Los materiales documentales mostrados a Hercman y a Kaul, Presidente de la AMIA, por las autoridades del Gobierno no son los trabajos originales realizados por los alumnos del curso a capitanes en la Escuela Superior de Guerra. Por un tema de seguridad, esos trabajos son destruidos ni bien son leídos por las autoridades del curso. En esta ocasión, y a pedido del gobierno, los trabajos fueron re-escritos por los alumnos capitanes; y en esas supuestas reproducciones, desde ya, no había ningún indicio de los supuestos dichos filtrados y adjudicados al General Bendini.
Con estos escritos, en los que no existe evidencia alguna sobre las filtraciones, la DAIA con Hercman a la cabeza da por terminado el episodio.
¿Era posible esperar otra cosa de la cofradía militar? ¿Alguien suponía que Bendini iba a ser denunciado por los propios militares o que algún capitán iba a arruinarse el futuro de su carrera poniendo en peligro sus futuros antecedentes en el arma? Nadie es ingenuo. Ni Bendini, ni los capitanes, ni la DAIA ni Hercman. Ellos, los militares tienen sus motivos, pero… ¿y los de la DAIA y esta dirigencia que aceptó mansamente las explicaciones oficiales? ¿Cuáles habrás sido sus motivos para hacerlo?