Netanyahu entre aplausos y duras críticas en los EEUU

"Jerusalén no es una colonia, es nuestra capital eterna y nunca hemos transado a su respecto". Con estas palabras y desde los EEUU, respondió el jefe de Gobierno israelí Benjamin Netanyahu a la abierta acusación que le dirigiera el Presidente Barack Obama, por la decisión de construir otras 1300 viviendas para judíos en tierras palestinas en Jerusalén Oriental.

 Netanyahu, que llegó a los EEUU para participar en la convención de federaciones judías locales y para mantener varios encuentros con las autoridades norteamericanas, empezó su visita con el pié izquierdo. En la mañana del lunes recibió una respuesta negativa a su propuesta de plantear ya una amenaza militar concreta contra Irán.

Por Shlomo Slutzky

Al mediodía del lunes 8 ofreció su discurso ante los 3000 representantes de las federaciones judías interrumpido 5 veces por jóvenes judíos e israelíes que abrieron carteles y gritaron consignas: «La ocupación produce deslegitimación de Israel» o “La ley que obliga a no judíos a jurar fidelidad al Estado Judío deslegitimiza a Israel» y otras consignas contrarias a la política del gobierno israelí, que escucha por primera vez abiertamente de voces judías no antiisraelíes.

Y como si esto fuera poco, después de una entrevista con el vicepresidente norteamericano Joe Biden en el que éste renovó el compromiso de Washington con la seguridad de Israel, el Ministerio del Interior y la municipalidad de Jerusalén anunciaron la construcción de 1300 viviendas en el este de Jerusalén, más allá de la Línea Verde, la frontera israelí hasta junio de 1967. De esta manera se ganó Netanyahu merecidamente el rechazo del portavoz de la casa Blanca en Washington y del mismo Obama horas después en Indonesia.

Con modales de luchador antiimperialista más que de jefe de gobierno de un país en alianza estratégica con los EEUU y dependiente de esta potencia para sobrevivir, Netanyahu enfrentó a Obama en su territorio, y desde Washignton envió un duro e inflexible mensaje al presidente norteamericano: «Jerusalén es nuestra capital y nunca Israel ha limitado la construcción en esta ciudad de 800 mil habitantes, aún no en los 10 meses de congelamiento de la construcción en la Cisjordania. Durante 40 años todos los gobiernos israelíes construyeron en Jerusalén y nunca molestó esto a firmar los acuerdos de paz con Egipto y Jordania ni a tratar con los palestinos 17 años, las diferencias con los EEUU a este respecto no son nuevas».

Israel ocupó el sector de Jerusalén Oriental en la Guerra de junio de 1967 y en 1980 la anexó oficialmente, a pesar que la ley internacional y la opinión pública mundial no aceptaron nunca esta anexión unilateral, que el paso del tiempo no la hizo oler mejor.

Jerusalén Oriental es el centro espiritual de los palestinos en la región y la Autoridad Palestina pretende establecer su capital en esta zona que abarca el este de Jerusalén y poblados palestinos al este de la misma. Diez años atrás, el Presidente Bill Clinton propuso una fórmula para solucionar el problema de Jerusalén basado en la fórmula «Barrios judíos serán israelíes, mientras que musulmanes y cristianos serán palestinos», una fórmula que acepta la mayoría de los israelíes, pero no el gobierno de Benjamin Netanyahu.

«El gobierno israelí optó nuevamente por los asentamientos a costa de la paz» denunció ayer Saeb Erekat, el jefe del equipo negociador palestino, que dejó la mesa de tratativas al renovarse la construcción en la Cisjordania el 26 de septiembre último. Erekat, que anteriormente había anunciado la disposición a esperar los resultados de la visita de Netanyahu en los EEUU con la esperanza que este anuncie algún tipo de veda de construcción, se mostró ayer desilucionado por la decisión israelí.

“La empresa de asentamientos israelí, que no se compone sólo de los asentamientos mismos, sino que también del Muro, carreteras exclusivas para colonos, y restricciones de movimiento sobre palestinos, es un proceso premeditado para matar la posibilidad de un estado palestino independiente.”

Un interrogante sin respuesta es el porqué y cómo logra Netanyahu verse nuevamente enfrentado a la potencia que necesita para defenderse de la amenaza iraní. En este caso, allegados a Netanyahu señalan que él conocía los planes de ampliar la construcción en los Barrios de Har Jomá y Ramot, pero no sabía cuando sería anunciado. De este detalle se encargó el ministro del Interior Eli Ishai, de posiciones extremistas en los últios añós, quien dio orden a sus dependencias de empujar adelante todos los proyectos posibles en Jerusalén Oriental, violando también el acuerdo por el cual la oficina del Premier recibiría un anuncio previo a cualquier decisión. La intención de hacer fracasar las tratativas no es ocultada por Ishai y otros ministros de la ultraderecha israelí.