El 18 de agosto Pasteur 633 fue el escenario del tradicional acto en recordación a las víctimas del atentado a la AMIA. Este acto, realizado con un mes de atraso para impedir la propagación de la gripe A, congregó un número importante de personas, el cual fue, sin embargo, menor en relación a otros años.
Sergio Burstein, de la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA, afirmó desde el escenario que “vientos de odio son los que sufrimos a principios de este año por parte del sicario de Irán, Luis D´Elía”. Acusó también a D’elía de realizar declaraciones xenófobas y de promover el antisemitismo, relacionando declaraciones como las suyas con el aumento de pintadas y declaraciones antisemitas y con el ataque del pasado mayo durante los festejos por la independencia de Israel frente a la sede de la jefatura de gobierno porteño.
Burstein, cuya esposa Rita Worona fue asesinada junto a las otras 84 víctimas en el atentado del 18 de julio de 1994, se refería así a las diversas manifestaciones efectuadas por el dirigente piquetero referidas a Israel, la causa AMIA y a la comunidad judía, así como de su relación con el presidente de la República Islámica del Irán, Mahmoud Ahmadinejad, con quien se reunió en una visita realizada en el 2006 y cuya postura internacional D’elía ha defendido en numerosas ocasiones.
En noviembre del 2006 D’elía había sosteniendo que la acusación realizada en ese momento por la justicia argentina contra funcionarios iraníes por su conexión al atentado en la mutual judía, era errónea, aportando la hipótesis, insólita para muchos, de un auto-atentado efectuado por la “derecha israelí”. D’elía no llegó a presentar evidencia válida para substanciar sus reclamos.
Volvería a causar revuelto en la comunidad judía en enero de este año, por su participación en numerosos actos de repudio en contra de la operación Plomo Fundido efectuada en la Franja de Gaza, en compañía de agrupaciones de izquierda y organizaciones islámicas.
La respuesta de D’elía ante el discurso de Burstein no se hizo esperar. "Lo voy a demandar y va a tener que comprobar ante la Justicia que soy un asesino a sueldo de Irán, que es lo que quiere decir la palabra sicario", dijo días después.
A su vez, el dirigente oficialista envió una carta documento al Familiar, solicitando una rectificación, “dado que de lo contrario deberé accionar en su contra, tanto civil como penalmente”. La carta continúa explicando algunas de sus declaraciones más controversiales, responsabilizando por su mala fama a una “campaña de desprestigio” montada en su contra. Defiende en el documento al gobierno iraní como víctima de una “criminalización de inocentes” concebida como forma de invadir Irán y quedarse con sus recursos naturales. Finaliza la carta invitando a Burstein a discutir los temas que los diferencian, café por medio.
Interrogado sobre la amenaza del piquetero oficialista, Burstein declaró que él y la institución que representa no se arrepienten de las declaraciones, absteniéndose de explicaciones públicas por cuestiones de prudencia.
En sus declaraciones, Burstein criticó también al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri por su designación de Jorge Palacios al frente de la Policía Metropolitana, así como a la titular del INADI, María José Lubertino, por “su pobre accionar y lamentable indiferencia” hacia el aumento de actividad antisemita a principios de año.