La presencia del terror

Cinco víctimas mortales –tres niños, y sus padres- es el resultado de un atentado perpetrado en horas de la madrugada del sábado 12 de marzo en Itamar, un pobado de colonos religiosos ortodoxos, ubicado en las proximidades de la ciudad palestina de Shjem (Nablus).

Por Moshé Rozén

Los miembros de la familia fueron apuñalados mientras dormían. El equipo de socorro médico se encontró, al llegar a la vivienda, con un cuadro dantesco de sangre por doquier. Los esfuerzos por salvar  a los heridos resulturon infructuosos.

El ejército israelí desarrolla un operativo de envergadura para capturar a los autores del criminal ataque: se presume que los mismos provienen de alguna de las aldeas árabes cercanas al asentamiento. El clima de niebla facilitó la incursión y posterior fuga de los atacantes.

El despliegue militar incluye el cierre de la carretera 555 y otras rutas. Paralelamente, efectivos israelíes tratan de evitar actos de represalia por parte de colonos  deseosos de venganza.

El movimiento islámico integrista Hamás consideró el atentado como un «éxito militar». No se descarta la posibilidad que grupos armados que actuan en la ribera occidental del Jordán hayan ejecutado el ataque con directivas del Hamás desde Gaza, para desviar tensiones populares que deriven en protestas similares a las que –en estos días- conmocionan a Libia.