Las comparaciones son odiosas

El viernes último en Washington, dos periodistas de Clarín y La Nación que cubren la Asamblea del Fondo Monetario fueron catalogados por el Ministro de Economía Amado Boudou de “FMI-adictos”, quien luego afirmó que si no querían “ser cómplices” de ambos diarios debían “renunciar y no trabajar más en esas empresas”. Fue entonces cuando los comparó con “los empleados que limpiaban las cámaras de gas durante el nazismo”.

Estas declaraciones de Boudou provocaron el rechazo de varios políticos opositores que le exigiron que reflexione, que pida perdón,  y hasta que renuncie.

Por su parte el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, declaró que “estamos sorprendidos y rechazamos totalmente esas declaraciones que ofenden la memoria de las víctimas y banalizan la Shoá” . En tanto que el encargado para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, Sergio Widder, le solicitó que se retracte públicamente de sus declaraciones y lo invitó al seminario sobre el Holocausto que se realizará en el Ministerio de Educación y donde está previsto que hablen el titular de Educación, Alberto Sileoni, el canciller, Héctor Timerman y el ministro de Justicia, Julio Alak.

Durante el fin de semana no se escuchó ninguna declaración del ministro pero en el día de hoy se reunió con los directivos de la DAIA y ambas partes emitieron un comunicado conjunto en el que él mismo reconoció que “la utilización de las metáforas inapropiadas relativas a la Shoá no pueden ser circunscriptas a las coyunturas políticas de nuestro país, dado que lastiman la sensibilidad de la sociedad argentina, en general, y la comunidad judía, en particular”.