y esto es lo que entiendo como la esencia del judaísmo. No la colonización de la verdad, sino la extrañeza y el desconcierto frente a los grandes interrogantes que me inquietan, me perturban y me alteran. Y que también les inquietaba, les perturbaba y los alteraba a quienes me preceden espiritualmente en esta cadena milenaria. Amós, Jeremías, Isaías y Ezequiel.
Y por último: ¿sabés lo que me pasó con este artículo? Me escribió un ruralista que consiguió mi mail a través de Pagina 12, diciéndome que mi artículo lo había conmovido, y que se daba cuenta del maltrato que les brindaba a sus empleados. Entonces, solo por esto valió la pena la comparación. Un puñado de peones tal vez hoy es mejor tratado, y a vos te permite criticarme. ¿Que más? Entonces ¿quienes son los antisemitas, los mal informados y los usados?
Nuevamente te agradezco la misiva y espero yo tampoco ofenderte. Cuando vuelva a Buenos Aires me gustaría conocerte personalmente y estudiar el tratado de Talmud que referencié.
Beshalom
PD: En el fondo esta carta no la escribí solo para vos, lo hice esencialmente para mí. En definitiva la gran polémica que debemos tener en el seno de la comunidad judía es ¿Qué hacemos con nuestra memoria?