Caos en Libia

A pesar de la gran represión lanzada por el líder Muammar Khadafy contra los manifestantes, que dejó un saldo de unos 300 muertos y que convirtió a  la ciudad de Trípoli en un campo de batalla, el régimen libio quedó ayer al borde de la caída, con la renuncia de una gran cantidad de funcionarios y diplomáticos, la deserción de militares y el incendio de los principales edificios de gobierno.

Según el hijo de Khadafy,  Saif al-Islam las incursiones aéreas tenían como objetivo depósitos de municiones y no áreas pobladas en Trípoli. Pero varios testigos declararon que los militares dispararon  indiscriminadamente contra la gente que trataba de tomar la plaza Verde y grupos partidarios de Khadafy atropellaron a los manifestantes.

El mensaje de Saif al-Islam difundido por cadena nacional en el que avisaba que “el régimen seguiría luchando hasta el último hombre, incluso hasta la última mujer para sofocar la revuelta y evitar el derrocamiento del gobierno, como ocurrió en Túnez y en Egipto”, provocó  que aumente  el enojo del pueblo y en consecuencia se propagaran las manifestaciones en varias ciudades, que en algunos casos quedaron tomadas por el pueblo.

«Yo circulé hoy por la plaza Verde; yo estoy aquí y no en Venezuela, contrariamente a lo que afirman las emisoras de los perros», dijo Khadafy en la primera aparición en la televisión local, desde que comenzaron las protestas y lo hizo basicamente para desmentir  el rumor que decía que había huído a Caracas.

Cabe destacar que luego de recibir órdenes de atacar a manifestantes en la ciudad de Benghazi, dos pilotos de combate, coroneles de la fuerza aérea libia aterrizaron ayer en Malta y pidieron asilo tras desertar de la fuerza por negarse a cumplir con ese pedido.