El canciller Liberman hizo hincapié en que “el principio que guíe el proceso hacia un acuerdo final no debe ser paz por territorios, sino intercambiar territorios poblados. No hablo de trasladar poblaciones, sino de trasladar las fronteras para ajustarlas a las realidades demográficas”. Esta propuesta ya conocida en Israel, consiste en separar físicamente a judíos de árabes y permitir la residencia en Israel sólo a quienes estén conectados con el Estado. Los dichos de Liberman no hicieron mas que acentuar las diferentes posiciones que existen dentro de la coalición de gobierno israelí y repercutieron también en la relación con los palestinos.
Abbas declaró al respecto: “El que decide continuar construyendo las colonias y proporciona ayuda y protección a los colonos es el que decide detener las negociaciones» . Por su parte, el enviado estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell, se entrevistó con el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak y luego lo hará también con Netanyahu y con Abbas.
Parece mentira que en momentos cruciales como es el marco de una oportunidad de avanzar en las negociaciones se produzcan desinteligencias de esta naturaleza. No cabe duda que la contraparte tiene un altisimo nivel de responsabilidad en cuanto a la imposibilidad de lograr progresos en este marco. No obstante, alguna introspeccion y mea culpa de vez en cuando no viene mal. Al menos eso sugieren los psicoanalistas.