Judíos y judíos

Las autoridades de la AMIA decidieron no participar con la presidenta Cristina Kirchner en la inauguración de la Asamblea General de las Naciones Unidas.  La razón es que el día de la exposición coincide con la festividad de Sucot  y según el presidente de AMIA, Guillermo Borger existen “restricciones religiosas para los judíos”. En cambio la delegación de la DAIA si viajará a Nueva York para acompañar a la comitiva argentina. Aldo Donzis explicó que la representación política de la comunidad judeoargentina no puede estar ausente en un momento en que la presión sobre Irán crece, como así también crece el reclamo de justicia.

 Con respecto a la postura de la DAIA, las autoridades de la AMIA declararon que estas fechas religiosas deberían ser respetadas por todos los judíos y que no hubo diálogo entre las instituciones para consensuar una decisión. Asimismo Borger declaró que le desea a la presidenta mucho éxito, que la acompaña moralmente y en sus oraciones.

Es indudable que los debates contribuyen a dar vigor a la salud democrática. Asimismo, es de particular relevancia en este caso el hecho de que las diferencias que se plantean en torno a la dirigencia de la comunidad judeoargentina constituyen un buen ejemplo para echar por tierra algunos prejuicios que dan cuenta de “los judíos…”, o el “pueblo judío” en aras de universalizar en torno a una supuesta categoría monolítica parámetros homogéneos.

La discusión planteada pone en evidencia justamente la multiplicidad de perspectivas y heterogeneidad que constituyen al pueblo judío. Reformistas y religiosos, sefardim y ashkenazim, sionistas y postsionistas (antisionistas también): todos tienen su sede en un pueblo que ha hecho de la apertura y la libertad de expresión su razón de ser.