Irán propuso la semana pasada enviar parte de su uranio enriquecido a Turquía, bajo la condición de obtener a cambio el combustible nuclear necesario para un reactor de investigación con fines medicinales. El canje de combustible disminuiría la disponibilidad por parte de Irán de uranio que pueda ser utilizado en la fabricación de armamento nuclear.
No obstante, la propuesta no evitó el acuerdo alcanzado entre EE.UU. y los restantes miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Rusia, China, Gran Bretaña y Francia) para avanzar en la implementación de un programa de sanciones contra Irán por negarse a detener por completo el enriquecimiento de uranio, según lo exigido por las Naciones Unidas.
Entretanto, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton expresaba desde Pekín que la propuesta enviada por Teherán el pasado lunes ante las Naciones Unidas no da cuenta de las preocupaciones internacionales planteadas en torno a las ambiciones atómicas de Irán.
El gobierno iraní afirma que su programa nuclear es pacífico, y que el enriquecimiento de uranio está destinado exclusivamente para la generación de energía. Teherán dice necesitar de combustible para avanzar en la investigación orientada al tratamiento de pacientes con cáncer.