La violencia del lunes 20 de octubre siguió a ataques palestinos con cohetes en el sur de Israel y la muerte de tres soldados israelíes en una emboscada en la Ribera Occidental (Cisjordania) el domingo anterior.
La última ofensiva israelí con misiles tuvo como blanco el mismo lugar que la primera de ellas: una casa que -sostuvieron en Israel- era utilizada por el grupo extremista Hamas como una fábrica de armas, donde se producían y almacenaban cohetes Qassam.
Hamas, definido por Estados Unidos como una organización terrorista, se ha adjudicado la responsabilidad por varios de los atentados suicidas contra civiles israelíes.
Fuentes militares israelíes indicaron que el quinto ataque del lunes fue un esfuerzo por asegurarse de que las instalaciones de Hamas en ese lugar habían sido completamente destruidas.
El cuarto ataque del día tuvo como objetivo un automóvil en el centro de Gaza. Las fuerzas de seguridad palestinas dijeron que un misil impactó en el vehículo, mientras que otro cayó en la calle.
Más temprano el lunes, Israel lanzó otras tres incursiones aéreas contra militantes palestinos, causando la muerte de al menos tres personas y heridas a 31, según fuentes israelíes y palestinas.
Helicópteros y aviones caza israelíes atacaron una camioneta que transportaba a extremistas de Hamas, un edificio que Israel sostuvo era una fábrica de armas en construcción y un depósito de dos pisos donde según fuentes palestinas se almacenaban armas.
Dos de los tres muertos pertenecían al ala militar de Hamas, informaron fuentes del grupo extremista. La otra víctima fatal fue un peatón.
Horas después de las tres incursiones aéreas, el asentamiento judío de Gush Katif, en Gaza, fue atacado con morteros, mientras que un cohete Qassam fue disparado de Gaza a Israel, dijo el ejército israelí. Más tarde otro Qassam fue lanzado a Israel, y un mortero fue disparado contra un puesto de las fuerzas de defensa israelíes en Gaza. No hubo informes de heridos en estos ataques.
Hamas distribuyó un comunicado prometiendo una venganza «violenta y singular» contra los colaboradores palestinos con Israel.
En Ramallah, el Primer Ministro palestino Abu Alá condenó las ofensivas israelíes, señalando que hacían más difícil su tarea de unir a los grupos extremistas en un nuevo cese al fuego con Israel.
Matar la esperanza
El primer ministro israelí Ariel Sharon dijo en un discurso al Parlamento (Kneset) de su país que «los palestinos deben cumplir las medidas que han prometido llevar a cabo» incluido «el establecimiento de un gobierno que, consistentemente, actúe contra el terrorismo».
«Israel está tomando los pasos necesarios para removerlo (Arafat) de la arena política», afirmó el primer ministro en un discurso con motivo del inicio del período de sesiones invernal del Parlamento (Kneset), según informó la agencia española EFE.
«La política israelí sigue a los últimos eventos en los que han sido asesinadas familias en Haifa, así como tres estadounidenses en la franja de Gaza y tres soldados en Ofra», destacó el Primer Ministro israelí para quien «los terroristas matan cada esperanza de paz tanto para israelíes como palestinos».
Sharón también dijo que Israel acelerará la construcción del llamado “Muro de defensa” entre Israel y Cisjordania y prometió completar su trazado en el transcurso de un año.
Asimismo, destacó el compromiso de Israel con el ‘Mapa de Rutas’. «Es la única esperanza de superar la actual situación» y destacó que su programa político goza de consenso nacional.
«No habrá ilusiones o planes alternativos», refirió Sharón en alusión al borrador acordado entre miembros de la oposición y funcionarios palestinos para un posible acuerdo de paz.
En opinión de Sharón, la lucha por la seguridad es una «misión nacional compartida por toda la gente y ese consenso es lo que da fuerza a su programa político».
