Solana: «En la era del terror hay que debatir el cambio legal».

Hace exactamente diez años que Javier Solana representa la imagen internacional de Europa; diez años en los que acompaña, de cerca, el conflicto israelí-palestino, en todos sus quiebres y sus capítulos; diez años en los que, en gran medida, representó la respuesta a la pregunta de Henry Kissinger: "¿A quién me tengo que dirigir cuando quiero dialogar con Europa?  En cierta medida, Solana es el coordinador de la política exterior y de seguridad europea o, en su título oficial y extenso, "Representante Supremo del Consejo de la Unión Europea en Política Exterior y de Seguridad Conjunta". El par de Hilary Clinton y Bill Gates, juntos.

Próximamente llega la fiesta final a su complicado título mundial: con la aprobación del Tratado de Lisboa -documento oficial de la Unión- cuando sea designado,por primera vez, en Europa un "Canciller" que tendrá a su cargo el servicio diplomático general-continental, Solana partirá a casa.  Momentos antes que eso ocurra, concedió una entrevista al diario Ha´aretz.  

Solana, de 67 años, no sabe quién, entre todos los candidatos al nuevo cargo, será el preferido. Decide referirse a cuestiones actuales, el pan de cada día durante la última década; por ejemplo quiere entender qué pasó con Israel cuando resolvió evitar la partida del Canciller francés, Bernard Kouchner hacia Gaza. Era una visita de carácter humanitario. Se le respondió que Israel intentó evitar un "Festival de Hamas", que brindase legitimación a la organización terrorista que gobierna Gaza. Se le dijo  que, según una de las evaluaciones, el "enojo" israelí se produjo por la conducta de Francia con respecto al Informe Goldstone. Francia resolvió ausentarse de la votación en lugar de rechazar el informe y, así, elevó la crispación de la conducción israelí. El hombre reacciona con una sonrisa: "Se trata de una visión muy corta. Hablamos del canciller de Francia que es una de los aliados más importantes de Israel".  

Ya hace años que Solana solicita llevar al "Triunfo de la coherencia y la eficacia de las políticas exteriores y de seguridad europeas". Demostrar que Europa misma tiene valores supremos y líneas políticas comunes  que promueve en el plano internacional. Para materializarlo, Solana -profesor de Física- acostumbra transmitir una imagen del mundo más cercano a su corazón: "La Unión no es una gran mezcla de naciones. Se trata de un tipo de molécula, dueña de electrodos comunes, que nos permiten actuar en conjunto y tomar decisiones políticas comprometidas".   

Pero, al igual que en el momento de la votación en la Comisión de DDHH de Naciones Unidas, las moléculas resolvieron elegir  otras leyes físicas: Italia, Hungría y Eslovaquia votaron contra el Informe Goldstone. Bélgica se abstuvo, mientras Francia y Gran Bretaña, se ausentaron. Solana se resiste a ver en ello un fracaso de la política exterior común de Europa.  

Está más atemorizado por el casi-consenso que se cristaliza en Israel contra el Juez: "Conozco muy bien a Goldstone", dice. "Nos ayudó mucho con su acción legal en la ex Yugoslavia y no tengo dudas sobre su decencia y honestidad".  Es claro que, Goldstone, no actuó con la intención de dañar a las partes y seguro que no tuvo n la intención de perjudicar a Israel. Es posible que, su Informe, no fuera leído como corresponde. En cualquier caso, es importante mirar hacia adelante y realizar una investigación independiente en Israel y, también, en la otra parte. Esa es la mejor salida".   

Hubiera recomendado colaborar con Goldstone

Cuando Solana fue interpelado si Israel no es, en alguna medida responsable por el Informe, al negarse a colaborar dice: "Por supuesto que hubiera sugerido a Israel cooperar. En la Unión respetamos mucho a Naciones Unidas y a los organismos multilaterales. Por desgracia nuestra posición, relativa a la globalización y a la necesidad de crear diferentes  mecanismos de gobierno, es distinta a la interpretación aceptada en este caso".  Solana exhibe una filosofía europea, difícil de comprender en Israel. El multilateralismo y la internacionalidad, "nueva religión" de Solana y sus amigos en la Unión, constituyen  las  lecciones de las guerras mundiales y del sagrado y destructivo nacionalismo que primó detrás. Son, también, la consecuencia del incremento de la inmigración y los cambios demográficos ocurridos en las últimas décadas en Europa y que confundieron el término "nacional" en el continente. Europa abandonó los valores de las naciones a favor de la sociedad de derecho internacional.  

No es un político radical y ciego

"La religión" de Solana no es del tipo radical y ciega. Acostumbra a decir "La lucha contra el terror marcó mi  corazón". Relató: "Casi todas las semanas me vi obligado a participar del entierro de algún hombre muerto por  acciones terroristas. Eso no se modificó ni cuando me desempeñé como Secretario General de OTAN y llegó a su record  con el gran atentado cometido en Madrid el 11 de marzo de 2004".  Quizás por eso se identifica -y apoya- al llamado del Primer Ministro Netanyahu, sobre el cambio de las leyes de guerra internacional, que ya no se adecuan a la realidad en la que las naciones luchan contra terroristas.  

