Beit Halojem, la “Casa del Combatiente”

Llevando esperanza a quienes la necesitan

Esta ONG israelí se encarga de devolver la dignidad y favorecer la reinserción de los miles de hombres y mujeres heridos durante su servicio militar. Cuenta con la ayuda de las comunidades judías del mundo

Hace sesenta años, al finalizar la Guerra de la Independencia, el Estado judío se encontró con alrededor de seis mil veteranos que habían perdido miembros o sufrido diferentes tipos de discapacidades. Debido a la extrema austeridad que caracterizaba la vida en el país, en esa época, no había un programa gubernamental para aliviar la vida de esas personas que se habían sacrificado para defender los asentamientos judíos, ni posibilidades de ocuparse en forma integral de su recuperación física y psicológica. 

Fueron los veteranos quienes debieron hacer frente a la situación , los que dieron origen a la Organización de Discapacitados del Tzahal (Ejército de Defensa de Israel), teniendo como objetivo ocuparse de la población israelí herida o discapacitada durante su servicio militar. A través de numerosos programas se abarcaba diferentes planos, el legal, laboral y el social.. 

Las sucesivas guerras guerras y los años de servicio militar obligatorio llevaron a la triste cifra actual de cincuenta y un mil miembros en la organización, la cual comprende heridos en el campo de batalla, como también a quienes lo fueron durante su entrenamiento.

La asistencia que se otorga en el plano legal busca representar los intereses de los veteranos en materia de compensación estatal, permitiendo que todos ellos sean beneficiarios del tratamiento médico y la retribución económica que el Estado de Israel otorga a quienes quedan discapacitados durante el cumplimiento de su servicio al Estado.

Uno de los proyectos que desarrolla la organización es el Beit Halojem, la “Casa del Combatiente”, que consiste en tres centros ubicados en diferentes puntos del país donde se busca la rehabilitación del veterano.

Ilan Egozi, Director Ejecutivo de Beit Halojem, se reunió con Nueva Sión en su visita a Argentina en el mes de noviembre y explicó su concepto de rehabilitación “único en el mundo, que busca no sólo sobrellevar la discapacidad física sino fortalecer las capacidades psicológicas y sociales, y de avanzar a partir de una situación de trauma mediante actividades culturales, deportivas y sociales.”

En este proceso, Beit Halojem trabaja junto con el discapacitado y su familia, buscando convertirse en un “segundo hogar”, donde se facilite la reinserción laboral y social. Esta tarea se realiza en conjunto con personas que se encuentran en la misma situación. “Cuando un veterano discapacitado va a un centro, es una oportunidad para sorprenderse de todo lo que una persona en esa situación puede hacer en materia de actividades deportivas y recreativas. Ve que hay una salida y que no está solo”, dijo Egozi, quien es, a su vez, un ex prisionero de guerra de Egipto luego de la Guerra de 1967, durante cuya captura fue víctima de tortura y violencia. Luego de su liberación, se acercó a la institución que hoy dirige, beneficiándose del marco de contención y de las posibilidades que le brindaba. Hoy, es un ejemplo para los miles de jóvenes que se encuentran en esa situación.

Los resultados en materia de reinserción laboral son reveladores: se calcula que el noventa y cinco por ciento de los veteranos discapacitados trabajan, por lo menos, en empleos de media jornada. Para realizar esta tarea, Beit Halojem da cursos y clases que permiten al veterano explotar sus capacidades y ser lo más productivo posible.

Cuando se lo interrogó sobre el futuro de la institución que dirige en Israel, Egozi afirma con seguridad: “Mi deseo es que mañana haya paz, lo cual hará que los números de nuestra organización dejen de crecer. Pero no parece indicar esto la situación. Buscamos por eso desarrollar nuevos programas, mejorar el entrenamiento laboral que realizamos para dar más posibilidades al que sufre de discapacidad. Queremos llegar a más personas y obtener más socios que se identifiquen con la importancia del trabajo que realizamos.

Es por eso que Egozi visita la Argentina. Justamente de la Diáspora es de donde provienen la mayor parte de los fondos de Beit Halojem, recaudados a través de asociaciones amigas presentes en las comunidades. La relación entre Israel y el resto del mundo judío se traduce en resultados concretos para la mejora de la calidad vida de las personas que tanto dieron.