Las revelaciones de WikiLeaks

En los últimos días el sitio WikiLeaks produjo la mayor revelación de documentos diplomáticos en la historia de los Estados Unidos. La enorme cantidad de cables incluía información clasificada sobre los motivos y las realidades logísticas de la política exterior norteamericana.

 

En un primer momento la filtración de información provocó una gran conmoción a nivel mundial y especialmente entre los líderes del gobierno norteamericano, que admitió tener “temor” por las reacciones que podrían producirse, básicamente en el mundo musulmán. En estos días la  Casa Blanca intenta reducir los efectos de este bochorno. Es así como el secretario de Defensa, Robert Gates, calificó al  episodio como algo «embarazoso», pero de consecuencias «modestas».

 Esta es la tercera gran revelación de WikiLeaks, que ya publicó más de 70.000 documentos militares confidenciales de Estados Unidos sobre la guerra en Afganistán y más de 400.000 sobre Irak en octubre pasado.

La gravedad del episodio se refleja en la desclasificación de cables firmados por autoridades norteamericanas en los que se dan instrucciones a sus diplomáticos en las Naciones Unidas para que “espíen” a sus colegas, entre ellos, al secretario general del organismo, Ban Ki-moon y, al igual que a él, a todos los embajadores de los países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

La información filtrada da cuenta por ejemplo del hecho de que se habría calificado de “Hitler” al presidente iraní  Mahmoud Ahmadinejad. También se supo que a  través de un cable secreto enviado a Washington, el embajador norteamericano en Israel, James Cunningham, informó que Ehud Barak había argumentado que el mundo disponía de un lapso de entre 6 y 18 meses para “impedir que Irán adquiera armas nucleares” y que, transcurrido ese período, “cualquier solución militar resultaría en daños colaterales inaceptables”. Esa afirmación sugería la interpretación de una amenaza implícita de Barak en cuanto al hecho de que Israel podría atacar las instalaciones nucleares de Irán.  

Según el primer ministro Benjamín Netanyahu, Israel no habría resultado dañado con las publicaciones de WikiLeaks. Muy por el contrario, los documentos muestran en su opinión que numerosas fuentes apoyan la valoración que hace Israel, particularmente respecto a Irán.

El mismo Netanyahu habría afirmado ante diplomáticos norteamericanos que no tenía intención de controlar Gaza y Cisjordania, y que aceptaría un intercambio de tierras con los palestinos. Se trata de la primera vez que sale a la luz la postura de Netanyahu en esta cuestión, una de las principales en las negociaciones de paz con los palestinos.

Según la información disponible, Arabia Saudita le habría solicitado a Washington que realice una ofensiva militar para impedir que Irán adquiera armamento nuclear, y el  rey de Bahrein habría manifestado al gobierno norteamericano que el programa nuclear iraní debía ser detenido.

Los documentos también revelan que habría fracasado el intento de Estados Unidos para evitar que Siria suministre armas a Hezbollah. Una semana después de que el presidente sirio prometiera al Departamento de Estado que no enviaría “nuevas” armas al grupo, la Casa Blanca protestó ante Damasco por un nuevo embarque sirio de sofisticado armamento para Hezbollah.

En lo que concierne a la Argentina, entre los más de 250.000 documentos revelados figuran expresiones de «desconfianza» de Washington hacia el gobierno de Cristina Kirchner. Ese sentimiento alcanzó tal extremo que el Departamento de Estado llegó a pedir información sobre la «salud mental» de la Presidenta.