Un extraño y polémico dirigente de Tucumán

Salamon, los shlijim y la dictadura

En medio del juicio que se llevó a cabo contra el ex gobernador de Tucumán Antonio Bussi y el ex general Luciano Benjamín Menéndez, ambos de reconocida participación en la represión durante la última dictadura cívico-militar en la Argentina, el titular de la DAIA Tucumán, Jaime Salamon, no tuvo la mejor idea que afirmar que algunos representantes de los movimientos sionistas de izquierda llevaron a los jóvenes a acercarse a la guerrilla en aquella época de los setenta.

Por Guillermo Lipis

Nueva Sión se comunicó con Salamon quien afirmó que no dijo lo que aparece publicado en la página web de la agencia AJN, pero -contradictoriamente- reafirmó sus dichos.
"Lo que aparece en la página de AJN me lo cambiaron 3 veces, cada vez que yo los llamé para protestar", afirmó Salamon a Nueva Sión.
Según AJN "Salamon mencionó que algunos shlijim (representantes de la Agencia Judía) llevaron a sus janijim (alumnos en instituciones de educación no formal) a interesarse por la cuestión de la guerrilla". Y agrega que los adolescentes pertenecían a "movimientos que llevaban ideas de izquierda,  los shlijim se olvidaron de nuestros valores (los del judaísmo)" y los jóvenes "terminaron formando parte de los cuadros de la guerrilla".
¿Esto sucedió en Tucumán?, consultó Nueva Sión a Salamon.
No, en Córdoba.
¿Nos puede narrar el hecho que usted menciona. Tiene nombres Salomon?
No, pero sucedió.
Salomón, ¿usted es conciente que mencionar este hecho sin pruebas, encima en momentos en el que se está llevando el juicio en Tucumán es doblemente contraproducente porque desvía la atención y no puede certificar el ejemplo que menciona?
Desde que hablé con AJN no me dejan tranquilo. Ya me llamaron de la DAIA, de la OSA y Abraham Kaul para que me rectifique. Y yo mantengo lo que dije. A la DAIA les mandé copia de dos de las tres versiones que publicó AJN.
Pero usted está afirmando ahora que ratifica lo de Córdoba y no nos da las pruebas…
Yo vengo trabajando por el judaísmo hace más de 40 años, pelee en la Guerra de los Seis días, estuve en el grupo de voluntarios que viajó a apoyar a Israel en la última guerra en el 2006, tengo familia en Israel, no tengo que explicar ni mi judaísmo ni mi militancia…
El único movimiento sionista socialista que activaba en Córdoba era Abonim Dror, vinculado al laborismo israelí, movimiento de referencia de Salamon quien debería de conocer, entonces los nombres de esos supuestos shlijim que involucró en sus dichos.
Lo cierto es que Salamon no aclaró su posición, inexplicable a la luz de algunas de sus intervenciones políticas más reconocidas.

