Es cierto que es «exitoso» en los términos devaluatorios de los valores de los noventa. El grupo Macri tenía 7 empresas al iniciarse la dictadura criminal y 47 en 1983. Para muchos fue redituable la destrucción del país ahogado en sangre. Más que saber administrar, ha sido un hábil lobbysta que se enriqueció transfiriendo recursos del Estado al sector privado, y que hoy adeuda el canon del correo. Y en cuanto a que una buena posición económica evita tentaciones, es una falacia reiteradamente demostrada. Era un hombre muy rico cuando fue acusado de contrabando. La Corte menemista lo absolvió, y por la evasión fiscal que reconoció pagó lo determinado por la AFIP.
Sobran ejemplos de ricos cometiendo delitos, desde Martínez de Hoz a los hermanos Rohm, desde los dueños de los bancos a los propietarios de las privatizadas.
Sería interesante ilustrar sobre las prestaciones de las empresas del grupo con el Gobierno de la Ciudad. Y en eso hubo complicidad de los gobiernos anteriores y del actual. Que a pesar de todo esto, Macri no esté lejos de acceder al gobierno de Buenos Aires, revela el grado de confusión reinante.