La resistencia heroica ocurrió en abril de 1943 en el gueto judío más grande establecido durante la Shoa (Holocausto) y fue comandado por el joven miembro de Hashomer Hatzair, Mordejai Anilevich, quien comandó a la ZOB (siglas en polaco de Organización Judía Combatiente, compuesta por grupos sionistas socialistas y comunistas) en una rebelión con fuerte desventaja con respecto al ejército alemán, pero con una gran resolución a no morir sin prestar batalla contra la barbarie nazi.
Durante el concurrido acto, hizo uso de la palabra Susana Gelber, presidente de Meretz Argentina, en representación del Polo, quien expresó la necesidad de recordar lo sucedido y el fuerte deseo de las instituciones convocantes a preservar la memoria y honrar a los caídos, con miras a construir en el presente una comunidad y sociedad fuerte e igualitaria.
Gelber remarcó que el legado de los combatientes del gueto de Varsovia debe seguir vivo a través de las generaciones, “porque ellos nos enseñaron la importancia de la lucha por los ideales, por la dignidad humana, y esto es posible con un trabajo constante y con una fuerte idea de conjunto. No se rescata la dignidad humana con una visión individualista. Justamente, lo que nos ilumina es la generosidad de estos jóvenes que volvieron a los guetos y entregaron su vida para que las generaciones futuras puedan vivir con dignidad”.
También destacó que hoy en día, en sociedades fragmentadas es imprescindible restaurar los lazos sociales y recuperar la ciudadanía social. Según la presidente de Meretz, “esto posibilitará ir generando un mayor grado de conciencia acerca de la necesidad de poner el acento en el hombre y no en cuestiones materiales al servicio de un sistema de dominación salvaje que explota y deshumaniza”.
El filósofo Darío Sztajnszrajber profundizó sobre el concepto de la “otredad” y el nazismo; mientras que el Dr. Carlos Rozanski, el juez que presidió el tribunal que condenó al represor Miguel Etchecolatz y al ex capellán Christian Von Wernich, se refirió a las similtiudes y divergencias entre la represión, la censura y el terrorismo de Estado durante la Shoa y durante la última dictadura militar argentina.
La emotiva ceremonia contó también con encendido de velas con la presencia de sobrevivientes; el canto del Coro Popular Mordejai Guebirtig, que ejecutaron canciones en idish; y la actuación del actor Manuel Callau, quien recitó el poema Babi Yar, obra del autor ruso Yevgeni Yevtushenko. Jóvenes activistas de Hashomer Hatzair, ICUF y Meretz hicieron uso de la palabra, leyendo la última carta escrita por Mordejai Anilevich durante los días finales de la resistencia y enfatizando el rol de la juventud en aquella época en defender la dignidad judia, y su rol hoy en día de mantener la antorcha del recuerdo, mantener sus ideales y educar hacia el futuro.
De esta manera, el Polo que une a las instituciones con una visión pluralista del judaísmo, honra a todos los hombres y mujeres que perecieron frente a la bestia nazi, así como a todos los que sobrevivien y hoy son un vivo testimonio de lo ocurrido, comprometido hacia un futuro de paz, igualdad y tolerancia.