Mike Rosenberg, Director General del Departamento Mundial de Aliá (inmigración) y Absorción de la Ag

“En Argentina no va a quedar comunidad judía”

Mike Rosemberg, Director General del Departamento Mundial de Aliá (inmigración) y Absorción de la Agencia Judía, estuvo en la Argentina para analizar el estado de la comunidad judía y planificar la estrategia que implementará su Departamento. A pesar del parsimonioso presente que vive el Departamento de Aliá en estos días, Rosemberg confía en volver a las cifras record de 2002. Según él, la aliá es la única forma de preservar el judaísmo dado el avance natural de la asimilación en la sociedad. “Ni la educación judía, afirma, los salvará de la asimilación”.

Por Sebastián Kleiman

¿A que se debe su visita a la Argentina?

Vine a encontrarme con el personal y ver qué sucede en el terreno para saber cómo mejorar las tareas del Departamento. Argentina, un año atrás, fue un éxito rotundo desde el punto de vista de la aliá. Este año hay un descenso del número de olim (inmigrantes), aunque seguimos asistiendo a aquellos que hicieron aliá el año pasado. De hecho, la aliá de Argentina no se detuvo en ningún momento. Yo creo que mucha gente no hace se va a Israel por temor. En el primer semestre del año 2002 estaba el tema de Irak, cosa que no sucedió en otros lugares como por ejemplo en Francia donde la Aliá está en aumento por problemas de antisemitismo.
Lo que me cuentan los shlijím, aquí, es que la gente posterga su aliá, no la suspende. Pero creo que es un problema porque quien posterga, a menudo, cambia el destino. Hoy posterga y mañana decide hacer otra cosa. Yo siempre pienso en la gente que hizo aliá el año pasado. ¿Cuántos de ellos habrían abandonado, de todas formas, la Argentina? No lo sé. Muchos se habrían ido a Miami, a España, Italia, Canadá, pero la mayoría hubiera abandonado la Argentina y también al pueblo judío.
Nosotros hablamos de salvar judíos, porque en Argentina no va a haber comunidad judía. Sé que esto no suena lindo, no quiero enojar a nadie, pero es la verdad.
Cuando se tiene un hijo, entonces uno comprende cuán poco puede influir sobre ellos. Uno puede querer que sean judíos, y también trabajar para que así ocurra; mandarlos a un colegio judío, criarlos como judíos, pero a cierta edad uno pierde el dominio. Aunque hayan ido a un colegio judío llegará el momento en que irán a la universidad y vivirán en un entorno de asimilación.

Pero usted sabe que una gran cantidad de la gente que hizo aliá el año pasado lo hizo por razones económicas y no para preservar su judaísmo. ¿Cómo fue la absorción de esta gente?

La Ley de Retorno no dice que el olé tiene que ser judío, ni siquiera los hijos del olé. Si un judío se casa con una mujer no judía, los hijos no lo son. La Ley de Retorno dice: “nosotros invitamos a toda la familia a hacer aliá”. El problema, y este es un problema interno de Israel, es con el sector religioso que no consciente esto. Contra esto tenemos una batalla. Yo, personalmente, como ciudadano israelí, lucho contra esto y confío en que revertiremos la situación.

¿Cómo recibe la sociedad israelí a estos olim no judíos?

No tiene problemas al respecto. El problema es, más que nada, técnico, aunque no me gusta el término. El problema es que, cuando uno de estos olim fallezca, habrá problemas para enterrarlo en un cementerio judío. O, cuando uno de ellos quiera casarse, porque en Israel no hay casamiento civil sino sólo por rabinato, el rabinato no va a aceptar el casamiento de un no judío.
En la vida cotidiana no hay problemas, porque ellos viven como judíos en Israel. ¿Qué significa vivir como judío en Israel? Nada, lo habitual. Uno manda a los chicos al colegio, el colegio es público y judío. Uno puede elegir ortodoxo o no, pero de todas formas es judío: estudia tanaj (Torá, Profetas, escrituras), hebreo, historia del pueblo judío… También un olé no judío estudia esto. No es una cuestión de religión. La religión es una parte del judaísmo, el judaísmo es un pueblo, una familia, algo que va más allá de la religión. Por eso no hay ningún problema, usted puede chequear esto con la gente no judía que hizo aliá gracias a la Ley de Retorno.

Y qué pasa con el mercado laboral. ¿Cómo es la inserción de los olim de Argentina? ¿Cómo está considerado el olé argentino?

Primero que nada, después de tanta aliá de la ex Unión Soviética, la sociedad israelí está muy contenta de recibir argentinos. No es que no quieran a los rusos pero… hubo un cambio. Los argentinos están considerados como personas cálidas, simpáticas. La sociedad israelí es muy abierta. Ahora, en el mercado laboral hay problemas. Puedo decir que los olim de la ex Unión Soviética venían de una sociedad productiva, con muchas motivaciones: aprender el idioma, aprender una profesión, encontrar un trabajo, trabajar en cualquier trabajo… Los médicos estudiaban en Rejovot (sede de la Facultad de Medicina) hasta encontrar un trabajo como médico. Lleva su tiempo la adaptación. Cuando yo hice Aliá, ya era graduado universitario, pero desde el punto de vista del idioma, estaba en primer grado. Es difícil. Uno es un graduado universitario en su idioma pero en hebreo es como un chico de la primaria. Lleva tiempo y paciencia hasta que se atraviesa una etapa de un año, dos, o tres de estudio de acuerdo a las aptitudes de cada uno para comenzar a dominar el idioma.

