Tristán Troudart, psiquiatra israelí miembro de ‘Médicos por los Derechos Humanos’:

«Los israelíes sólo ven el mal en el otro lado»

Physicians For Human Rights (PHR) (Médicos por los Derechos Humanos - MDH) es una organización israelí fundada en 1988 por Ruchama Marton, una psiquiatra feminista y activista de los Derechos Humanos que preside esta ONG en la que trabajan, codo con codo, más de 1.000 médicos árabes musulmanes y judíos. Defienden el derecho a la salud del pueblo palestino, que consideran vulnerado por la ocupación israelí. Sus semejanzas con Yitzhak Frankenthal.

Esta organización levantó una gran polémica en Israel al condenar la participación de médicos en las torturas a los presos palestinos, y acusarlos de contravenir el juramento hipocrático. Hoy, la voz de PHR se levanta más crítica que nunca ante el endurecimiento de la ocupación israelí.
Uno de sus miembros, Tristán Troudart, psiquiatra, director del Departamento de Rehabilitación del Hospital Psiquiátrico Kfar Shaul, de Jerusalem, participó en una de las reuniones con ONG´s israelíes que la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Género mantuvo en Jerusalem.

¿En qué consiste el trabajo PHR?

Tenemos equipos móviles de asistencia médica con los que recorremos los territorios ocupados, prestando especial atención a las zonas más pobres y a los campos de refugiados. Cada fin de semana, equipos de médicos van a Cisjordania con la unidad policlínica asistencial para prestar atención médica. Desde la primera Intifada hasta hace unos años, solíamos derivar los casos más graves a clínicas dentro de Israel, pero ahora es imposible hacerlo. Como médicos, es frustrante y terrible no poder curar a los pacientes cuando, a unos pocos kilómetros, tienes todos los medios para conseguirlo.

También tienen programas especiales para presos en las cárceles israelíes. ¿Por qué motivo?

Trabajamos tanto con presos comunes israelíes como con palestinos, pero con especial atención a estos últimos ya que suelen estar separados y en peores condiciones. Los tratan como presos de seguridad, terroristas, incluso aunque sean niños. Consideramos que viven en condiciones inhumanas. No se debe olvidar que la Carta Magna israelí permite la tortura en casos justificados, como por ejemplo, situaciones de peligro inminente.

¿Cuál es la postura de PHR sobre el conflicto israelí-palestino?

Para nosotros, la ocupación es violencia y supone una constante trasgresión de los Derechos Humanos. Y la colonización se manifiesta no sólo en el muro o los puestos de control que minan el territorio palestino, sino también en el sistema sanitario que ha sido subyugado.
Durante mucho tiempo, los palestinos dependieron del gobierno israelí en temas de salud. Ellos les proporcionaban buenos equipos, es cierto, aunque insuficientes, también es cierto pero, sobre todo, lo que estaban haciendo era impedir la formación y capacitación de un sistema sanitario propio del Estado palestino. Por ello, uno de nuestros principales objetivos es formar al personal palestino.

¿Cuál es la situación sanitaria en Palestina, tras el recrudecimiento de la ocupación?

La situación sanitaria actual es terrible. En los hospitales faltan todo tipo de medicamentos. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que no olvide al pueblo palestino, que no le niegue los recursos y la llegada de medicamentos y para que garanticen la ayuda. Es necesario, como también lo son la solidaridad y el apoyo moral contra la ocupación.

¿Cuáles son las mayores diferencias entre Israel y Palestina en el terreno sanitario?

La diferencia es abismal. El Estado de Israel hace un uso político de la salud y eso es inhumano y opuesto a todas las convenciones internacionales.
El muro dificulta mucho nuestro trabajo y acentúa la separación entre las comunidades. El muro psicológico, por tanto, se hace también mayor. Cuando tomamos contacto con la población palestina tratamos de ser puentes de paz.
A veces, cuando voy a las aldeas o los campos de refugiados, me rodean los niños. Me tocan y se ríen entre ellos. Me explican que es la primera vez que ven a un israelí que no es soldado, que no ejerce un papel violento y opresor. Señalo esto porque creo que es muy importante denunciar el absoluto desconocimiento entre el pueblo israelí y el palestino. Mientras exista esta fractura, la paz seguirá estando demasiado lejos.

Y en el terreno estrictamente sanitario, ¿en qué ha afectado el muro?

Para un enfermo palestino, los puestos de control pueden suponer la muerte. Muchas mujeres han muerto al dar a luz en el suelo, junto a un puesto de control, porque o bien no las dejan pasar o han tardado demasiado en permitírselo. Y muchos bebés que deberían haber vivido, mueren también en esos puestos de control por la falta de medios para atenderlos. Muchas veces, tu vida o muerte depende sólo de la suerte que tengas con el soldado que te toque. Es totalmente aleatorio.

Creo que también han de atender a soldados israelíes con problemas psicológicos…

Sí, se trata de meros jóvenes enfrentados a una situación terrible. Se sienten muy mal y algunos vienen con depresiones severas. Muchos me confiesan que se sienten como nazis. ¿Y qué puede ser más terrible para un judío que sentirse así?
Sin embargo, en estos momentos, la población israelí parece apoyar la construcción del muro. Da la impresión de que la paz está muy lejos. Convencer a la población israelí de la necesidad del muro por motivos de seguridad es muy fácil. Nuestros ciudadanos ven el mal sólo en un lado, el otro. Es un mecanismo de proyección habitual cuando algo asusta. Pero para PHR el mayor mal y el principal responsable de todo es la ocupación.
Mientras perdure, la paz es imposible.
Haremos todo lo posible para apoyar el diálogo entre ambos estados.

NOTA DE LA REDACCIÓN: RECORDANDO A YITZHAK FRANKENTHAL

La entrevista que acaban de leer salió publicada en el periódico español «El Mundo». Y no dista demasiado de lo dicho, en la Argentina por el pacifista israelí Yitzhak Frankenthal, quien llegó al país a entrevistarse, el pasado 7 de noviembre, con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
Frankenthal perdió a uno de sus hijos (Arik) a manos de dos terroristas del Hamas, en su lucha contra los israelíes.
Este padre, religioso ortodoxo y desesperado por el asesinato de su hijo -sin embargo- decidió salir a buscar padres israelíes y palestinos en su misma condición y armar una fundación que trabajase por la paz entre los pueblos.
Frankenthal, quien se anticipa a autoproclamarse como “un patriota israelí que combatió en la Guerra del Iom Kipur”, coincidió en sus opiniones con Tristán Troudart respecto a la sensación de que desde Israel también se ejerce el terror y que el principal problema está en la ocupación, “la ocupación es terror” dijo en Buenos Aires a quien quiso escucharlo.
Taimen sería bueno que los que quieran se enteren que la política de distensión llevada a delante por el entonces premier Yitzhak Rabin produjo menos muertos (en ambos lados de la futura frontera) que las políticas de derecha llevadas adelante por Sharón y su sucesor, Ehud Olmert.
Se llevó su vida, pero no la esperanza y la convicción de que hay otro modo en el que se puede negociar. Y hay gente, en Israel, que piensa diferente al actual establishment israelí.
Habría que ver si ya no es hora de cambiar las estrategias, esta, la de la presión permanente, no dio buenos resultados para nadie, y menos cuando continúen naciendo nuevas generaciones palestinas oprimidas, que sientan que no tienen nada que perder, incluso desde el mismo día de su nacimiento.