El primer ministro, Ismail Haniyeh, de Hamas, atravesó el cruce de Rafah seguido -poco después- por un convoy de altos funcionarios de Al Fatah, incluido Mohammed Dahlan.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, de Al Fatah, viajará a Arabia Saudita vía Jordania y Qatar, al igual que el líder del politburó de Hamas en el exilio, Jaled Mashaal, exiliado en Damasco, Siria.
El rey Abdullah de Arabia Saudita declaró que los líderes palestinos deben ser conscientes de su responsabilidad frente a la «cuestión árabe y el Islam». Previo a estas declaraciones, palestinos que viven en su reino le habían solicitado al monarca que «deje partir a los políticos palestinos, de La Meca, sólo una vez que hayan cumplido su compromiso para alcanzar un acuerdo».
Abbas espera que la formación de un gobierno de unidad nacional entre el gobernante Hamas y Al Fatah ponga fin al boicot económico y diplomático impuesto por los estados occidentales al Ejecutivo palestino desde que el Hamas ganara las elecciones legislativas del principios de 2006.
Las negociaciones para un gobierno de unidad nacional, hasta el momento no han dado resultado, por el rechazo de Hamas a modificar su posición frente a Israel, al que no reconoce como Estado.
La cumbre de La Meca tendrá lugar luego de una nueva oleada de violencia entre las dos facciones palestinas que recrudeciera en diciembre de 2006.
Un alto funcionario palestino aseguró que el Hamas había aprobado un paquete de condiciones que podrían allanar el camino para la reunión de La Meca.
Hamas aceptaría a un candidato independiente como ministro del Interior, un puesto clave que implica el control sobre las fuerzas de seguridad palestinas; y se comprometería a «respetar» acuerdos interinos palestino- israelíes previos, negociados con dirigentes pertenecientes a Al Fatah.
La aceptación de acuerdos previos firmados entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel es una de las condiciones internacionales clave para que los países donantes renueven sus ayudas e implica, indirectamente, el reconocimiento del Estado judío.
Fuentes de Al Fatah declararon que consideran a esta cumbre de La Meca como la última oportunidad de establecer un gobierno de unidad nacional.
Abbas ya advirtió de que si este intento fracasara, convocará a elecciones presidenciales y legislativas anticipadas como único modo de salir de esta crisis.