¿Usted sabe en que ciudades se asentaron?

En muchos lugares. Hicimos muchos planes especiales en lugares donde, creíamos, habría autoridades locales dispuestas a ayudarlos y también sucursales de la OLEI. Lugares como Kiriat Bialik, Beer Sheva, Naharía, Arad o Ashkelon. Podría preguntarse dónde no. Ramle, Beit-Shan, Eilat. Y hay otros lugares en donde no teníamos planes especiales, y los olim terminaron por asentarse de todas formas. Seis mil personas es mucho y dispersaron a lo largo de todo el mapa.

¿De qué modo podría revertirse la poca alía del presente año?

Puedo decir que uno de los problemas, y otra vez no quiere enojar a nadie, es que existe una diferencia entre los olim argentinos y los olim, por ejemplo, de Ucrania.
Los argentinos aman a Argentina, los ucranianos no añoran su país. Y desde el momento en que un ucraniano decide hacer vivir en Israel, no se lo cuestiona. Cuando la situación se tornó complicada en Ucrania, la gente dijo: “me voy, no vuelvo nunca más”.
El problema del pueblo judío, no sólo en argentina, es que la identidad judía es una identidad bastante fragmentaria. Uno puede ser judío en la casa y argentino en la calle. Uno puede trabajar en una empresa y nadie tiene por qué saber que uno es judío. Pero el problema es para quien la identidad judía es existencial, para quien está preocupado porque sus nietos también sean judíos.
Existe un gráfico sobre la asimilación en Estados Unidos que muestra el incremento de los casamientos mixtos. Hicieron un estudio similar en Israel sobre casamientos entre distintos grupos étnicos, por ejemplo entre polacos y marroquíes, y el resultado fue casi el mismo. ¿Qué quiere decir? Quiere decir que si uno vive en una sociedad sin tabúes, y donde está bien visto casarse con grupos diferentes, esto va a suceder. Que el padre diga: “no te cases con una chica goi” no es un tabú social.
En la sociedad argentina no existen tales tabúes. Y esto quiere decir que ni siquiera la educación judía es suficiente, porque es natural que la gente se asimile en una sociedad como ésta. Así que, como ya dije, muchos judíos se quedarán aquí, pero abandonarán el judaísmo. Por eso nosotros hablamos de “salvar” judíos. Por eso creo que podemos volver a los niveles del año pasado. Yo creo que, entre los judíos que permanecen en el país, se puede llegar a cincuenta mil, sesenta mil personas, claro que no en un año. También en Francia, e incluso en Norteamérica, los números están creciendo. Estoy seguro que, en cuanto la situación mejore en Israel, los números crecerán por sí solos.

¿En verdad confían en regresar a los números del año pasado?

Este año no, porque ya hemos perdido medio años debido a la situación de seguridad y también porque las elecciones de aquí influyeron. Ahora yo digo que hay una gran franja de la población judeo argentina con dudas sobre su futuro, yo no sé si estas dudas tienen que ver con cuestiones económicas o relativas a su judaísmo, y están a la expectativa de lo que pueda suceder. Ahora hay una sensación de las cosas van a mejorar aquí, pero de todas formas persiste la incertidumbre. A pesar de este cuadro, yo espero llegar a tres mil olim para el año próximo.

¿Aún sin los beneficios?

En primer lugar no son beneficios, es asistencia para ayudar a la gente a adaptarse. No sé que habrá el año próximo. Pero la historia no terminó, y puedo asegurarle que en la Sojnut no queremos dormir después de lo logrado. Habrá otro paquete, otro tipo de asistencia.
Hoy, la Sojnut, junto con otras organizaciones, estamos viendo cuál será la asistencia que se les brindará a los olim en el futuro. Nadie hace Aliá por un poco de plata, sino porque saben que pueden triunfar y mejorar su situación actual.

¿Es verdad que la Sojnut abrió nuevas oficinas en Miami para atender a la creciente inmigración de argentinos?

No abrimos oficinas, las oficinas de la Sojnut están allí desde hace 30 años. En todo caso contratamos a una empleada para hispanoparlantes. Hay muchos en Miami, no sólo argentinos, que escaparon a los Estados Unidos de manera ilegal y la Sojnut intenta ayudarlos. No sólo en Miami, también en Alemania. Si quiere hablar de asistencia, permítame decirle que Alemania le da un paquete de asistencia a los refugiados mayor al que Israel le da ahora a los argentinos. Alemania, por razones que no quiero dar, impulsa a los judíos de la Ex Unión Soviética a emigrar a su territorio, pero no les permiten asentarse en Berlín, donde hay una comunidad judía, sino que los dispersa entre los ochenta estados que la componen, para que se asimilen más rápidamente. ¿Por qué lo hace? No lo sé, pero es un hecho. Hace un año logró atraer a 19.000. Ahora, la Sojnut decidió trabajar con mayor determinación en Alemania, porque estas son personas perdidas para el judaísmo. Si se hubieran quedado en Ucrania o en Rusia, hubieran desaparecido, pero en Alemania nada los mantendrá dentro del judaísmo, aunque, eso sí, vivirán en mejores condiciones. Es una obligación para el pueblo judío, al menos para quien está es mi puesto, llevarlos a Israel para que tal vez, con suerte, sus nietos sigan siendo judíos. De igual manera intentamos con los judíos argentinos que están e