Kosovo como ejemplo

El Tribunal Internacional de la Haya dictaminó que la independencia de Kosovo, declarada unilateralmente en 2008, es conforme al derecho internacional. Se espera que el dictamen tenga un peso jurídico y político muy importante de cara a nuevos reconocimientos de secesión de otros Estados e implicaciones en otros movimientos independentistas del mundo.

Por Alberto Mazor

En su sentencia, los jueces afirmaron que no hay norma en el derecho internacional que prohíba las declaraciones de independencia. Esta declaración va más allá de lo que habían augurado muchos expertos en justicia internacional, que presagiaban un texto más prudente para evitar sentar bases legales de cara a futuras secesiones.

Ante esta nueva realidad, varios dirigentes palestinos vuelven a colocar sobre el tapete la posibilidad de proclamar de forma unilateral su independencia, una idea que llevan adelante desde hace tiempo. Para muchos de ellos, es la única solución posible en vista de los continuos fracasos en las negociaciones para llegar a un acuerdo con Israel. Dicen estar cansados y hartos de esperar que la comunidad internacional llegue a un acuerdo, al igual que argumentaron en su día las autoridades kosovares.

Ya en abril de 2008, representantes de la Autoridad Palestina reclamaron el envío a los territorios de una fuerza internacional de paz de la ONU, poniendo como ejemplo a Kosovo, que, según ellos, consiguió declarar su independencia porque contaba de antemano con el apoyo europeo y de EE.UU y porque había una fuerza de pacificación, algo con que no cuentan los palestinos.

La Unión Europea ha rechazado hasta hoy cualquier iniciativa de la Autoridad Palestina de declarar unilateralmente la independencia de un Estado palestino, al considerar que dicha resolución sólo conduciría a empeorar la situación en la región.

Sin embargo, la experiencia de Kosovo demuestra que las declaraciones de la UE no son irreversibles y que a la vista de los hechos no se necesita la unidad de sus miembros para que exista una declaración unilateral de un Estado palestino. Además, los países que la apoyarían superan en gran número la mayoría que apoyó la secesión de Kosovo.

La política internacional está a menudo fundada en el vacío o en insignificantes consensos, pero a pesar de ello, o quizá precisamente por ello, Israel surge nuevamente ante este hecho como víctima propiciatoria.

Lo cierto es que la decisión del Tribunal de La Haya sobre Kosovo ha creado un precedente que será instrumentalizado. Los políticos siempre usan los documentos legales para sus propios fines.