Más piedras en el camino

El pasado día lunes se produjo el fallecimiento del empresario Alberto Jacinto Kanoore Edul, involucrado en el capítulo de la llamada “pista siria” de la investigación del atentado a la AMIA. En ese sentido, el Dr. Labaké, abogado de Kanoore Dul, había expresado que “desde que se vio enredado en esto empezó a deteriorarse mucho su salud y paulatinamente empezó a tener pocos momentos de lucidez, hasta que se produjo el desenlace fatal”. Kanoore Edul y su hijo habían quedado bajo sospecha de una presunta colaboración en el atentado de 1994, razón por la cual se produjo el procesamiento de Menem y el ex titular de la SIDE, Hugo Anzorreguy.

El deceso de Kanoore Edul constituye un obstáculo más en favor del esclarecimiento de la causa. En medio de la confusión imperante bien definida por los entendidos en términos de “mucho ruido y pocas nueces”, se revela la imperativa necesidad de justicia de una vez por todas. Resulta vergonzoso reconocer los avances experimentados en los procesos de investigación vinculados con los atentados ocurridos en Londres, Madrid y Nueva York, frente al panorama desolador que nos ofrece la expectativa de esclarecimiento de los atentados ocurridos en Buenos Aires, por otra parte muchos años atrás. Ya lo dice el famoso refrán: “sólo los tontos se dan el lujo de no aprender de la experiencia ajena”.

Tal vez convenga detenerse a analizar la agenda pública (y también la privada incluyendo a muchos que se dicen referentes de la comunidad) para comprender la ausencia de una perspectiva más alentadora. Llegan días de reflexión para nuestro pueblo: convendría no desaprovecharlos.