Las chispas políticas detrás de la ola de humo

Desde Nir Itzjak, Israel

Un incendio de inconmensurables proporciones afectó gran parte de la zona norte de Israel. Distintos poblados fueron evacuados: millares de habitantes quedaron sin techo.

Por Moshé Rozén

El Movimiento Kibutziano se organizó para prestar ayuda a los damnificados: los kibutzim Afikim,  Yotvata, Mishmar Haemek,  Gvulot, Ein Hashofet, Nir Itzjak, Najsholim se ofrecieron para hospedar a familias afectadas por la gigantesca catástrofe, cuyo orígen todavía no fue detectado, aunque diversos indicios hacen pensar en un acto de sabotaje: fuentes oficiales -a las que consultamos respecto a esta preocupante hipótesis- rehusaron referirse a la misma hasta tanto se complete la indagación del caso, pero lo que ya resulta dramáticamente claro es la necesidad de investigar la carencia de medios idóneos para extinguir el fuego que, desde el jueves 2 de diciembre, consumió las reservas forestales del Monte Carmelo. En un país como el nuestro,  habituado a enfrentar desastres propios de ataques bélicos, es inconcebible –para la mayoría de los ciudadanos- la falta de instrumentos adecuados para evitar la expansión del fuego, que devoró miles de hectáreas de bosques, campos cultivados e inclusive regiones pobladas, como ocurrió con Bet Oren, uno kibutz practicamente arrasado por las llamas.

Entre las víctimas provocadas por la masa de fuego que se abatió sobre las proximidades de Haifa, se lamenta la muerte de cuarenta miembros de un equipo de rescate: el micro que los transportaba  quedó atrapado entre enormes lenguas de fuego que no les posibilitaron salir con vida del vehículo.

La Autoridad Nacional Palestina y Turquía, superando una rutinaria actitud de encono hacia Israel, se plegaron al esfuerzo de aplacar las llamas que amenzaron con alcanzar las instalaciones de la Universidad de Haifa, el mayor centro académico del norte de Israel.

Ilán Guilón, miembro de la bancada parlamentaria del Partido Meretz, consideró inadmisible el sermón propalado por el rabino Ovadia Yosef, dirigente del partido Shas, que responsabilizó de la tragedia a quienes no respetan la santidad sabática.

News1 y otros órganos de prensa, por su parte, reclaman la dimisión de Eli Ishai, Ministro del Interior –cartera que incluye los servicios de bomberos-  por su fracaso en detener las  fatales dimensiones que asumió el incendio: seguramente –una vez sofocado el fuego- el Gobierno deberá rendir cuentas por su eventual negligencia en la previsión de semejante desgracia.