Ahmadinejad fue recibido por miles de personas convocadas por el movimiento chiíta Hezbolá y que con alegría gritaban: “Bienvenido” y “Dios es grande”. Por la noche participó de un acto multitudinario al sur de Beirut. Allí el dirigente del movimiento Hassan Nasralá apoyó las palabras del presidente iraní: “Ahmadinejad tiene razón cuando dice que Israel es un Estado ilegítimo y que debe desaparecer”.
Desde el gobierno de Estados Unidos se escucharon críticas hacia el presidente iraní. Por un lado el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs declaró que “Ahmadinejad continúa con sus formas provocativas, incluso cuando deja a su país en un gran caos económico como resultado de sus acciones, que han conducido a sanciones internacionales que están teniendo un gran impacto”. Por su parte la secretaria del Departamento de Estado norteamericano, Hillary Clinton alertó que existía la posibilidad de un intento para desestabilizar Beirut.
En el día de hoy, Ahmadinejad visitará algunas poblaciones del sur del Líbano que limítan con Israel. En repudio a esta situacion, en Israel se realizan por estas horas varias y diferentes manifestaciones callejeras. Según el diario Haaretz, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, declaró que la visita del líder iraní muestra la creciente dependencia de Hezbolá con respecto a Teherán y advirtió que las agencias de inteligencia israelíes estarán en alerta máxima.