Bassam al-Fara, de 30 años, fue asesinado cuando llegaba al juzgado. Era un juez del tribunal islámico y miembro de Hamas, perteneciente –además- al mayor clan en la ciudad meridional de Khan Yunis.
El homicidio ocurrió dos días después de ser asesinados tres niños, hijos de un agente de inteligencia que responde al partido Al Fatah, lo que ha renovado los enfrentamientos y represalias entre este grupo y Hamas. La violencia ha mermado las posibilidades de un gobierno de coalición entre ambas partes y las ha colocado al borde de la guerra civil.
En una declaración difundida a los periodistas, Hamas acusó abiertamente a un «escuadrón de la muerte» de Al Fatah del asesinato de al-Fara.
Fauzi Barhoum, vocero de Hamas, indicó que la víctima era comandante del ala militar de Hamas y figura destacada en la organización islamista.
Aunque no dio más detalles, prometió que los asesinos serán apresados.
«Hamas no olvidará la sangre de sus miembros. Perseguirá y llevará ante la justicia a los que participaron en el crimen», agregó Barhoum.
El vocero de Al Fatah, Tawfik Abu Khoussa, rechazó las acusaciones. «Condenamos todas las acciones de anarquía sea quien fuere el instigador, pedimos a los hermanos de Hamas que cesen de lanzar acusaciones antes de la investigación», declaró.
El Primer Ministro palestino Ismail Haniyeh, de Hamas, indicó en Sudán que regresará el jueves 14 a Gaza, acortando su viaje por el extranjero.
Cuando Haniyeh abandonó Gaza, el 28 de noviembre, pensaba viajar por un mes en busca de apoyo político y económico para su sofocado gobierno, pero fue criticado ante la urgencia de concluir las negociaciones para formar un nuevo gabinete de coalición y poner fin a la violencia política reinante en los territorios palestinos.