Solana se niega a referirse a la pregunta sobre delitos de guerra atribuidos a Israel en el Informe (No  investigué el tema) pero afirma: "En el mundo de ayer, ocurrían guerras de un ejército contra otro ejército y había leyes y tratados que se ocupaban de la conducta en esas guerras" Se deberá dedicar atención a la situación cambiante en la que falta simetría entre las partes que combaten; situación en la que se dificulta la práctica de la ley de guerra clásica-antigua". Destaca, "Hasta que existan nuevas leyes, debemos ajustarnos a las existentes". 

Solana elige no referirse a la declaración del Canciller Lieberman según la cual el Informe Goldstone es "un obstáculo al proceso de paz". Su idea sobre el tema es clara: durante la semana,  en su visita a Ramallah, destacó que el objetivo de la Unión es "La creación de una nación palestina en el plazo de tiempo más corto posible, de acuerdo a los límites del 67". En julio parecía perder su paciencia, al declarar que "Naciones Unidas debe fijar una fecha tope para la creación de un estado palestino y reconocerlo, aún si los israelíes y los palestinos no llegan, entre ellos,  a un acuerdo. Luego, el Consejo de Seguridad llamará a adoptar la solución de dos estados, que se refiera a todos los parámetros de límites, refugiados, la cuestión de Jerusalén y los ajustes de seguridad. Se deberá aceptar  al estado palestino como miembro pleno en Naciones Unidas y proponer una agenda de tiempo para la concreción de la solución, hasta la declaración de fin del conflicto".  

El panel en el que participó  en la Asamblea Presidencial se denominó: "Mañana". Allí, Solana dijo que la paz debe ser alcanzada "Hoy". "La globalización y los datos demográficos de la región obligan", dice en la entrevista. Su experiencia en nuestra región, le enseña que sin la intermediación de una tercera parte, las partes no llegarán al acuerdo. Solana está convencido que, luego de la aprobación final del Tratado de Lisboa, la Unión Europea -a la que define como "Uno de los proyectos constitucionales más bellos"– tendrá influencia y presencia destacada en el plano internacional. Por ello, afirma, "Israel debe poner parte de sus huevos en la canasta europea" y no dejarlos todos en la canasta norteamericana. Y da un ejemplo: si las partes solicitan a la Unión posicionar una fuerza militar en los territorios que el ejército de defensa israelí desocupe en el marco del acuerdo, Europa aceptará el objetivo. Reconoce el hecho que, Estados Unidos, constituye el "mejor intermediario" en la región. Solana no acuerda con la desilusión y la burla que acompañó el otorgamiento del Premio Nóbel de la Paz, a Obama. Está convencido que el presidente norteamericano tiene determinación para actuar a favor de la solución al conflicto y apoya la designación del enviado especial, George Mitchell, "Hombre de gran inteligencia y muchas capacidades". Ambos fueron socios de la versión "Informe Mitchell" (2001), que investigó los sucesos de la Intifada Al Aksa, y condujo a la Hoja de Ruta.   

"La situación con Irán es fluida"

Además del cargo en la Unión, Solana se desempeña como representante de la comunidad internacional en las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear. Visitó, en varias oportunidades, Teherán  y dialogó decenas de veces con la conducción iraní. Al ser interrogado sobre la opción militar (si fracasan las conversaciones), Solana respondió tajantemente: "Buscamos soluciones políticas, pero quiero ser muy claro: no aceptaremos, en ningún caso, una situación en la que Irán sea una bomba nuclear". Su vocera comentó: "Aún no se firmó un acuerdo con Irán y la situación permanece fluida. Por lo tanto, no hay modificación en nuestra posición".

Solana está orgulloso del acuerdo de normalización de relaciones entre Turquía y Armenia, del que fue uno de sus padrinos.  

"Turquía pertenece al mundo occidental"

Es conciente de la crisis en las relaciones entre Turquía e Israel y de los temores israelíes según los cuales, el Primer Ministro Erdogan, se conduce en dirección a Irán y Siria y dirige a su país camino a la islamización. Se niega a ver en eso el precio de la democratización y del distanciamiento del ejército, del foco de gobierno, que la Unión Europea impuso a Turquía: "En primer lugar, la membresía de Turquía a la OTAN ya la define como perteneciente al mundo occidental", comenta.  "En segundo plano, a pesar de no estar conformes del ritmo en el que realiza su reforma social y económica, que constituyen las condiciones para sumarse a la Unión, vemos en Turquía, como una nación desarrollada en su región y aspiramos a mantener las mejores relaciones posibles". "Con respecto a la democratización, se trata de una pregunta básica: bajo ningún concepto se puede integrar a la Unión una nación gobernada por su ejército. El pueblo es quien debe elegir hacia dónde dirigir su país. Nosotros, por nuestra parte, seguiremos tras el proceso de democratización necesario y tomaremos decisiones (en relación a la integración de Turquía a la Unión Europea), acorde a los resultados que se obtengan".