Dos ejemplos dos

Jaime Salamon ha demostrado ser un tipo de agallas y de pararse duro ante situaciones complejas.
Algunos recuerdan su posición ante la creación de la bandera provincial en 1995, que nació con una cruz en su diseño que despertó una gran polémica hasta que su uso fue derogado.
La controversia surgió por una cruz blanca ubicada en el centro de la composición, según el diseño propuesto por el entonces legislador republicano, Alfredo Guido Linares, perteneciente al partido del entonces "demócrata" Bussi, a instancias de la propuesta hecha por Miguel Carrillo Bascary.
El entonces gobernador Ramón ‘Palito’ Ortega se negó a promulgarla en los últimos días de su gestión; pero con la posterior asunción de Antonio Domingo Bussi, en el segundo día de su gobierno promulgó la ley. Es así que cada miércoles se izaba junto con la enseña nacional, en el mástil de la plaza Independencia.
La comunidad judía fue la primera en objetarla con Salamon a la cabeza. En julio de 1996, el presidente de la filial local de la DAIA definió a la bandera como "sectaria. La cruz es universal para todos los cristianos, pero no es universal para todos los tucumanos", dijo. Le siguió el entonces legislador, y actual gobernador, José Alperovich, quien fue uno de los impulsores, sin éxito, de la derogación de la ley de creación de la bandera tucumana.
"La DAIA no tiene autoridad moral para exigir que no esté la cruz, por ser discriminatoria, cuando la bandera del Estado de Israel, al cual responde esa organización extranjera, tiene la estrella de David", alegó en medio del debate el ex diputado nacional Exequiel Avila Gallo.
Bussi desoyó los cuestionamientos y el pabellón provincial siguió en pie en la plaza Independencia hasta el final de su mandato. Inclusive impulsó la bendición de la bandera, en una ceremonia religiosa que estuvo a cargo del padre Eduardo Arnau, el 15 de septiembre de 1996.
La polémica renació con la llegada de Julio Miranda a la Casa de Gobierno, en 1999. Este, apenas asumió, se propuso derogar la ley. La idea se reforzó cuando un diplomático pidió el cambio de bandera. "Volvemos a la historia de la inquisición", había afirmado el entonces embajador de Israel en la Argentina, Yitzak Aviran, en una visita oficial a Tucumán.
Miranda presentó un proyecto de ley para derogar la bandera oficial de los tucumanos. "El pabellón no ha sido aceptado por el pueblo, que frente a él manifiesta sólo desconocimiento o indiferencia", se explicó en la fundamentación del proyecto.
El 17 de marzo de 2000, el rabino de la comunidad tucumana, Salomón Nussbaum, consideró positiva la supresión propuesta por Miranda. "Recibí con beneplácito la iniciativa, porque la comunidad judía nunca se sintió satisfecha con la insignia", precisó.
En contrapartida, el padre Arnau definió la intención de suprimirla como un revanchismo político. "Las minorías fueron acogidas por una sociedad cristiana que nunca los incomoda en Tucumán", dijo en marzo de 2000.
A 10 años de su creación, el pabellón provincial quedó en el olvido, pese a que la ley de creación (6.694) sigue vigente.
También tuvo un protagonismo inesperado en ocasión del décimo aniversario del tentado a la AMIA, cuando ningún dirigente de la DAIA central podía asomar la cabeza por los palcos de los discursos. Es así que, en el 2004, en lugar del entonces presidente Jorge Kirszenbaum, Salamon tomó la palabra como presidente del Concejo Federal de la DAIA. En aquella ocasión defendió a Rubén Beraja, advirtió del escándalo que se produciría si se liberaba a los policías juzgados por el tribunal oral pero, al mencionara los funcionarios judiciales levantó una gran polvareda de escándalo interno al atacar al entonces juez Juan José Galeano de quien afirmó que no había cumplido con su deber, ya removido por las irregularidades cometidas, cuando la DAIA fue una férrea defensora del juez hasta el mismo día de sus destitución. Incluso ese día, Salamon fue una caja de Pandora para sus propios pares porque, afirman, no estaba prevista la crítica a Galeano.

Inaceptable

Los comentarios de Salamon, en días revueltos como los del juicio a Bussi y Menéndez, fueron y son inaceptables por que no aclara ni amplía sus aseveraciones ni aporta las pruebas.
Pero los que sí salieron a hablar son algunos representantes que se sintieron directamente tocados por sus palabras:
Moshe Rozén, representante del Departamento de Educación Judeo-Sionista de la Agencia Judía para Israel y de Hashomer Hatzair para Argentina desmintió los dichos del dirigente tucumano y destacó el trabajo de sus pares durante la última dictadura militar porque "ayudaron a salvar muchas vidas".
Rozén agregó que las afirmaciones de Salamon son un "discurso reproductivo del discurso del proceso, ya que hace propias las mismas falsificaciones y mentiras que llevaron a la persecución y muerte injusta de muchos jóvenes judíos y no judíos" y explicó que "pareciera que los responsables de la gran tragedia de aquellos años, eran los emisarios de Israel quienes cumplieron y cumplen una tarea educativa y ayudaron a salvar las vidas de centenares de judíos que viajaron y que viven en Israel hasta el día de hoy".
Pesaj Zaskin por su parte, quien estuvo como representante de Hashomer Hatzair en aquella época, incluso llegó a representar al Partido Socialista israelí (Mapam) en la asunción de Salvador Allende en Chile, afirmó que "desilusionaremos totalmente al señor Salamon: ni siquiera un solo sheliaj de Israel de los movimientos juveniles incitó a actuar en la guerrilla".
"Salamon, el presidente de la DAIA Tucumán sostuvo que los shlijim (representantes) en la época del proceso militar preparaban a la juventud  para actuar en los movimientos guerrilleros, pero no aportó más detalles por lo que es posible, según su autorizada versión que todos los shlijim estaban dedicados a esta tarea".
Si Salomón tiene pruebas tiene que aportarlas al debate que generó, es su obligación como dirigente y como un judío que se dice interesado en la verdad y el esclarecimiento de hechos históricos tan dramáticos como los sucedidos durante la dictadura militar. Pero de no ser así, deberá medir sus palabras en el futuro para no generar debates absurdos y hasta peligrosos e inoportunos.
La comunidad se debe un análisis a fondo sobre su accionar durante la dictadura, pero no de este modo.