En la AMIA

Meretz brega por la Cooperación y la Preservación de la Identidad

Lic. Susana Gelber. Presidenta de Meretz Argentina.
La AMIA es la institución más importante de la comunidad judía argentina. Mi abuelo llegó a Buenos Aires en 1927, procedente de Polonia y nos contaba orgulloso que lo primero que hizo fue asociarse, como lo hacían la mayoría de los inmigrantes judíos. Ese orgullo se trasladó a las siguientes generaciones, aunque ahora, se sabe, un gran porcentaje de los miembros de nuestra comunidad no está asociado a la AMIA. Pero lo que es peor, a muchos ni siquiera les interesa. A otros sí, pero no pueden hacerlo, porque no reúnen los requisitos para ser socios plenos, es decir, no son judíos genuinos, en términos de la actual conducción.

La AMIA es la institución más importante de la comunidad judía argentina. Mi abuelo llegó a Buenos Aires en 1927, procedente de Polonia y nos contaba orgulloso que lo primero que hizo fue asociarse, como lo hacían la mayoría de los inmigrantes judíos. Ese orgullo se trasladó a las siguientes generaciones, aunque ahora, se sabe, un gran porcentaje de los miembros de nuestra comunidad no está asociado a la AMIA. Pero lo que es peor, a muchos ni siquiera les interesa. A otros sí, pero no pueden hacerlo, porque no reúnen los requisitos para ser socios plenos, es decir, no son judíos genuinos, en términos de la actual conducción. Por el contrario, el Presidente del Estado de Israel, Shimon Peres, en su discurso en el Luna Park, nos dio una definición muy clara y contundente cuando dijo:«Se suele definir como judío a aquel cuya progenitora es judía. Yo defino como judío a aquel que se preocupa para que sus hijos sean judíos«.  Entonces, ¿cómo se resuelve este dilema…?

 

 

Valoración y dificultad
A pesar de que el número de socios no llega al 20 % de la población judía del país, la dimensión que ha tomado la AMIA trasciende totalmente a nuestra comunidad y ha alcanzado magnitud nacional e internacional. Lamentablemente, esto se debe en gran parte al atentado terrorista de 1994. Tanto es así, que el discurso del Presidente de la institución en cada aniversario tiene especial trascendencia en la política nacional. No obstante, no se puede dejar de valorar el trabajo que se viene realizando en el área social (empleo y ayuda social) destinado a toda la sociedad, e incluso mediante convenios con organismos internacionales.
La dificultad estriba que en sociedades cada vez más complejas, para llevar adelante proyectos de este tipo se requieren profesionales especializados y debidamente rentados; e incluso lograr financiamiento internacional, aun en asociaciones sin fines de lucro, como en este caso.

 

Interesante pregunta
El problema se presenta cuando nos preguntamos quién lidera: ¿La Comisión Directiva —es decir, los azkanim—… o los funcionarios de carrera —quienes con su saber especializado y al estar mucho tiempo en la institución, conocen todos los mecanismos—…? Esto depende del manejo político y del grado de solidez de los movimientos políticos que gobiernen la AMIA. Lo mismo sucede con las otras instituciones centrales de la Comunidad, incluso con las escuelas  e instituciones socioculturales.
El debilitamiento del sistema de partidos en la Argentina, producto de la aplicación de políticas neoliberales, con la consecuente dualización de la sociedad y una profunda desideologización que contiene en sí misma una ideología individualista, superficial y carente de lazos sociales no sólo ha impactado en la sociedad argentina, sino también como parte de la misma, en nuestra Comunidad, que se debate ante los mismos dilemas.

 

Correlato
La antipolítica ha sido incentivada desde altos estamentos políticos y se visualiza la actividad política como autosostenida; por lo tanto no quedan claros ni los objetivos de la lucha política, ni si el motor es sólo obtener honores por parte de los dirigentes, o si se persiguen ideas que son las aglutinadoras de las agrupaciones.
Esto que sucede a nivel nacional tiene su correlato en los movimientos políticos comunitarios, que han sufrido un profundo debilitamiento, lo que ha provocado divisiones, emergencia de nuevas agrupaciones y un denominador común: la desideologización. Ya no se busca el acuerdo programático entre partidos, sino entre personas. En este cuadro de situación es muy difícil que los líderes de los partidos comunitarios puedan imponerse a la burocracia de la AMIA, ni de otra institución.

 

Participar y pertenecer
Sólo partidos fuertes, con ideologías, y con objetivos claros podrán recuperar el terreno perdido. Pero para eso deberán abrirse a nuestra Comunidad e intentar atraer aproximadamente al 60 % de judíos que no están institucionalizados. Demostrarles que afiliarse a la AMIA no tiene como objetivo excluyente lograr votos, sino pertenencia y participación.
Desde Meretz, vamos a seguir bregando para que prevalezcan en nuestra Comunidad y en la AMIA, en particular, los contenidos de solidaridad, cooperación, ayuda mutua y preservación de nuestra identidad, que fueron los valores fundantes. Esto es así, porque estamos convencidos de que la vida en sociedad nos permite crecer como personas sólo si lo hacemos interactuando, cooperando con los demás, y trabajando por una sociedad justa, equitativa, participativa, inclusiva y solidaria. Por eso es inviable una comunidad con varias instituciones centrales, dado que ello profundizaría la crisis.